Bloomberg — La frustración de los votantes sobre la asequibilidad alimentó las victorias demócratas en las elecciones estatales y locales de la semana pasada y, además, los estadounidenses también están inquietos por el mercado laboral.
Alrededor del 55% de los estadounidenses con empleo dicen estar preocupados por la posibilidad de perder su trabajo, según una reciente encuesta de Harris realizada para Bloomberg News. Esa angustia sigue a una batería de anuncios de despidos por parte de grandes empleadores, como Amazon.com Inc (AMZN), Target Corp (TGT) y Starbucks Corp. (SBUX) La empresa de recolocación Challenger, Gray & Christmas Inc. calculó el mayor número de anuncios de recortes de empleo para un mes de octubre en más de dos décadas.
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Viene a sumarse a la exasperación de los hogares por el coste de la vida. Una mayoría del 62% en la encuesta del 23 al 25 de octubre dijo que el costo de sus artículos cotidianos había subido en el último mes y casi la mitad de esas personas dijeron que los aumentos han sido difíciles de afrontar.
El presidente Donald Trump y sus ayudantes han respondido dando un giro positivo a los indicadores económicos y desviando la culpa hacia otro lado, tácticas que también utilizó el presidente Joe Biden, con poco éxito, además de asegurar que las cosas mejorarán. El riesgo es que, si el mercado laboral y los precios no logran cambiar lo suficiente como para satisfacer a los votantes, los republicanos corren el riesgo de perder el control del Congreso en las elecciones de mitad de mandato del próximo año.
“La administración Biden fue realmente un cuento con moraleja sobre cómo tratar de convencer a los votantes de que la economía está mejor de lo que sugieren sus intuiciones”, dijo Tobin Marcus, jefe de política y política estadounidense de Wolfe Research y antiguo asesor de Biden durante su vicepresidencia.
Parte del reto para Trump y su equipo es que su programa económico “no apunta directamente a los puntos de dolor que son más importantes” para los votantes, dijo Marcus. El presidente ha defendido las subidas de aranceles más pronunciadas desde antes de la Segunda Guerra Mundial para reducir el déficit comercial y fomentar una relocalización de la fabricación.
“Están viendo prioridades equivocadas”, dijo Marcus. “Nadie está argumentando que los aranceles harán bajar los precios, que es para lo que los votantes le eligieron en primer lugar”.
Ya en marzo, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que la administración nombraría a un zar de la “asequibilidad”, pero no se ha hecho tal anuncio. La Casa Blanca no respondió a preguntas sobre el cargo, pero la portavoz Taylor Rogers dijo en un comunicado que “la administración Trump ha implementado una agresiva agenda económica para bajar los precios de los bienes esenciales, impulsar los salarios reales y enfriar la inflación.”
“La administración Trump confía en que la desastrosa economía de Biden será una reliquia del pasado mientras seguimos haciendo que Estados Unidos vuelva a ser asequible”, añadió.
Últimamente, Bessent se ha dedicado a exagerar lo bien que irán las cosas el año que viene, cuando dice que se sentirá el impacto de la legislación de recorte de impuestos firmada por Trump. Fluirán devoluciones de impuestos por valor de miles de millones de dólares, y las ganancias de empleo vendrán del aumento de la inversión en inteligencia artificial, dijo el martes en MSNBC. El miércoles, indicó que podría llegar algún alivio arancelario.
Los asesores de Trump están considerando planes para que el presidente pronuncie más discursos por todo el país sobre el coste de la vida, según un funcionario de la Casa Blanca. Trump ha realizado relativamente pocos viajes internos para vender su agenda en comparación con sus predecesores recientes.
Señales ominosas
Por ahora, muchos estadounidenses no están comprando la narrativa de la administración. La encuesta Harris mostró que el 48% de los encuestados dijeron que les llevaría cuatro meses o más encontrar un nuevo trabajo de calidad similar si perdían el actual. La encuesta realizada a 2.203 adultos tenía un margen de error de +/- 2,5 puntos porcentuales.
El crecimiento del empleo se ha ralentizado, y el aumento de las nóminas ha caído de una media de 168.000 al mes el año pasado a solo 27.000 entre mayo y agosto, el mes más reciente del que hay datos. La inflación se mantiene por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal.
Las políticas arancelarias de Trump han contribuido tanto a las presiones sobre los precios como a la incertidumbre entre las empresas, socavando los incentivos para contratar. Los amplios recortes de la administración a los programas federales también han dejado sin empleo a miles de trabajadores federales y han exprimido a los contratistas.
“Una serie de señales, incluida la encuesta más reciente sobre el sentimiento de los consumidores, sugieren que la economía y el mercado laboral se están debilitando”, dijo Michael Reich, profesor de economía de la Universidad de California en Berkeley. “Si esas tendencias continúan, se culpará al partido en el poder. Eso es ominoso para los republicanos en las elecciones de mitad de mandato”.
Promesas de empleo
El sentimiento de los consumidores cayó cerca del nivel más bajo registrado a principios de noviembre, según una encuesta de la Universidad de Michigan. Asimismo, una encuesta de octubre del Banco de la Reserva Federal de Nueva York reveló que la proporción de estadounidenses que esperan que la tasa de desempleo sea más alta dentro de un año aumentó por tercer mes consecutivo.
La administración ha dicho que la economía dará un giro en los próximos meses.
“Estamos construyendo plantas de automóviles, estamos construyendo plantas de inteligencia artificial, estamos a la cabeza en inteligencia artificial por encima de China y de todos los demás”, dijo Trump en un acto en la Casa Blanca el 6 de noviembre. “Cuando todas estas plantas empiecen a abrir, vamos a tener una revolución, una revolución positiva, económica como nunca antes”.
El regreso de empleos manufactureros del extranjero “apenas está comenzando”, dijo Bessent el martes, citando planes de contratación en Boeing Co. y un nuevo sitio de fabricación de tierras raras.
En cuanto a las preocupaciones por el coste de la vida, el jefe del Tesoro dijo que “heredamos una crisis de asequibilidad”, y que la subida de los salarios de la clase trabajadora ayudará a abordar el problema.
Trump ha sido más punzante, arremetiendo contra su partido en los últimos días por sus deslucidos mensajes sobre la economía, a los que culpó en parte de su serie de derrotas en las elecciones. También ha lanzado algunas ideas poco ortodoxas, como el pago de “dividendos” de US$2.000 a los estadounidenses a partir de los ingresos arancelarios.
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El presidente también ha descartado la idea de que el coste de la vida esté subiendo, afirmando que los precios de la gasolina han bajado. El jueves pasado, afirmó que “la cena de Acción de Gracias bajo Trump es un 25% más baja que la cena de Acción de Gracias de 2024 bajo Biden”, citando una medida de Walmart Inc. (WMT) que contaba menos artículos en 2025.
“¡El tema de la ‘asequibilidad’ de los demócratas está MUERTO! DEJEN DE MENTIR!!!”, publicó en las redes sociales.
Con la colaboración de Skylar Woodhouse y Josh Wingrove.
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