Bloomberg — La Casa Blanca dijo a las agencias federales que presentaran planes antes del 13 de marzo para “reducciones de personal a gran escala”, la primera fase de un esfuerzo por reducir drásticamente el tamaño del gobierno estadounidense.
El plan en dos fases también exigirá a las agencias que revisen sus organigramas antes del 14 de abril - y que presenten propuestas para trasladar oficinas fuera de Washington y a “zonas menos costosas del país.”
En total, la orden sienta las bases para lo que podrían ser los recortes más significativos del segundo mandato del presidente Donald Trump.
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La directiva llegó el miércoles a través de un memorando del director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, Russ Vought, y del director en funciones de la Oficina de Gestión de Personal, Charles Ezell. Equipos del Departamento de Eficiencia Gubernamental del asesor multimillonario Elon Musk en cada agencia ayudarían a ejecutar los planes.
El memorando no proporcionaba ningún objetivo específico para los recortes de empleo, pero decía que el “punto de partida” para los planes deberían ser los trabajadores considerados no esenciales durante un cierre del gobierno.
Alrededor de cuatro de cada 10 empleados federales han sido históricamente suspendidos cuando el Congreso no consigue asignar dinero para la continuación de las operaciones, y se espera que el resto trabaje sin sueldo hasta que los legisladores aprueben una nueva financiación.
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Eso significa que el inminente plazo para que el Congreso apruebe una ley de gastos podría ser una primera prueba clave para los empleados federales. El gobierno cerrará después del 14 de marzo -el día después de que venzan los planes de reorganización de las agencias- si el Congreso no aprueba una nueva financiación.
Los despidos masivos entrarían en vigor en los tres meses siguientes a la presentación de los planes, lo que pondría a las agencias en vías de recortar puestos de trabajo para junio. Las reorganizaciones deberán aplicarse antes del 30 de septiembre.
También se pidió a los directores de las agencias que indicaran si debían eliminarse o consolidarse grupos enteros bajo su competencia - o si la agencia que dirigen debía existir en absoluto.
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“Mandato” para los cambios
Las directrices del miércoles concretan la orden ejecutiva que Trump aprobó el 11 de febrero, durante una sesión libre en el Despacho Oval en la que Musk estuvo a su lado y defendió los profundos recortes.
“No se podría pedir un mandato más fuerte del público”, dijo Musk. “El pueblo votó a favor de una gran reforma del gobierno”.
La administración Trump ya ha probado algunas tácticas para reducir la plantilla. Su oferta de dimisión diferida “Fork in the Road” -que permitía a los empleados cobrar hasta septiembre si dimitían en febrero- obtuvo unos 75.000 voluntarios. El despido de empleados a prueba, que tienen menos de uno o dos años de servicio, ha eliminado a otros miles, aunque no se dispone de cifras definitivas para todo el gobierno.
Esta reducción de plantilla iría aún más lejos, eliminando empleados por categoría laboral. La Casa Blanca dijo a las agencias que eliminaran cualquier función laboral no requerida específicamente por la ley, y que despidieran a los “empleados de bajo rendimiento o involucrados en mala conducta”.
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El memorando eximía específicamente a cinco categorías de los recortes. Entre ellas estaban las fuerzas del orden y la seguridad nacional; todo el personal militar uniformado y los oficiales comisionados del Servicio de Salud Pública de EEUU y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica; los cargos políticos; los empleados de la Oficina Ejecutiva del Presidente y el Servicio Postal de EEUU.
Asimismo, los recortes a las agencias que prestan servicios directos a los ciudadanos -como la Administración de la Seguridad Social, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid y la Administración Sanitaria para Veteranos- no entrarán en vigor hasta que la OMB y la OPM certifiquen que las reducciones no perjudicarán a esos servicios.
Las instrucciones a las agencias adoptaron un tono inusualmente político.
“El gobierno federal es costoso, ineficiente y está profundamente endeudado. Al mismo tiempo, no está produciendo resultados para el público estadounidense”, escribieron Vought y Ezell. “El pueblo estadounidense registró su veredicto sobre la hinchada y corrupta burocracia federal el 5 de noviembre de 2024 votando por el presidente Trump y sus promesas de reformar radicalmente el gobierno federal”.
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