Bloomberg — La Reserva Federal redujo el requisito de capital de Morgan Stanley (MS) para pruebas de estrés del 5,1 % al 4,3 % tras una segunda evaluación del banco central.
La reducción, que entra en vigor el miércoles, se produjo después de que el prestamista de Wall Street pidiera a la Fed en agosto que reconsiderara su requisito en el marco del ejercicio anual de pruebas de resistencia, un proceso de varios pasos que evalúa cómo es probable que se comporten los mayores prestamistas del país en una hipotética recesión.
“Basándose en un análisis de la información presentada por Morgan Stanley, la junta determinó que las pérdidas estimadas en la cartera de préstamos con opción de valor razonable del banco eran demasiado conservadoras”, dijo la Fed en un comunicado el martes.
Un total de 22 bancos, entre ellos Morgan Stanley, se sometieron y superaron cómodamente la prueba de resistencia de este año, que determinó que serían capaces de soportar más de US$550.000 millones en pérdidas.
La Fed se dispone a revisar su prueba de resistencia a los grandes bancos en un intento de impulsar la transparencia, según dijo la agencia en abril al desvelar algunos planes iniciales. El banco central señaló el martes que también consideraría posibles refinamientos del modelo de prueba de estrés relacionados con la petición de Morgan Stanley en su próxima propuesta.
Sharon Yeshaya, directora financiera de Morgan Stanley, aplaudió la decisión de la Fed y dijo en un comunicado que el prestamista aprecia la “cuidadosa reconsideración” del banco central.
Michelle Bowman, la principal policía bancaria de la Fed, ha tratado de dar a los prestamistas de Wall Street el beneficio de un vistazo anticipado a ciertos modelos, ya que el banco central trata de igualar los cambios en los niveles de capital exigidos cada año en el marco del examen anual.
Pero el gobernador de la Fed, Michael Barr, se ha opuesto a que las pruebas de estrés sean más transparentes antes de tiempo y ha buscado formas de preservar el rigor de las pruebas en medio de las peticiones del sector para que sean más sencillas.
Las pruebas de resistencia se impusieron tras la crisis financiera de 2008 para reforzar a los bancos frente a futuras perturbaciones económicas y calibrar cómo les iría a los prestamistas durante una hipotética recesión.
Con la colaboración de Hannah Levitt.
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