Bloomberg — Un grupo de sindicatos liderado por United Steelworkers criticó duramente a la administración Trump por suspender las tasas portuarias a los barcos chinos, lo que, según los trabajadores, provocaría la reactivación de la industria naval nacional, que en su día fue dominante.
Los sindicatos expresaron su “profunda decepción” por la decisión del Gobierno y afirmaron que tendría consecuencias negativas para los esfuerzos del país por restaurar el sector marítimo estadounidense, según una carta enviada al representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer. La carta, firmada también por la Asociación Internacional de Maquinistas, la Hermandad Internacional de Trabajadores Eléctricos y la Hermandad Internacional de Caldereros, afirma que la decisión permitirá a China continuar con su “comportamiento depredador”.
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Los fuertes comentarios se producen una semana después de que el presidente Donald Trump anunciara una tregua comercial entre las dos mayores economías del mundo, asegurando a los estadounidenses que China compraría más productos agrícolas y reduciría las restricciones a la exportación de minerales raros, cuya escasez amenazaba la seguridad nacional de EE.UU. Sin embargo, la reacción de los sindicatos refleja que el acuerdo se logró a expensas de los trabajadores industriales, lo que podría perjudicar al presidente en las elecciones legislativas del próximo año en estados clave.
“Al suspender los remedios de la Sección 301 por un año, el gobierno de EE.UU. introduce incertidumbre justo cuando la confianza y la planificación a largo plazo son más esenciales”, escribieron los sindicatos. “Suspender la implementación de las medidas de respuesta derivadas de la investigación bajo la Sección 301 seguirá dando a China un pase libre”.
El jueves, la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. abrió un breve período de comentarios públicos sobre los términos del acuerdo alcanzado entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping.
La carta de los sindicatos fue presentada el viernes, antes del plazo límite de las 17:00 hora del Este.
El plan de Trump suspendería los aranceles a las importaciones de grúas portuarias y chasis provenientes de China, además de detener las tarifas aplicadas a los buques mercantes chinos que operan en puertos estadounidenses. A cambio, China acordó detener las medidas de represalia, según un documento de la Casa Blanca publicado tras la reunión entre Trump y Xi la semana pasada.
La suspensión comenzaría el 10 de noviembre y equivaldría a un compromiso de un año para no imponer nuevos aranceles ni sanciones derivadas de la investigación estadounidense sobre las prácticas de China en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval.
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La investigación, enmarcada en la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, comenzó durante la administración de Joe Biden, a pedido de cinco sindicatos que representan a los trabajadores del acero y la industria naval de EE.UU., incluidos los firmantes de la carta.
Trump ha buscado contrarrestar la creciente influencia de China en la industria naval mediante esta investigación y acuerdos con Japón y Corea del Sur para fortalecer alternativas al dominio chino.
El impulso para revivir la capacidad de construcción naval estadounidense ha recibido amplio apoyo bipartidista en el Congreso, y un proyecto de ley complementario a esta política —dirigido al sector marítimo chino— fue debatido en una audiencia del Senado la semana pasada. La medida también cuenta con el respaldo de gran parte de la industria marítima nacional.
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