La extrema derecha avanza en Alemania y la AfD se posiciona como segunda fuerza

La AfD se ha visto impulsada por la ira de los votantes ante la inmigración y la subida de los precios. Sus líderes dicen que ahora aspiran a convertirse en el mayor partido de Alemania.

Alice Weidel, colíder de la AfD y su primera candidata a canciller, dijo que estaba dispuesta a formar parte de un gobierno, y añadió que el resultado era sólo el principio de una trayectoria para convertirse en el mayor partido de Alemania.
Por Kamil Kowalcze - Michael Nienaber
23 de febrero, 2025 | 04:05 PM

Bloomberg — La ultraderechista Alternativa para Alemania se aupó al segundo puesto el domingo, después de que cerca de una quinta parte de los votantes votaran por un partido que ha pedido el cese de la inmigración y ha arremetido contra el establishment político del país.

La AfD, que se fundó en 2013 como partido de protesta contra el euro y llegó al Parlamento alemán en 2017 en medio de la indignación pública por el aumento de los solicitantes de asilo, casi duplicó su apoyo desde 2021 hasta el 20,2%, según las proyecciones de la cadena de televisión ARD.

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Eso lo sitúa por delante de los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz, que cayeron al 16,2%.

Aún así, es probable que la formación se quede fuera del poder, ya que todos los demás partidos, incluidos los victoriosos democristianos de Friedrich Merz, han descartado formar una coalición con el partido nacionalista.

La AfD se ha visto impulsada por la ira de los votantes ante la inmigración y la subida de los precios, cuestiones que alimentan el auge de los grupos de extrema derecha en toda Europa.

  La AfD duplica su porcentaje de votos en las elecciones alemanas.

Alice Weidel, colíder de la AfD y su primera candidata a canciller, dijo que estaba dispuesta a formar parte de un gobierno, y añadió que el resultado era sólo el principio de una trayectoria para convertirse en el mayor partido de Alemania.

“Llegarán las próximas elecciones y entonces superaremos a la CDU como partido más fuerte”, afirmó.

La campaña de Weidel recibió un impulso de la administración del presidente Donald Trump, incluido el apoyo activo del multimillonario Elon Musk.

Se reunió con el vicepresidente JD Vance en la conferencia de Seguridad de Múnich este mes, después de que el adjunto de Trump lanzara una andanada contra los líderes europeos por marginar a los grupos de extrema derecha.

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Los comentarios provocaron una dura condena del canciller Olaf Scholz, que los calificó de intervención directa en la democracia del país.

Puso en la picota a la AfD como un partido que ha trivializado la dictadura nazi, una postura rechazada por una “abrumadora mayoría” de alemanes.

No aceptaremos que personas ajenas intervengan en nuestra democracia, en nuestras elecciones, en la formación democrática de opiniones a favor de este partido”, dijo Scholz el 15 de febrero.

Pero la AfD ha seguido ganando apoyos constantes, sobre todo en el antiguo este comunista de Alemania, y entre los votantes frustrados con el establishment del país.

El partido obtuvo su primera victoria en unas elecciones estatales el año pasado en el estado oriental de Turingia, asegurándose casi un tercio de los votos.

Partes de la AfD, incluidas tres secciones estatales en el este, han sido clasificadas por la agencia de seguridad interior alemana como extremistas, lo que significa que pueden ser objeto de vigilancia estatal.

La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) parece que se convertirá en la principal fuerza de la oposición en el Parlamento alemán.

Aunque muchos en la AfD no tienen necesariamente opiniones de extrema derecha, los funcionarios de la contrainteligencia alemana, la Oficina de Protección de la Constitución, apuntan a una ideología etnonacionalista dentro de la AfD que busca marginar a los grupos minoritarios, en violación de la constitución alemana.

La AfD se ha beneficiado especialmente a medida que la guerra de Rusia contra Ucrania hacía subir los precios de la energía y creaba preocupación por la seguridad.

Pero las expectativas de que una reciente oleada de atentados mortales, incluidos los cometidos por inmigrantes y solicitantes de asilo, reforzara aún más el resultado de la AfD no se materializaron del todo.

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Además de su postura contraria a la inmigración, la AfD también pide que Alemania deshaga la integración en la Unión Europea y está a favor de abandonar la zona del euro, un retroceso de décadas de integración política y económica.

--Con la colaboración de Zoe Schneeweiss y Katerina Petroff.

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