Bloomberg — La invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia impulsó el gasto militar en todo el mundo hasta los US$2,46 billones en 2024, lo que representa un aumento del 7,4%, según afirma el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en un nuevo informe, con el África subsahariana como única excepción.
En Europa, la última década ha sido testigo de un aumento nominal del gasto del 50%, con algunas discrepancias marcadas que surgen dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, dijo el grupo de investigación con sede en Londres en la edición 2025 de su informe Balance Militar, publicado el miércoles.
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Algunos países superan ampliamente el objetivo de la alianza militar, que pronto será revisado, de gastar el 2% del producto interior bruto en defensa, mientras que otros siguen luchando por alcanzarlo.
En particular, Alemania tiene ahora el mayor presupuesto de defensa de Europa y el segundo de la OTAN después de EEUU, tras un aumento significativo de su presupuesto para 2024, según el informe. El Reino Unido había sido anteriormente el mayor gastador de Europa y el segundo de la OTAN durante los últimos 30 años.
Con un aumento en el presupuesto de defensa de Londres compensado por la inflación en 2024, el informe advirtió que los nuevos esfuerzos pueden no ser suficientes para remediar la histórica falta de inversión en la industria de defensa del Reino Unido.
El informe llega en un momento en el que el presidente estadounidense, Donald Trump, insta a los aliados europeos a asumir una mayor parte de la carga de su propia defensa, sugiriendo que los miembros de la OTAN deberían gastar el 5% del PIB. Aunque la invasión rusa ha estimulado una inversión récord, el IISS señaló las persistentes presiones presupuestarias en la mayoría de los países europeos, lo que supone un reto para las intenciones de mantener ese elevado gasto.
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Los gobiernos europeos se enfrentan a una “dura elección” entre destinar su capacidad militar actual a Ucrania o utilizarla para aumentar sus propias defensas, dijo Ben Barry, investigador principal de guerra terrestre del IISS. Si EEUU reduce su presencia militar en Europa, dijo, “existe el imperativo de que los ejércitos europeos aceleren su modernización y reconstruyan sus efectivos”.
Según los datos del IISS, Europa contribuye con menos de un tercio al gasto total en defensa de la OTAN. El grupo de investigación consideró que un compromiso por parte de los miembros de comprometer el 3% del PIB, actualmente en discusión, es “inalcanzable en este momento, con algunos países utilizando ya instrumentos extrapresupuestarios para reforzar los presupuestos”.
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Rusia, por su parte, destinará US$461.600 millones (internacionales) a gastos militares en 2024, cerca de todo el gasto en defensa de Europa en términos de paridad de poder adquisitivo, calculó el IISS.
Moscú ha podido comprar más para sus fuerzas armadas con un presupuesto aparentemente menor en dólares estadounidenses, dijo Fenela McGerty, investigadora principal del IISS sobre economía de la defensa. Atribuyó esa nueva tendencia al “notable crecimiento del gasto ruso en defensa”, ayudado por los menores costes internos.
El ejército de Moscú ha perdido más de 4.100 carros de combate principales y una cuarta parte de sus aviones de combate Su-34, según el informe. Sin embargo, ha reconstituido y adaptado sus fuerzas lo suficiente como para mantener la guerra contra Ucrania hasta finales de este año, según el informe, aunque el coste de hacerlo será mayor que en 2024.
Los expertos del instituto también afirmaron que la ayuda militar norcoreana e iraní ha contribuido en gran medida al esfuerzo bélico del presidente ruso Vladimir Putin.
Detrás del ritmo de operaciones
Henry Boyd, experto en capacidad militar y evaluación de datos del IISS, estimó que Pyongyang había suministrado a Rusia unos 8 millones de proyectiles de artillería en los últimos 18 meses. Esa cantidad era casi el doble de la producción anual de Rusia y ha sido “clave para que Rusia haya mantenido su ritmo de operaciones”, dijo Boyd.
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Por el contrario, Ucrania ha sufrido un desgaste de sus tropas proporcionalmente peor que Rusia, según el informe. Sugirió que Ucrania debe mejorar la gestión del personal y requiere un apoyo sostenido de Occidente a lo largo de 2025 para evitar nuevos reveses en el campo de batalla. El IISS estima que a Kiev le faltan entre 50.000 y 100.000 efectivos para cubrir las necesidades de su ejército.
“Rusia podrá seguir generando efectivos durante el próximo año sin una movilización total”, afirmó Ben Barry, investigador principal del IISS, y “Ucrania seguirá perdiendo la iniciativa en tierra según las tendencias actuales”.
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