Bloomberg — El presidente Donald Trump regresó al poder prometiendo resolver fácilmente problemas que han persistido durante generaciones, desde negociar rápidamente la paz en Ucrania y Medio Oriente hasta reformar el Gobierno federal y reescribir el orden comercial global.
Pero esta semana demostró lo lejos que está de resolver cualquiera de ellos.
El presidente ruso Vladímir Putin ha ignorado sus llamados a un alto al fuego con Ucrania. Trump, quien pasó meses burlándose de los intentos del ex presidente Joe Biden por contener las acciones militares de Israel, tuvo que persuadir al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu para evitar un ataque contra Irán. El multimillonario asesor Elon Musk está dejando su cargo de alto perfil en la reforma gubernamental, en medio de rumores sobre conflictos internos en la Casa Blanca y su consumo de drogas, con apenas una fracción del ahorro prometido como resultado tangible.
El mayor revés llegó esta semana cuando el Tribunal de Comercio Internacional de EE. UU. dictaminó que Trump no puede usar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional para justificar muchos de sus aranceles, una vía rápida con la que esperaba negociar acuerdos sin investigaciones prolongadas ni intervención del Congreso.
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Hasta el 1 de mayo, Trump perdía en 128 de los cientos de juicios presentados contra sus órdenes ejecutivas, con fallos favorables en solo 43 casos, según un análisis de Bloomberg.
Trump se queja con frecuencia de que los procedimientos normales del gobierno toman demasiado tiempo. Cuando un tribunal exigió que se permitiera el debido proceso a miles de deportados, lamentó cuánto tiempo llevarían los juicios. De manera similar, critica que colaborar con el Congreso se vea frenado por la burocracia y los procesos legislativos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, criticó duramente los fallos judiciales contrarios a Trump, señalando que en su primer mandato se emitieron más medidas cautelares contra sus políticas que en cualquier otra presidencia desde 1963. Añadió que en este nuevo mandato, ha enfrentado más órdenes judiciales en un mes que Biden en tres años.
“Esta administración está decidida a enfrentar a los jueces rebeldes y a las medidas cautelares que hemos encontrado en un sistema judicial roto”, declaró.
Sus políticas comerciales ahora están generando incertidumbre para países y empresas, ya que la legalidad de los aranceles está en disputa judicial. La Casa Blanca ha pedido a la Corte Suprema que intervenga rápidamente, incluso antes de que una corte de apelaciones, el jueves, permitiera temporalmente que los aranceles continúen mientras se estudia el caso.
Lejos de retroceder o ajustar sus políticas para evitar disputas legales, Trump lanza críticas contra los tribunales y las políticas de Biden mientras presume otros logros.
“El presidente Trump ha cumplido rápidamente sus promesas de campaña: bajaron los precios de la gasolina, la frontera está segura, los migrantes criminales han sido deportados y Estados Unidos es respetado en el mundo”, dijo la viceportavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly.
Elaine Kamarck, investigadora del Brookings Institution, opinó que las declaraciones de Trump sobre aranceles, Medio Oriente y Rusia lo hacían parecer “fuerte y poderoso”, pero ahora “está enfrentando la realidad y debe encontrar cómo avanzar”.
Guerras en dos continentes
Con su política arancelaria e inmigratoria estancada, Trump también se muestra frustrado por dos conflictos que prometió resolver fácilmente.
No logró asegurar un acuerdo rápido de paz en Ucrania tras una llamada con Putin, con quien ahora se muestra cada vez más molesto.
“No estoy contento con lo que está haciendo Putin”, dijo Trump a la prensa el fin de semana pasado, y añadió que está considerando nuevas sanciones. La frustración crece a medida que Moscú intensifica sus ataques con algunos de los bombardeos más grandes de la guerra, que ya lleva tres años.
En Medio Oriente, Trump intenta lo que muchos de sus predecesores no lograron: lograr una paz duradera entre Israel y los palestinos. Pese a su firme apoyo a Israel, ni Netanyahu ni Hamás han respondido a sus pedidos de detener los ataques o liberar rehenes israelíes.
Aranceles e impuestos
El fallo sobre los aranceles también plantea dudas sobre si el plan fiscal de Trump —con recortes impositivos que benefician mayormente a los ricos y reducción del gasto— generará ingresos suficientes sin la recaudación prometida por aranceles.
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El proyecto de ley fiscal y de gasto de la Cámara de Representantes ahora pasa al Senado, donde algunos republicanos exigen cambios importantes. Incluye un aumento de cuatro billones de dólares en el techo de deuda de EE. UU., lo que genera urgencia mientras el Tesoro advierte que el país podría enfrentar un incumplimiento ya en agosto o septiembre.
Trump ha estado hablando por teléfono, suplicando directamente a algunos legisladores que apoyen a algunos de sus candidatos y sus iniciativas legislativas. Ha recurrido a las redes sociales y a sus discursos para criticar a los detractores republicanos que podrían descarrilar su proyecto de ley de recortes de impuestos, ridiculizándolos como “fanfarrones” que deben acatar la ley.
DOGE
Mientras Trump trabaja para que se apruebe su reforma fiscal, Musk abandona su círculo íntimo para volver a sus negocios privados, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de la iniciativa del Departamento de Eficiencia Gubernamental que él lideró. Los ahorros resultaron ser solo una fracción de lo que Musk predijo.
“No comprende las complejidades más amplias que están en juego, las complejidades históricas que están en juego”, dijo Christina Greer, profesora asociada de ciencias políticas en la Universidad de Fordham, Lincoln Center. “Y así hemos visto una y otra vez que este es un presidente que crea un problema, crea un montón de problemas, se retracta del problema y luego dice que lo ha resuelto”.
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