Bloomberg Línea — El papa Francisco falleció este lunes 21 de abril en su residencia del Vaticano y, según lo dicta la Iglesia católica, se declararán 15 días de luto para conmemorar su legado antes de iniciar el Cónclave para elegir a su sucesor.
Luego de la muerte del papa, el Sagrado Colegio Cardenalicio asumirá temporalmente los asuntos eclesiásticos y a su vez tiene la responsabilidad de preparar el siguiente cónclave tras el período de luto de quince días. El cónclave, una tradición que se remonta al siglo XIII, se realiza con la participación de cardenales menores de 80 años (hasta un máximo de 120 electores, según el derecho canónico).
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El proceso es totalmente hermético, ya que los cardenales se alojan en la residencia de Santa Marta (en el Vaticano), pero no pueden tener contacto con el exterior ni dispositivos electrónicos.
Los cardenales se reúnen en la Capilla Sixtina, donde permanecen “bajo llave” hasta llegar a un acuerdo, de ahí el nombre cónclave (del latín cum y clavis).
Votaciones para elegir al nuevo papa
- Cada día hay debates y hasta cuatro rondas de votación.
- Para ser elegido, un candidato necesita dos tercios de los votos.
- Si no se alcanza el consenso, se queman las papeletas con una sustancia que produce humo negro, señalando que aún no hay un nuevo papa.
Elección del nuevo papa
- Cuando un candidato alcanza la mayoría requerida, el decano del Colegio le pregunta si acepta.
- Si acepta, elige un nombre papal.
Anuncio al mundo
- Se queman las papeletas con productos químicos que generan humo blanco, señal de que hay nuevo papa.
- El nuevo pontífice se viste con las vestiduras papales y aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro para dar la bendición a los fieles reunidos en la Plaza y al resto del mundo.
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Los candidatos para elegir al sucesor del papa Francisco

Tras la muerte del papa Francisco, la Iglesia Católica se prepara la elección de su sucesor y en el listado de candidatos figuran especialmente cardenales europeos.
No obstante, por Latinoamérica resaltan como candidatos los nombres de los brasileños Leonardo Steiner, primer cardenal de la Amazonia brasileña, y Sergio da Rocha, actual Arzobispo de San Salvador de Bahía y Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil.
Por Italia, figuran candidatos fuertes como Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, y Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia desde 2015, progresista y cercano a Francisco.
También suenan nombres como el de Pierbattista Pizzaballa, actual patriarca latino de Jerusalén y experto en Medio Oriente.

Por Filipinas figura con fuerza Luis Antonio Tagle, cardenal-arzobispo de Manila, popular en Asia y alineado con Francisco.
Por Francia, figuran el arzobispo de Marsella Jean-Marc Aveline, promotor del diálogo interreligioso y cercano a la visión de Francisco.
Del lado de Portugal está José Tolentino de Mendonça, actual prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, teólogo y poeta progresista, también cercano al papa. Por Malta destaca Mario Grech, figura clave en el proceso del desarrollo del Sínodo.

Y por EE.UU. Robert Prevost (que tiene experiencia en América Latina), así como Wilton Gregory y Blase Cupich (progresistas). Otra figura importante es Raymond Leo Burke, un abierto contradictor del papa Francisco y defensor de la liturgia tradicional.
En África resalta la figura del cardenal Fridolin Ambongo, de la República Democrática del Congo, quien es considerado un fuerte defensor de la justicia social.
Por Hungría se considera como candidato a Péter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest y de un perfil más conservador. Asimismo, se ha nombrado a Willem Eijk, considerado teólogo tradicionalista de Países Bajos y una figura crítica de las reformas del papa.
La decisión sobre el nuevo papa marcará el rumbo de la Iglesia y pondrá a prueba el legado de Francisco, marcado por un mensaje de inclusión, justicia social y renovación, que dejó una huella en el catolicismo. Los cardenales elegirán en este Cónclave entre dos visiones principales para suceder al papa Francisco, la continuidad del progresismo y los cambios emprendidos, o un retorno a una visión más conservadora y tradicionalista.