Bloomberg — El panorama para los fabricantes extranjeros de automóviles en China no es halagador, ya que un nuevo estudio de la consultora AlixPartners muestra que el dominio de las marcas locales ascenderá hasta un 76% en 2030, a medida que disminuya la cuota de mercado de las empresas japonesas, europeas y estadounidenses.
Y a pesar de las persistentes presiones competitivas, se prevé que la agresiva guerra de precios del automóvil en el país evolucione, en lugar de remitir.
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En lugar de reducciones de precios manifiestas, los fabricantes de automóviles aplicarán cada vez más incentivos “ocultos” a los compradores, según el informe, como subvenciones de seguros, oferta de financiación a interés cero o modelos con funciones mejoradas de asistencia al conductor sin coste adicional.

Ese ha sido el libro de jugadas últimamente del líder del mercado BYD Co., que en febrero anunció que su sistema avanzado de asistencia al conductor denominado “Ojo de Dios” se estandarizaría en 21 modelos, incluidos los vehículos económicos. BYD también ha liderado la última ronda de descuentos, ofreciendo a finales de mayo rebajas de hasta el 34% en 22 de sus modelos eléctricos e híbridos enchufables.
La industria automovilística china, antaño dependiente de empresas conjuntas extranjeras, ha experimentado una rápida transformación impulsada en parte por el importante apoyo gubernamental y la inversión en vehículos de nueva energía. A medida que las marcas locales han ido creciendo, los fabricantes de automóviles extranjeros se han visto desplazados.
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En los últimos años, ante la ralentización del crecimiento nacional y los persistentes problemas de exceso de capacidad, los fabricantes de automóviles chinos han dado prioridad a la expansión mundial. En Europa, las marcas automovilísticas chinas están ahora en camino de hacerse con una cuota del 10% del mercado para 2030, añadiendo unas 800.000 en ventas de unidades que podrían remodelar fundamentalmente la industria automovilística del continente, según AlixPartners.
En China, mientras tanto, se prevé que los vehículos eléctricos de batería representen el 50% del mercado en 2030, mientras que la cuota de los automóviles con motor de combustión pasará de la mitad actual a alrededor del 19%, según el informe.
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