Bloomberg — Friedrich Merz se aseguró el respaldo parlamentario como nuevo canciller de Alemania en el segundo intento, allanando el camino para que el líder conservador se haga cargo de la mayor economía de Europa pero con una autoridad considerablemente disminuida.
En una repetición de la votación este martes, organizada tras varias horas de frenéticas consultas con expertos constitucionales, Merz obtuvo 325 votos, más de los 316 necesarios de los 630 legisladores. Solo había logrado 310 en un recuento inicial, a pesar de que los socios de la coalición suman 328 escaños en el Bundestag.
Los legisladores se quedaron atónitos a primera hora del día cuando Merz se quedó sin mayoría en la votación secreta del Bundestag que debía sellarle como jefe de una coalición gobernante de su bloque de centro-derecha CDU/CSU y los socialdemócratas de centro-izquierda.
Era la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un canciller entrante no conseguía el apoyo suficiente en el primer intento, lo que retrasó la toma de posesión de Merz como sucesor del canciller saliente del SPD, Olaf Scholz, y lanzó al país a un territorio desconocido.
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Dado que los votos son secretos, es posible que nunca se conozca la identidad de quienes no le respaldaron. Las teorías de la conspiración ya se arremolinaban sobre quién podría haber sido el responsable y cuáles eran sus motivos.
Tras su confirmación, Merz debe ser nombrado formalmente por el presidente Frank-Walter Steinmeier y luego jurar su cargo ante el presidente del Bundestag antes de un traspaso de poderes con Scholz y una primera reunión de su nuevo gabinete.
El miércoles tiene previsto su primer viaje al extranjero: a París para entrevistarse con el presidente francés, Emmanuel Macron, y después a Varsovia para reunirse con su homólogo polaco, Donald Tusk.
Estará ansioso por dejar atrás rápidamente la debacle de este martes y ponerse manos a la obra, pero el sorprendente revés en el Parlamento representa una enorme vergüenza para este hombre de 69 años, que ya sufre unos bajos índices de aprobación, y aviva la preocupación de que su capacidad para dirigir los asuntos del Gobierno se vea comprometida.
Lo que dice Bloomberg Economics:
“El mayor riesgo es que algunos disidentes se opongan fundamentalmente a partes clave de la agenda de la coalición, lo que podría complicar los esfuerzos para aprobar medidas económicas críticas. Eso elevaría el riesgo de retrasos en la planificación presupuestaria para este año y el próximo, lo que en última instancia se traduciría en un estímulo fiscal algo más débil de lo esperado a corto y medio plazo”: Antonio Barroso, analista principal de geoeconomía.
Merz asume el cargo en un momento crítico para Alemania. La economía está estancada tras dos años de recesión, la guerra de Rusia contra Ucrania sigue haciendo estragos en el este y el apoyo a la ultraderechista Alternativa para Alemania se refuerza, sobre todo en las antiguas regiones comunistas del este.
El partido antiinmigración, que fue clasificado formalmente como de extrema derecha la semana pasada por el servicio de seguridad nacional, ha superado al bloque de Merz en algunas encuestas y es ahora la principal fuerza de la oposición en el Bundestag.
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Los legisladores de la AfD celebraron el tropiezo de Merz, y su colíder, Alice Weidel, afirmó en un post en las redes sociales que “esto demuestra los débiles cimientos” sobre los que se había construido su coalición.
En una entrevista televisiva posterior, Weidel dijo que su partido, que quedó segundo en los comicios nacionales del 23 de febrero, está dispuesto a unirse a un gobierno de coalición.
“Solo podemos exigir que prevalezca el sentido común, que el Sr. Merz se retire y que se abra el camino para unas nuevas elecciones”, añadió.

“Vivimos tiempos de profundos cambios, de gran agitación y de gran incertidumbre”, dijo Merz el lunes en una ceremonia de firma del acuerdo de coalición. “Gran parte de Europa espera que volvamos a desempeñar un papel fuerte en el éxito del proyecto europeo”.
En el lado positivo, su gobierno está facultado para aumentar de inmediato las tan necesarias inversiones en las autopistas, la red ferroviaria y los puentes del país, después de que los conservadores y los socialdemócratas se asociaran con los Verdes en marzo para crear un fondo de inversión de 500.000 millones de euros (US$567.000 millones) para infraestructuras.

También impulsaron cambios en las restricciones constitucionales de endeudamiento de Alemania que eximen de hecho el gasto en defensa, allanando el camino para una profunda revisión de las fuerzas armadas tras años de falta de inversión.
La confirmación de Merz como canciller cumple una ambición de décadas. Interrumpió su carrera política entre 2009 y 2021 tras enfrentarse a Merkel -que se encontraba el martes en el Bundestag- y fracasó en dos intentos de hacerse con el liderazgo de la CDU a su regreso, antes de lograrlo finalmente a finales de 2021.
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