El Partido Laborista, actualmente en el poder en Noruega, no logró obtener el respaldo de todos sus socios políticos para el presupuesto del próximo año, lo que aumenta la posibilidad de una crisis gubernamental apenas tres meses después de su reelección.
El acuerdo alcanzado el sábado por la noche entre el Partido Laborista del primer ministro Jonas Gahr Store y dos grupos más pequeños de centroizquierda quedó claramente por debajo del apoyo de la mayoría parlamentaria, ya que otros dos partidos se retiraron de las negociaciones, principalmente debido a desacuerdos sobre el clima y el gasto social.
Store lidera un gabinete minoritario de un solo partido después de que el Partido Laborista fuera reelegido en unas reñidas elecciones parlamentarias celebradas en septiembre, que lo dejaron dependiente de cuatro grupos más pequeños de centroizquierda. Ya había enfurecido a algunos de sus aliados después de que el partido gobernante tendiera puentes con la oposición y se aliara con fuerzas de derecha para suspender las normas éticas que regulan el fondo soberano del país, valorado en 2,1 billones de dólares.
Si los esfuerzos por ganarse el respaldo de los dos socios disidentes —la Izquierda Socialista y los Verdes— no dan fruto antes de la votación del presupuesto prevista para el próximo viernes, Store “probablemente probará suerte con una moción de confianza”, en la que esos aliados aún podrían apoyarle, según ha declarado por teléfono Johannes Bergh, director de investigación del Instituto de Investigación Social con sede en Oslo.
Noruega, donde los gobiernos en minoría son algo habitual en la política, no celebra elecciones anticipadas.
“Si Store quiere seguir hablando sobre cómo podemos garantizar un presupuesto mejor, uno que realmente reduzca las emisiones, cuide la naturaleza y empodere a los más desfavorecidos, entonces lo haremos”, afirmó el líder del Partido Verde, Arild Hermstad, en un comunicado, añadiendo que Store “prefiere una crisis gubernamental a una solución justa para la crisis climática”.
Kirsti Bergsto, líder de la Izquierda Socialista, fue citada por la agencia de noticias NTB diciendo que el partido esperaba concesiones en “bienestar, clima y más solidaridad con Palestina”.
En septiembre, declaró a Bloomberg en una entrevista que exigirá que el fondo soberano se retire de 16 empresas relacionadas con los combates en Gaza y la ocupación de Cisjordania.
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