Suiza votó en contra de un impuesto sobre sucesiones del 50% para los residentes multimillonarios después de que varios empresarios adinerados amenazaran con abandonar el país.
Según datos del Gobierno publicados el domingo, el 78,3% del electorado se opuso al plan. Las encuestas previas al referéndum ya apuntaban a este resultado. Con una participación del 43%, la medida no obtuvo la mayoría en ningún cantón.
“Los votantes han rechazado claramente un arriesgado experimento de política fiscal”, afirmó la ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter. “Un impuesto de este tipo habría desequilibrado nuestro sistema tributario y habría perjudicado el atractivo de Suiza”.
El grupo de izquierda Jóvenes Socialistas lanzó la propuesta como una forma de recaudar fondos para luchar contra el cambio climático. El impuesto se habría aplicado a todos los activos superiores a 50 millones de francos (US$62 millones) que una persona legara o donara. Esto habría afectado a unas 2.500 personas en Suiza, el 0,03 % más rico de la población.
El plan se topó con la firme oposición del Gobierno y de todos los partidos, salvo los de izquierda. Argumentaron que el impuesto corría el riesgo de provocar la marcha de las personas adineradas, lo que contrarrestaría los ingresos y empeoraría la situación de las arcas fiscales.
Peter Spuhler, principal accionista de Stadler Rail AG, fue uno de los ricos empresarios que afirmó que emigraría si se aprobaba la medida, y declaró a los medios de comunicación locales que el impuesto obligaría a vender su empresa en caso de fallecimiento.
Suiza, que ya cuenta con impuestos sobre el patrimonio, tiene más de nueve multimillonarios por cada millón de habitantes, cinco veces más que la media de Europa occidental, según un estudio de UBS. También cuenta con disposiciones especiales para los extranjeros adinerados que les permiten pagar impuestos sin revelar completamente lo que poseen. Es probable que los beneficios fiscales de estos millonarios residentes hayan influido en los votantes en las elecciones del domingo.
Keller-Sutter dijo el domingo que cuando se debatió por primera vez en público la propuesta del impuesto sobre sucesiones, recibió advertencias de “varios” funcionarios locales, en particular de Suiza central, de que los habitantes ricos estaban considerando mudarse. La región alrededor del lago Lucerna se considera un lugar muy atractivo para los ricos.
El rechazo alivia algunas preocupaciones de que el estatus del país como uno de los mejores lugares del mundo para los ricos pueda estar decayendo. Esta reputación, alimentada por el enfoque de su sector bancario en los clientes de alto patrimonio y las políticas fiscales de algunos cantones, se ve ahora amenazada por la competencia de otros centros en Asia y Oriente Medio.
Los ciudadanos suizos, que votan en plebiscitos hasta cuatro veces al año en virtud de las normas de democracia directa del país, se han puesto repetidamente del lado de los intereses empresariales. En los últimos años, han rechazado medidas para establecer límites de emisión más estrictos, aumentar los días de vacaciones obligatorios y establecer un salario mínimo nacional.
Los votantes locales del cantón de Friburgo también siguieron esta tendencia el domingo, con un 53,5 % rechazando un plan para establecer un salario mínimo obligatorio de al menos 23 francos (28,60 dólares) por hora en la zona.
En una votación nacional separada, los votantes decidieron que el servicio en el ejército suizo debía seguir siendo obligatorio solo para los hombres.
La propuesta de una coalición de centroizquierda tenía como objetivo ampliar la obligación a las mujeres, al tiempo que permitía a cualquier persona cumplir con ella también mediante el servicio civil, como el cuidado de personas mayores o el trabajo medioambiental. El plan obtuvo solo un 15,9% de apoyo.
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