Trump convierte el G-20 de Sudáfrica en una historia de dos cumbres

La cumbre del G-20 logró cerrar una declaración común pese a la presión de Trump, mientras líderes del Sur Global y Europa se reagrupan ante el debilitamiento del multilateralismo.

PUBLICIDAD
Líderes mundiales, entre ellos el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa; el primer ministro de China, Li Qiang; el primer ministro de Australia, Anthony Albanese; el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; el presidente de Angola y presidente de la Unión Africana, Joao Lourenco, el primer ministro canadiense, Mark Carney (C), y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Por Neil Munshi
23 de noviembre, 2025 | 10:48 AM

Bloomberg — Si Donald Trump estaba empeñado en arruinar la Cumbre del Grupo de los 20 en Sudáfrica como parte de su ataque general contra el orden multilateral, que conste que no lo consiguió, pero ensanchó las grietas.

Ver más: Europa gana tiempo después de que Estados Unidos dio un ultimátum a Ucrania

PUBLICIDAD

El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, acosado por las falsas afirmaciones de Trump sobre el genocidio blanco en su país y el boicot estadounidense, consiguió que el resto del G-20 acordara una declaración, a pesar de las amenazas estadounidenses. El hecho de que respaldara todos los temas que su administración se ha pasado el año atacando -solidaridad global, igualdad, sostenibilidad- llevó a un periódico nacional a titular el primer día: “Nariz sangrienta para Trump”.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, se hizo eco de Ramaphosa cuando dijo que el mundo seguirá adelante sin EE.UU., particularmente, quizás, durante un mes en el que Trump parece cada vez más en camino de ser un pato cojo.

La cumbre “reunió a naciones que representan tres cuartas partes de la población mundial, dos tercios del PIB mundial y tres cuartas partes del comercio mundial, y eso sin la asistencia formal de Estados Unidos”, dijo Carney en una rueda de prensa el domingo en la cumbre de Johannesburgo. “Es un recordatorio de que el centro de gravedad de la economía mundial se está desplazando”.

PUBLICIDAD

Aún así, hubo muchas pruebas de que Trump conserva su influencia. Hubo la primera foto de familia, en la que aparecieron varios líderes mundiales que se habían saltado los procedimientos. Además de Trump, eso incluía al presidente de China, Xi Jinping. Uno de los que sí acudió fue el presidente francés, Emmanuel Macron, que en su discurso de apertura se mostró profético: “También debemos reconocer que el G-20 puede estar llegando al final de un ciclo”.

Eso quedó cada vez más claro a medida que avanzaba el fin de semana, y la escisión del orden multilateral se puso de manifiesto con el plan de paz de Trump para Ucrania. En su forma actual, da a Rusia casi todo lo que quiere y dejó a los líderes europeos intentando formular una respuesta al margen en Johannesburgo.

“Estamos luchando por tener una norma común sobre las crisis geopolíticas”, dijo Macron en su discurso de apertura de la cumbre. Podría haberse referido al cisma entre Estados Unidos y la UE sobre Ucrania, pero también podría haber estado hablando de la división entre Occidente y el resto del mundo sobre esa crisis y otras.

En la cumbre, eran los líderes occidentales los que se apiñaban para determinar cómo responder a Trump. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, publicó su propia foto de minifamilia del G7, en la que los países más ricos, menos Estados Unidos, abordaban la cuestión. Sus homólogos del Sur Global celebraron sus propias reuniones paralelas.

El turco Recep Tayyip Erdogan aprovechó su tiempo en el podio para hablar de lo que calificó de genocidio en Gaza; el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva expresó su preocupación por la concentración militar estadounidense en el Caribe, cerca de Venezuela.

Ver más: Rubio y Vance marcan la política exterior de Trump y anticipan el panorama hacia 2028

La costumbre de que los países se agrupen en el G-20 “ha empeorado mucho, ya que tanto Estados Unidos como China ya no están interesados en las instituciones multilaterales”, afirmó Pramit Pal Chaudhuri, responsable para Asia Meridional del Grupo Eurasia. “La UE está preocupada por Ucrania, mientras que el mundo en desarrollo lo está por la carga de la deuda, el comercio, la transición energética y las tecnologías emergentes”.

Para ello, India, Brasil y Sudáfrica reactivaron su tríada Brics-lite con una reunión entre los tres jefes de Estado. El indio Narendra Modi se reunió con una docena de líderes mundiales al margen. El Reino Unido e Indonesia firmaron un acuerdo marítimo por valor de 4.000 millones de libras (US$5.200 millones). India, Australia y Canadá aprovecharon la cumbre del G-20 para lanzar una nueva asociación para desarrollar tecnologías emergentes. Ramaphosa consiguió incluso mantener en la agenda la reducción de la deuda africana.

“El mundo se está reorganizando. Aquí se puede ver que están surgiendo nuevas conexiones”, dijo el canciller alemán Friedrich Merz en una rueda de prensa el domingo. “Estados Unidos no ha desempeñado ningún papel en todo esto. No creo que haya sido una sabia decisión por parte de EEUU estar ausente aquí”.

-- Con la colaboración de Sudhi Ranjan Sen, Michael Nienaber, Colum Murphy, Daniel Carvalho y Mike Cohen.

Lea más en Bloomberg.com

PUBLICIDAD