Bloomberg — En una reunión mundial para el personal de Nestlé SA celebrada el miércoles, el nuevo CEO, Philipp Navratil, fue breve. Reconoció los retos a los que se enfrenta la mayor empresa alimentaria del mundo, elogió su presencia global y sus marcas, y prometió volver pronto con un plan sobre cómo reactivar unos resultados flojos.
La retransmisión del evento virtual, bautizado como “All Hands”, terminó casi media hora antes de lo previsto.
Los inversores, frustrados con la dirección estratégica de la empresa suiza, podrían dar la bienvenida a alguien que renuncia a largas reuniones en favor de hacer las cosas. El precio de la acción ha caído cerca de un 45% desde el máximo alcanzado en 2022, golpeado por la caída de los volúmenes, los costes inflados, la volátil demanda de los consumidores y los pasos en falso de un equipo directivo al que se ve cada vez más fuera de contacto en su sede de acero y cristal a orillas del lago Lemán.
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Además, el escándalo del despido de Laurent Freixe tras una relación sentimental no revelada y la gestión del asunto por parte del presidente Paul Bulcke han convertido a Nestlé, con su reputación de gestión estable, valores corporativos y dividendos fiables, en carne de tabloide. Incluso se ha sugerido que la mala conducta de Freixe era un secreto a voces.
La empresa suiza se encuentra ahora bajo una nueva dirección tras los nuevos acontecimientos de esta semana. A última hora del martes, Bulcke, un veterano de la empresa, dijo que se retiraba antes de lo previsto. Le sustituirá Pablo Isla, antiguo jefe de Inditex SA, propietaria de la marca de moda Zara.
“Ahora el camino está abierto, quizá incluso para un enfoque revolucionario, no solo evolutivo”, dijo Ingo Speich, responsable de sostenibilidad y gobierno corporativo de Deka Investment. “La empresa tiene un enorme potencial, pero llevará algún tiempo darle la vuelta. Se han instalado años de autocomplacencia, junto con una estrategia equivocada”.
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El nombre del acto del miércoles procede de la frase naval de emergencia “todos a cubierta”. Era la tercera edición, y las tres han tenido un Director General diferente. Antes de Navratil estuvo Freixe, y un año antes, en 2023, Mark Schneider.
La puerta giratoria de la cúpula directiva ha puesto de manifiesto las deficiencias de Nestlé en materia de gobernanza y planificación de la sucesión, que han saltado a la palestra en medio de la deriva estratégica general de la compañía. El crecimiento de las ventas cayó el año pasado a su nivel más bajo en décadas y unidades como el agua embotellada y las vitaminas han tenido un rendimiento inferior al esperado.
Este reportaje se basa en conversaciones con altos ejecutivos de Nestlé, así como con otros empleados e inversores, algunos de los cuales solicitaron el anonimato para hablar de asuntos internos. Un portavoz de Nestlé dijo que no se presionó a Bulcke para que se fuera antes de tiempo. La empresa ha negado previamente que Bulcke tratara de proteger a Freixe durante una investigación inicial.
Una mirada interna y otra externa
El nuevo CEO y el equipo de presidentes tienen trayectorias complementarias que pueden ayudarles a impulsar los cambios que desean los accionistas.
Navratil es un experto que lleva más de dos décadas en la empresa, que vende café Nespresso, comida para mascotas Purina y otros muchos productos por valor de US$100.000 millones en 185 países. Isla es una persona de fuera que puede aportar nuevas ideas a la empresa.
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“Flossbach von Storch, un inversor de Nestlé, dijo en un comunicado: “Ahora hay que tomar decisiones estratégicas importantes lo antes posible”. Esto incluye una revisión estratégica y un análisis riguroso de las perspectivas de crecimiento a largo plazo de las categorías individuales. Además, Nestlé debe reducir su enorme montaña de deuda”.
El nuevo equipo directivo no llega haciendo borrón y cuenta nueva. Isla lleva en el consejo de Nestlé desde 2018, por lo que no será inmune al escrutinio. Su mandato incluyó la elevación de Freixe y supervisó la reciente investigación de la relación no revelada de Freixe con un informe directo, que resultó en su despido. Se trata del segundo cambio de CEO en aproximadamente un año, tras la repentina destitución de Schneider por los flojos resultados de la empresa.
Muchas cosas han ido mal en los últimos años. Nestlé anunció una depreciación de 1.900 millones de francos del negocio de tratamiento de la alergia a los cacahuetes Palforzia en 2023, y también se ha enfrentado a un intenso escrutinio en Francia tras ser multada por tratamientos ilegales de su agua mineral natural Perrier.
La deuda se ha disparado, impulsada por las adquisiciones, la recompra de acciones y el pago de dividendos, y sus acciones han tenido un rendimiento inferior. La acción se valora ahora con un múltiplo de beneficios similar al de Unilever, después de haber cotizado con una prima respecto a sus homólogas hasta finales de 2022.
La crisis de Nestlé también supone otro punto negro para Suiza. El país se ha enorgullecido durante mucho tiempo de su fiabilidad, estabilidad y eficiencia, pero esa imagen ha sufrido un duro golpe tanto en el mundo empresarial como en el político.
Credit Suisse quebró y UBS Group AG intervino para rescatar a su antiguo archirrival. UBS se enfrenta ahora abiertamente al gobierno suizo por los nuevos requisitos de capital.
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Entretanto, el gobierno suizo ha sido noticia mundial por un catastrófico fracaso diplomático este año en relación con las negociaciones arancelarias con Estados Unidos. Las negociaciones fracasaron en el último momento y el país se vio abofeteado con un arancel del 39%, el más alto de todos los países desarrollados.
Esto afecta directamente a Nestlé. Aunque la empresa tiene plantas de fabricación en todo el mundo, eso no se aplica a Nespresso, donde todas las cápsulas de café se fabrican en Suiza. Las ventas mundiales de Nespresso ascendieron a 6.400 millones de francos suizos (US$8.100 millones) en 2024. La empresa no proporciona un desglose por Estados Unidos.
El mandato de Bulcke
La etapa de Bulcke al frente de la empresa ha sido una historia de dos mitades. Como CEO durante casi nueve años hasta 2016, el precio de las acciones de Nestlé aumentó alrededor del 44%, ya que impulsó a la compañía en nuevas áreas, como la salud de la piel.
La unidad se vendió en 2019, momento en el que Bulcke era presidente y Schneider le había sucedido como CEO. El emparejamiento fue bien recibido por los inversores en los primeros años, un periodo que incluyó la venta de algunas unidades no críticas como las aguas embotelladas estadounidenses y un enfoque en negocios de crecimiento más rápido como el café.
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Schneider, un extraño outsider que anteriormente había dirigido el grupo sanitario Fresenius SE, impulsó a Nestlé hacia la salud y el bienestar. En 2021, compró las principales marcas del fabricante de vitaminas Bountiful Co. por 5.750 millones de dólares, incluida Nature’s Bounty.
La subida de las acciones de Nestlé continuó hasta alcanzar su punto álgido a principios de 2022, cuando una estrategia que parecía haber funcionado de repente dejó a la empresa mal equipada para los retos de un mundo post-pandémico.
En medio de un repunte de la inflación a medida que las naciones salían de Covid, los clientes preocupados por los precios acudieron en masa a las marcas propias privadas en busca de ahorros. Desde entonces, las acciones de Nestlé no han dejado de caer. Las acciones cayeron por quinto día consecutivo este jueves, y están cerca del nivel más bajo desde 2016.
Después de que el consejo perdiera la paciencia con Schneider el año pasado, recurrió al veterano Freixe, a quien Bulcke describió como el “candidato perfecto” para reactivar el crecimiento. Su estrategia incluía deshacer algunos de los movimientos de Schneider. En julio, Nestlé dijo que estaba considerando la venta de algunas marcas de bajo rendimiento en su negocio de vitaminas, minerales y suplementos, incluyendo Nature’s Bounty.
“Nestlé ha estado dormida - no solo el consejo. Básicamente se les vendió la idea de que Schneider haría ciencia de la salud con Nestlé, y la ejecución fue mala”, dijo Pierre-Olivier Essig, jefe de investigación de AIR Capital. “Todas las empresas que Nestlé ha comprado desde que Bulcke era presidente no han dado resultados”.
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Freixe también había prometido actuar con rapidez para arreglar las cosas cuando asumió el cargo. Sin embargo, mientras diseñaba una estrategia, también se enfrentaba a quejas internas relacionadas con su relación con un subordinado. Sobrevivió a una investigación inicial, pero después de que las quejas continuaran a través de un sistema interno llamado “speak up”, una segunda investigación en la que participaron asesores externos concluyó que había violado el código de conducta de Nestlé.
Ahora Navratil recoge el testigo. El miércoles, el personal pudo echar un vistazo a lo que puede estar por venir cuando un representante de recursos humanos hizo una presentación sobre las “futuras formas de trabajar” de Nestlé.
Entre las diapositivas figuraban las frases “rapidez por encima de perfección” y “valentía por encima de comodidad”.
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