Bloomberg — Un nuevo informe revela que las firmas de lujo están lanzando productos más pequeños y con precios más asequibles, tratando de atraer al público a sus tiendas para hacer frente a la desaceleración en la demanda.
Esta tendencia se produce después de que las empresas se enfrentaran en los últimos años a la reacción de los consumidores ante las fuertes subidas de precios.
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Una de cada cuatro marcas de alta gama están recurriendo a esta estrategia para que los clientes continúen visitando sus tiendas, explica Claudia D’Arpizio, socia de Bain & Co, que publicó su informe este jueves.
“Han sido conscientes de que necesitaban una recalibración”, declaró durante una entrevista.
Aunque resulta más difícil introducir productos más asequibles en categorías como la marroquinería, el calzado y el prêt-à-porter, hay firmas que están hallando fórmulas para evitarlo, sobre todo en cuanto a los textiles.
Por ejemplo, Loewe, que pertenece al conglomerado LVMH, conocida por sus bolsos de cuero que pueden llegar a costar €5.200 euros (US$5.980), ofrece actualmente un bolso con cordón en una tela similar a una esponja por €280 (US$321,80).
Las marcas también están introduciendo nuevos productos en categorías más económicas, como bisutería, gafas y belleza, en un intento de atraer especialmente a clientes más jóvenes, según D’Arpizio.
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Este cambio se produce después de que los precios de los productos de lujo crecieran hasta un 12% de media anual entre 2022 y el primer semestre del año pasado, lo que ahuyentó a muchos compradores.
El sector de los artículos personales de lujo, con un valor de €364.000 millones (US$418.670 millones) perdió cincuenta millones de clientes entre 2023 y 2024, según estimó Bain el año pasado.
El sector se contraerá entre un 2% y un 5% este año, tras mantenerse inalterado el año pasado, según el escenario más probable que resalta en el último informe de Bain. Este será el peor desempeño desde la crisis financiera mundial de 2009, si se excluye la pandemia. Es más, China estaba creciendo entonces y ya no lo está, añadió D’Arpizio.
Por otra parte, describió el sorpresivo nombramiento de Luca de Meo, del fabricante de automóviles Renault SA, como CEO de Kering SA, propietario de Gucci, como una “buena decisión” en una industria que tiende a operar en un circuito cerrado.
Los sectores automotriz y de lujo enfrentan desafíos similares, con una desaceleración del crecimiento y presión sobre los márgenes, añadió.
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