La industria agrícola brasileña domina la producción de bioinsumos y quiere salir al exterior

Una iniciativa de ApexBrasil y CropLife, que reúne a miembros como Syngenta, Basf, Bayer, Corteva y Koppert, planea acciones para ampliar la presencia internacional de Brasil en este mercado.

Projeto Bioinsumos no Brasil
04 de junio, 2025 | 01:15 AM

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Bloomberg Línea — La agroindustria brasileña busca soluciones más sostenibles en un momento de creciente preocupación por la forma en que se producen los alimentos.

Una de las estrategias es una mayor adopción de bioinsumos, que son productos desarrollados a partir de microorganismos. Se trata de un segmento en el que Brasil ya se ha consolidado como uno de los principales productores mundiales.

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Ahora, la próxima frontera es ampliar su presencia en el mercado internacional. Las exportaciones brasileñas de bioinsumos rondan los US$90 millones al año, y se espera que esta cuota crezca en los próximos años.

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Este fue el telón de fondo para la creación del Proyecto Brasileño de Bioinsumos, una iniciativa conjunta entre la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil) y CropLife Brasil, una organización que representa a 54 empresas del sector, principalmente en las áreas de bioinsumos, biotecnología y productos químicos.

Entre los miembros de la organización están algunas de las mayores empresas mundiales de agronegocios del segmento, como Syngenta, Basf, Bayer, Corteva y Koppert, entre otras.

En una década, Brasil pasó a representar más de un tercio del mercado mundial de bioinsumos, creciendo a un ritmo superior a la media mundial en los últimos tres o cuatro años”, afirmó el CEO de CropLife Brasil, Eduardo Leão, en un evento con periodistas y organizaciones del sector, el martes, 27 de mayo.

En total, se han invertido R$5,6 millones (US$983.600) en el proyecto para los próximos dos años, dijo Leão, con fondos divididos a partes iguales entre ApexBrasil y CropLife. El proyecto también cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA).

Según Leão, el momento actual representa un nuevo ciclo para la agricultura nacional. En entrevista con Bloomberg Línea, el directivo detalló el plan de acción del proyecto, dividido en tres etapas.

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La primera fase involucra el mapeo de oportunidades y desafíos en los principales mercados internacionales; también habrá participación en ferias y eventos en el exterior, como AgriShow Argentina, y, finalmente, la formación de asociaciones estratégicas con cooperativas y asociaciones de productores en países relevantes para el mercado de bioinsumos.

Estados Unidos, la Unión Europea y algunos países latinoamericanos como Chile, Colombia y México están en el horizonte.

El proyecto también apunta a regiones con un clima similar al de Brasil, como el Sudeste Asiático y parte del continente africano.

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Imagen internacional

Según Jorge Viana, presidente de ApexBrasil, el lanzamiento del proyecto de bioinsumos llega en un momento en que cada vez más consumidores buscan entender de dónde vienen sus alimentos y cómo se manipulan.

“Al mismo tiempo que vivimos bajo la amenaza de una crisis climática, necesitamos buscar una mejor relación en la producción para servir al consumidor. Y la mejor forma es a través de los bioinsumos: algo que está en equilibrio con la naturaleza, al mismo tiempo que ofrece una garantía al consumidor”, dijo Viana en el evento.

La preocupación por la imagen de la agroindustria brasileña también fue destacada por los ejecutivos y organizaciones presentes en el evento, que afirmaron que el objetivo es convertir el sector en un escaparate para el mundo también en este frente, especialmente a través de técnicas más sostenibles.

Brasil ya es líder mundial en la producción de bioinsumos y se considera puntero, a través de organizaciones como la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), en el descubrimiento de formas de producción más sostenibles.

La semana pasada, la investigadora de Embrapa y agrónoma Mariangela Hungria da Cunha fue galardonada con el Premio Mundial de la Alimentación 2025 por su trabajo con los bioinsumos. Entre sus contribuciones está la identificación y selección de bacterias capaces de ayudar a la soja a fijar el nitrógeno en los cultivos en el estado de Paraná.

Para Luis Rua, Secretario de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura, el mercado de los bioinsumos es relativamente “nuevo” y, por tanto, tiene potencial de crecimiento tanto a nivel nacional como internacional.

“En Embrapa tenemos actualmente más de 100 proyectos relacionados con los bioinsumos, y creo que este proyecto será el gran punto de inflexión para llevarlos al mundo”, afirmó.

Según Rua, el proyecto debe animar a las empresas a llevar sus productos al exterior, lo que les ofrecerá la oportunidad de conocer la demanda del mercado.

“Hay una expresión que me gusta mucho: ‘nadie ocioso vende helados. Y esa es la idea. Por eso necesitamos una agenda internacional muy intensa”, afirmó.

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Potencial

El uso de bioinsumos en el país creció un 13% en la cosecha 2024/2025, hasta 156 millones de hectáreas tratadas, según una investigación divulgada el martes por Blink por encargo de CropLife Brasil.

El equivalente al 26% de la superficie plantada en Brasil utiliza algún tipo de bioinsumo, frente al 23% de la campaña anterior. Segmentos como los bioinsecticidas, biofungicidas y bionematicidas crecieron una media del 22% anual.

En comparación con el resto del mundo, el avance es cuatro veces superior a la media mundial.

Mato Grosso es el estado que más utiliza bioinsumos agrícolas en el país, con el 34%, según la encuesta, seguido de Goiás, con el 12%, São Paulo, con el 10%, y Paraná y Mato Grosso do Sul, ambos con el 8%. En último lugar están Tocantins, con el 4%, y Maranhão, con el 3%.

Además, Brasil cuenta con más de 1.000 productos registrados, la mitad de ellos en los últimos tres años, y más de 170 empresas productoras, lo que indica que las empresas también se están moviendo para satisfacer la demanda.

Cerca del 90% de las materias primas utilizadas son nacionales, lo que contrasta con la fuerte dependencia de insumos extranjeros, como los fertilizantes.

El año pasado, Brasil fue considerado el mayor importador de fertilizantes del mundo, según datos del Consejo Nacional de Fertilizantes (Confert). El país compra entre el 75% y el 95% de los insumos que consume, según el tipo: el 75% de los fosfatos, el 85% del nitrógeno y el 95% del potasio.

En el caso de los bioinsumos, la ecuación es diferente: ya están presentes en todos los principales cultivos agrícolas del país, especialmente la soja (62%), el maíz (23%), la caña de azúcar (10%), el algodón, el café y los cítricos (6%).

“Tenemos una oportunidad única de convertir a Brasil en un exportador neto de bioinsumos”, afirmó Leão.

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