Bloomberg — Puma SE ha registrado un primer trimestre estable, lo que supone un impulso para la empresa alemana de ropa deportiva, que actualmente opera sin CEO.
Según un comunicado publicado el jueves, los beneficios ajustados de la marca de zapatillas deportivas ascendieron a 76 millones de euros (US$86 millones) antes de intereses e impuestos. Esta cifra es inferior a la del año pasado, pero ligeramente superior a las estimaciones de los analistas.
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Puma también mantuvo sus objetivos de beneficios para 2025, aunque reconoció que las perspectivas no tienen en cuenta el posible impacto de los aranceles del presidente Donald Trump, debido a la gran incertidumbre existente.
Las acciones subieron hasta un 4,6% en las primeras operaciones en Fráncfort. Las acciones han caído casi un 50% en lo que va de año.
El rendimiento estable supone un punto positivo para la marca alemana, que en abril se separó de su antiguo CEO, Arne Freundt, tras un desacuerdo con el consejo de supervisión sobre la estrategia de la empresa. Puma espera ahora la llegada en julio de Arthur Hoeld, veterano de Adidas, como nuevo CEO.
Es un momento difícil para estar sin líder, ya que la exposición de la industria de los zapatos deportivos a la fabricación en Asia la sitúa en el punto de mira de la guerra comercial de Estados Unidos. Sin embargo, Puma parece estar ganando impulso con sus zapatillas retro Speedcat, que son clave para los esfuerzos de la empresa por subir los precios de su calzado más moderno.
Aunque muchos inversores acogerán con satisfacción el buen comienzo del año fiscal de la empresa, probablemente querrán ver cómo ajusta exactamente Hoeld la estrategia antes de cambiar su opinión sobre Puma, según ha señalado Piral Dadhania, analista de RBC Capital Markets, en una nota.
Puma ha obtenido unos resultados ligeramente mejores de lo esperado en la región de Europa, Oriente Medio y África, mientras que su rendimiento se ha visto afectado en Norteamérica y China, ha señalado Dadhania.
En marzo, Puma decepcionó a los inversores con una sombría actualización comercial basada en los aranceles comerciales, las fluctuaciones monetarias y las crecientes tensiones geopolíticas. También afirmó que los beneficios ajustados antes de intereses e impuestos probablemente caerían este año hasta situarse entre 520 y 600 millones de euros, mientras que las ventas ajustadas por el tipo de cambio solo crecerían entre un 1% y un 5%.
Las perspectivas suscitaron dudas sobre si Puma podrá alcanzar su objetivo de un margen Ebit del 8,5% para 2027, una meta que ya había retrasado dos años en enero.
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La marca ha tenido dificultades para aprovechar el impulso generado durante los casi diez años de mandato de Bjorn Gulden, que la abandonó para convertirse en CEO de Adidas en 2023. Freundt trató de reforzar el perfil de Puma en el segmento de las zapatillas deportivas y la ropa deportiva de alta gama, pero nunca logró lanzar un producto que captara el espíritu de la época.
Aunque algunos analistas aplaudieron la decisión de nombrar a Hoeld nuevo CEO, advirtieron que Puma tardará meses en cambiar su estrategia y que Hoeld necesitará aún más tiempo para lanzar nuevos productos al mercado.
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