Bloomberg — Stellantis NV (STLA) está pausando el trabajo en la próxima generación del vehículo utilitario deportivo Jeep Compass y todas las actividades en su planta de ensamblaje en Brampton, Ontario.
“Mientras navegamos por el dinámico entorno actual, Stellantis sigue reevaluando su estrategia de producto en Norteamérica”, dijo el jueves la portavoz Jodi Tinson en un comunicado enviado por correo electrónico. La paralización no cambia los planes de inversión previamente anunciados para la fábrica canadiense, dijo la empresa.
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La planta de Brampton, cerca de Toronto, empleaba a unos 3.000 trabajadores y ha estado sometida a un programa de reequipamiento para construir vehículos eléctricos y de gas para las marcas Jeep. Se espera que vuelva a su plena capacidad una vez que ese trabajo esté terminado.
Stellantis está examinando su estrategia después de que el CEO, Carlos Tavares, abandonara el cargo en diciembre bajo la presión del consejo de administración, que había perdido la paciencia con el descenso de las ventas en Estados Unidos. El mes pasado, el fabricante de automóviles dijo que construirá una nueva camioneta de tamaño medio en su planta de Belvidere, Illinois, que había sido cerrada bajo el mandato de Tavares.
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El “anuncio inesperado” en Brampton es motivo de “grave preocupación”, según Unifor, el sindicato que representa a los trabajadores del sector del automóvil en esa planta. Plantea dudas sobre el calendario del proceso de reequipamiento, dijo el sindicato.
“El caos y la incertidumbre que asolan la industria automovilística norteamericana, que se encuentra bajo la amenaza constante de aranceles y de un desmantelamiento de la normativa sobre vehículos eléctricos procedente de EE.UU., están teniendo repercusiones en tiempo real sobre los trabajadores y las decisiones de las empresas”, declaró la presidenta de Unifor, Lana Payne. “Las amenazas también son peligrosas para nuestra economía y para los empleos canadienses”.
Unifor dijo que el impacto de un retraso en la puesta en marcha en Brampton tendría efectos indirectos en los proveedores locales de piezas vinculados a la producción de vehículos, incluidos miles de trabajadores sindicados y no sindicados.
El ministro canadiense de Industria, François-Philippe Champagne, dijo en un mensaje en las redes sociales que el Gobierno está en contacto con Stellantis y Unifor. “Nos aseguraremos de que Stellantis cumpla sus compromisos y siga adelante con sus planes para Brampton”.
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Stellantis anunció en mayo de 2022 que planeaba invertir miles de millones en reequipar sus plantas de Brampton y de Windsor, en Ontario, para fabricar vehículos eléctricos. Desde entonces, ha recibido nuevas promesas de ayuda financiera de los gobiernos de Canadá y Ontario, incluidas enormes subvenciones para una planta de baterías de vehículos eléctricos en Windsor.
Cuando se anunció este último acuerdo en 2023, se preveía que la fábrica de baterías recibiría hasta 15.000 millones de dólares canadienses (US$10.600 millones) en ayudas de los contribuyentes.
Stellantis confirmó el traslado de Compass a Brampton en noviembre de 2023.
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El presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con imponer aranceles del 25% a la mayoría de los productos canadienses importados por EE.UU. y, en los últimos días, también ha prometido aranceles del 25% específicamente sobre las importaciones de automóviles. De llevarse a cabo, los aranceles pondrían patas arriba la cadena de suministro de vehículos norteamericana, altamente integrada.
El objetivo de Trump es impulsar la inversión en la fabricación de automóviles hacia EEUU. “No queremos sus vehículos, queremos fabricar los coches en Detroit”, dijo Trump a Fox News a principios de este mes. El número de vehículos de fabricación canadiense importados por EE.UU. ha caído cerca de un 50% en los últimos 10 años.
Con la colaboración de Brian Platt y Chester Dawson.
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