Un magnate de 83 años intentará salvar 3.500 establecimientos de Domino’s Pizza

Cowin se convirtió en el presidente ejecutivo interino de Domino’s Pizza Enterprises el mes pasado, cuando se anunció que el CEO Mark van Dyck dejaría el cargo en diciembre tras solo un año en el puesto.

Jack Cowin, de Domino's Pizza.
Por Filipe Pacheco - Carmeli Argana
28 de agosto, 2025 | 02:23 AM

Bloomberg — El multimillonario Jack Cowin construyó un imperio de comida rápida al introducir el pollo frito en la Australia de los años 60.

Ahora, a sus 83 años, vuelve para intentar dar un giro a la mayor franquicia de Domino’s Pizza fuera de Estados Unidos.

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Cowin es el mayor accionista de Domino’s Pizza Enterprises Ltd., que cotiza en la bolsa de Sídney y cuenta con más de 3.500 establecimientos desde Australia hasta Europa. Las acciones han caído un 91% desde su máximo hace cuatro años, ya que el aumento de los costos y la competencia han erosionado su cuota de mercado. Domino’s Pizza Inc., que cotiza en la bolsa estadounidense, ha caído solo un 10% durante el mismo periodo.

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El octogenario tiene mucho que ganar con la reactivación de la cadena de pizzerías. Su participación de casi el 25% en la empresa forma parte de su fortuna de US$3.200 millones, calculada por primera vez por el Índice de multimillonarios de Bloomberg. Cowin es también presidente y director general de CFAL Group, operador de la cadena Hungry Jack’s, que posee la franquicia principal de Burger King en Australia.

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Cowin se convirtió en el presidente ejecutivo interino de Domino’s Pizza Enterprises el mes pasado, cuando se anunció que el CEO Mark van Dyck dejaría el cargo en diciembre tras solo un año en el puesto. Cowin dijo que la junta directiva había aceptado el plan quinquenal de van Dyck, que incluía el cierre de cientos de tiendas no rentables y la reducción de costes, pero no estaba de acuerdo con el ritmo de ejecución.

“Los accionistas han perdido la paciencia, y los que quedan la perderán si no vemos un cambio pronto”, afirmó Romano Sala Tenna, gestor de carteras de Katana Asset Management en Perth. “Que Jack Cowin adopte un enfoque muy práctico a partir de ahora es algo positivo. Probablemente, el nuevo CEO tenga que mostrarse un poco más ambicioso y motivado”.

Domino’s Pizza Enterprises anunció el miércoles que pasó a registrar pérdidas de 3,7 millones de dólares australianos (US$2,4 millones) en el año que finalizó el 29 de junio, frente a los beneficios de 96 millones de dólares australianos del año anterior. La empresa redujo a más de la mitad el pago del dividendo final a los accionistas y anunció que va a reducir costes y simplificar operaciones. Las acciones en Sídney cayeron un 22% el miércoles, la mayor caída en un día desde enero de 2024.

“Estamos tomando medidas para que Domino’s sea una empresa más ágil y eficiente”, afirmó Cowin en un comunicado. “Tenemos trabajo por delante. Pero sabemos lo que importa”.

Cowin es un magnate de la alimentación y las bebidas que se ha hecho a sí mismo. Nacido en 1942 en Windsor, Canadá, vendía seguros en Toronto antes de trasladarse a Australia a finales de sus veinte años con su esposa y su hijo mayor.

En la década de 1960, la industria de los servicios de alimentación en Australia “consistía en restaurantes chinos, tiendas de fish and chips y restaurantes elegantes con manteles blancos, eso era todo”, afirmó en un video de 2022 para el premio EY Entrepreneur of the Year, citando sus impresiones tras su primera visita al país.

Abrió el primer Kentucky Fried Chicken en Perth en 1969, después de recaudar fondos de 30 inversores canadienses que le prestaron 10.000 dólares canadienses (US$7.200 dólares) cada uno, según contó en una entrevista con la CNBC el pasado mes de diciembre. Continuó gestionando los establecimientos de KFC hasta que los vendió en 2013.

Domino’s Pizza Enterprises alcanzó un récord en 2021, ya que la pandemia impulsó la demanda de entregas a domicilio, pero desde entonces ha caído en picado debido al aumento de los costes, la competencia de las plataformas de reparto y la aparición de cadenas como Guzman y Gomez Ltd., cadena de burritos que cotiza en la bolsa de Sídney. A estos retos se sumó la presión para crecer de forma agresiva en el extranjero.

En la primera mitad del año fiscal 2025, Domino’s Pizza Enterprises registró una pérdida neta de 22,2 millones de dólares australianos (US$14,4 millones), en comparación con los beneficios de 58 millones de dólares australianos del año anterior. Los ingresos en Asia cayeron un 7,1%, seguidos de descensos del 6,9 % en Europa y del 5,2% en Australia y Nueva Zelanda.

A medida que se acumulaban los problemas, el antiguo CEO Don Meij anunció su jubilación en noviembre, tras casi cuatro décadas en la empresa. Las débiles ventas, especialmente en Japón y Francia, eran uno de los principales motivos de preocupación.

El sucesor de Meij, van Dyck, dijo en febrero que cerraría más de 200 tiendas no rentables, la mayoría de ellas en Japón, en un intento por resucitar el crecimiento de los beneficios. El mes pasado, Cowin afirmó que van Dyck decidió dimitir y no fue expulsado.

El multimillonario mencionó que el consejo de administración había iniciado el proceso de búsqueda de un nuevo CEO para el grupo. También mencionó que un elemento importante en la reducción de costes es el departamento de TI, que se ha vuelto caro y ya no proporciona una ventaja competitiva.

La elección del CEO, junto con la mano estabilizadora de Cowin, se considera vital para la recuperación de la empresa.

“La rápida rotación de los líderes enturbia la dirección, y la puerta giratoria en la sala de juntas dificulta que los inversores se crean la historia de crecimiento a largo plazo”, afirmó Josh Gilbert, analista de mercado de eToro en Sídney. “Es evidente que se necesita estabilidad y, hasta que eso ocurra, afecta a la inversión”.

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En el informe anual de Domino’s Pizza Enterprises, publicado el miércoles, Cowin repasó sus más de 50 años en la industria de la comida rápida. Según él, los clientes siguen queriendo comida fresca, caliente y asequible.

“A menudo me preguntan si los hábitos alimenticios de los consumidores han cambiado realmente. ¿Mi respuesta? No mucho", afirmó. “Los gustos cambian, las tendencias van y vienen, pero los fundamentos siguen siendo los mismos”.

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