El ‘baby boom’ de los multimillonarios tiene lecciones para nuestra crisis

Bebé
Por Lionel Laurent
08 de agosto, 2025 | 08:21 AM

En los países desarrollados, las tasas de natalidad están registrando mínimos históricos, y es comprensible por qué es una prioridad para los gobiernos, que se preocupan por su incidencia en el crecimiento y las finanzas públicas. Según los estudios, nuestras propias preferencias y prioridades son determinantes.

El desarrollo profesional, las normas sociales y el modo en que optamos por emplear nuestro tiempo son factores clave, al igual que lo es nuestro deseo de ser unos mejores y más centrados padres para la media actual de 1,38 nacimientos por mujer en Europa y 1,59 en EE.UU. (solía rondar los 2,1 no hace tanto tiempo).

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Generalmente, a medida que los países se hacen más ricos, las tasas de fertilidad tienden a disminuir.

¿Por qué, entonces, algunas de las personas más acaudaladas del planeta parecen equiparar el estatus con tener más hijos, y no menos?

Elon Musk, cuyo sueño es repoblar el planeta, ha engendrado 14 hijos. Por su parte, el magnate del lujo Bernard Arnault tiene 5, cada uno con una función asignada en su imperio LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton SE.

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El dueño de Telegram Messenger LLP, Pavel Durov, tiene 6, sin incluir los sorprendentes cien futuros herederos que asegura haber engendrado a través de donaciones de esperma en doce países, algo por lo que también parece estar interesado el padre de Musk.

Natalidad

Quizá sea una cosa de machos alfa, y no lo que muchos de nosotros veríamos como paternidad ejemplar, a juzgar por los informes sobre cómo Musk trata a las madres de su “legión” de bebés.

No obstante, un vistazo a los cien estadounidenses más ricos del Índice de Multimillonarios de Bloomberg, entre los que se encuentran mujeres como Melinda Gates y Diana Hendricks, revela que tienen poco más de tres hijos de media: más “auge” que “crisis” de bebés.

Un estudio de los 948 estadounidenses más ricos, elaborado por la economista Ria Wilken y publicado en enero, calculó una media de 2,99 hijos.

En general, la mayoría de los multimillonarios son varones y contraen matrimonio en varias ocasiones, por lo que no puede compararse directamente con la tasa de fecundidad nacional (femenina). Sin embargo, 2,99 es superior a la media de 1,94 hijos por familia que figura en los datos del censo de EE.UU.

La mayoría de los estadounidenses (71%) han tenido dos hijos o menos, según la Encuesta Social General del año pasado.

Por lo visto, cualesquiera que sean las preferencias y normas del mundo desarrollado, no se ajustan perfectamente a las de los superricos.

Una teoría sostiene que esto se debe a que los multimillonarios viven según un código genuinamente diferente, más parecido a las dinastías carolingias de la Europa medieval que a las comedias cómicas de “Más barato por docena” (Cheaper by the Dozen). Es más probable que prioricen la sucesión, la reproducción y la preservación del capital que el resto de nosotros.

Esto podría llevar a actitudes más tradicionales respecto a las parejas.

Wilken estima que un impresionante 95% de los multimillonarios tienen una pareja en una posición social alta, técnicamente conocida como “homogamia”, y que las esposas de los multimillonarios tienen más probabilidades de ocupar puestos que dependen de los ingresos de su marido. Otros factores, como la religión, podrían influir.

Natalidad

Pero una conclusión más simple es que más dinero significa tener la cantidad de hijos que deseas. Con el costo de criar a un niño hasta la edad adulta estimado en US$310,605 en los EE. UU., ninguna cantidad de preferencias o normas puede obviar el hecho de que los niños son “muy caros”, como lo expresó la demógrafa Jennifer Sciubba.

Incluso cuando las tasas de fertilidad se desploman en países como Suecia y Japón, los datos sugieren que los hombres y mujeres más adinerados tienen más probabilidades de tener hijos que los hombres y mujeres menos adinerados.

Una encuesta de las Naciones Unidas del mes pasado encontró que el 40% de los encuestados culparon a las barreras financieras por impedirles tener un tamaño de familia ideal. Como muestra el gráfico anterior, la relación entre la fertilidad y el rango de ingresos comienza a tener más forma de U.

“La tendencia en la fertilidad está impulsada por un aumento en la desigualdad”, dice el economista Matthias Doepke, autor del libro "Love, Money and Parenting" (Amor, Dinero y Crianza) de 2019, citando ejemplos que van desde el costo de acceder a guarderías hasta el costo de la vivienda en las grandes ciudades donde están los trabajos mejor pagados.

Natalidad

Aceptar esto podría ser clave para implementar políticas adecuadas para padres en tiempos de pánico y soluciones desesperadas, por no mencionar la resistencia a la inmigración.

Es poco probable que las bonificaciones en efectivo para nuevos padres, como las observadas en países como Italia, Grecia y ahora China, tengan un impacto positivo en el caso de los US$500 a US$2.500.

Lo que podría funcionar mejor es el acceso a infraestructuras, vivienda y flexibilidad laboral que los ricos tienen en abundancia, según el reciente libro sobre la caída de las tasas de natalidad del ex economista de Bloomberg Maxime Sbaihi.

Cita datos que sugieren que el impulso de Noruega para mejorar el acceso a las guarderías desde mediados de los años 70 mejoró la tasa de fertilidad en 0,1 por cada 10% de aumento en la tasa de niños en guarderías.

Y a pesar del deterioro de las perspectivas en Francia, su tasa de natalidad duplica la de Corea del Sur, una señal de que el apoyo generoso a las guarderías, las ayudas familiares y los permisos parentales pueden marcar la diferencia. Una fiscalidad más justa también podría ayudar.

No hay una solución milagrosa. Pero al analizar las causas de la crisis de natalidad, no ignoremos a los grupos que parecen estar en auge.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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