En ocasiones, se encuentra evidencia que parece lo suficientemente sólida como para disipar las dudas y cambiar la opinión de las personas.
El científico climático Zeke Hausfather, de Berkeley Earth, ha elaborado recientemente una ilustración muy clara de la rapidez con la que se está calentando el planeta como consecuencia de los gases de efecto invernadero que los seres humanos emiten a la atmósfera.
Se trata de un gráfico, que ha publicado en su boletín The Climate Brink en Substack, en el que se desglosa el porcentaje de la superficie del planeta que ha registrado el mes más caluroso de todos los tiempos en cada década desde 1870.
Se revela que muy poca superficie terrestre alcanzó dichos récords con anterioridad al siglo XX. En contraste, aproximadamente el 78% de la misma alcanzó récords de temperatura en el siglo XXI. Y el 38% estableció récords en la década de 2020, a pesar de que la década se encuentra solo a mitad de camino.
Nuevamente, con menos cifras: el mundo se está volviendo más caluroso, y con rapidez.

Esto concuerda con otro gráfico revelador de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) que muestra el cambio en la temperatura media global de la superficie terrestre durante los últimos 145 años.
Esta ha subido de forma más o menos sostenida durante las últimas cinco décadas, hasta alcanzar recientemente 1,3° Celsius (unos 2,3°F) sobre la media de 1951-1980. Nos aproximamos peligrosamente al ambicioso objetivo del acuerdo de París de 2015 de limitar el calentamiento a 1,5°C por encima de los promedios preindustriales, lo que corresponde aproximadamente a la referencia de la NASA.

Estos gráficos refutan directamente al menos dos grandes argumentos que emplean los negacionistas del cambio climático para frenar la acción y mantener al mundo quemando combustibles fósiles por más tiempo.
En primer lugar, desmienten el hecho central inventado en esta reciente diatriba del presidente Donald Trump, el negacionista en jefe del mundo, pronunciada en las Naciones Unidas:
Si miramos atrás, en las décadas de 1920 y 1930, decían: “El enfriamiento global acabará con el mundo. Tenemos que hacer algo”. Luego dijeron que el calentamiento global acabará con el mundo, pero luego empezó a enfriarse. Así que ahora simplemente lo llaman cambio climático porque así no pueden fallar.
Cambio climático porque si sube o baja, pase lo que pase, hay cambio climático. Es la mayor estafa jamás perpetrada contra el mundo, en mi opinión. [Énfasis añadido]
Como se puede ver en los gráficos, el mundo puede haberse enfriado durante un período de décadas después de la década de 1930 (más sobre esto más adelante), pero se ha calentado de forma constante desde la década de 1970.
En todo caso, los últimos 100 años han sido los más calurosos en la historia registrada de la humanidad, como se puede ver en otro gráfico sorprendente publicado en 2023 por Andrew Dessler, climatólogo de la Universidad de Texas A&M y coautor de Hausfather en The Climate Brink.
Este gráfico rastrea las temperaturas globales desde la última glaciación y las proyecta miles de años hacia el futuro para mostrar cómo estamos revirtiendo el enfriamiento planetario equivalente a una glaciación en un abrir y cerrar de ojos geológico. Se necesita una descarga de dióxido de carbono trascendental para lograr tal hazaña.

El segundo mito que desmienten estos gráficos es la idea de que el mundo era más cálido en la década de 1930, como sugirió recientemente el Departamento de Energía de Trump en su intento de 141 páginas por refutar la ciencia climática establecida, un esfuerzo ampliamente ridiculizado como un fracaso.
Es cierto que EE.UU. fue inusualmente caluroso durante la década del Dust Bowl (Vasija de polvo), cuando la intensidad de la ola de calor en los 48 estados contiguos fue la más alta registrada, según datos de la Agencia de Protección Ambiental.
De hecho, el gráfico de Hausfather muestra que aproximadamente el 3% de los récords de temperatura de la década de 1930 aún se mantienen. Esto incluye partes de Estados Unidos.
No obstante, esto fue una anomalía local, no una tendencia global.
El clima de Dust Bowl en EEE.UU. fue producto de una agricultura deficiente y una mala sincronización. Las prácticas agrícolas de desmonte redujeron la cobertura vegetal, lo que intensificó la sequía y el calor, justo a tiempo para que un aumento prolongado de las temperaturas oceánicas los amplificara. Esta combinación generó un exceso de calor que llegó hasta Europa.
Mientras tanto, el resto del mundo siguió siendo tan frío como siempre. El calor localizado se disipó rápidamente una vez que el océano se enfrió y dejamos de maltratar la tierra.
Ahora que el calor ha regresado con fuerza a Estados Unidos y al resto del mundo tras décadas de generación de gases que atrapan el calor, al ritmo que vamos, la era del Dust Bowl parecerá un interludio tranquilo en comparación.
Esta es una tendencia global, y seleccionar datos para negar su realidad es una táctica para distraernos del trabajo que debemos hacer para detenerla. Mostrar gráficos como estos es solo el comienzo.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.
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