Los Brics nacieron en 2009 como un mecanismo para lograr una mayor integración y coordinación económica entre las economías emergentes. EE.UU. está incomodado con el aumento de su influencia global.
La carta del presidente de EE.UU. anunciando aranceles del 50% a productos brasileños contiene justificaciones que “no tienen sentido”, según el politólogo Carlos Poggio, del Berea College, a Bloomberg Línea.
El país cafetero no hace parte del bloque económico, pero sí del Nuevo Banco de Desarrollo y Estados Unidos podría calificar eso como una política “antiamericana”.
En una declaración hecha pública, los líderes se comprometieron a seguir dialogando sobre las posibilidades de una mayor integración comercial en este bloque.
La fortaleza global del dólar y la incertidumbre arancelaria intensificaron la presión sobre el peso chileno, en un contexto de menor dinamismo en el mercado de materias primas.
El mandario brasileño también reaccionó a las declaraciones de Trump en defensa de Jair Bolsonaro y rechazó en injerencismo en la soberanía de su país.
Trump, magnate inmobiliario y ahora presidente de Estados Unidos, amenazó con imponer un arancel adicional de 10% a cualquier país que se alinee con las políticas de grupo BRICS.
Los futuros de referencia se mantuvieron cerca de los 33 euros por megavatio-hora el lunes, tras registrar una pequeña subida semanal hasta el viernes.
La declaración forma parte de un llamamiento más amplio para que las instituciones multilaterales mundiales promuevan resoluciones pacíficas a los conflictos militares en curso en Medio Oriente, África y Europa.
La reunión de los BRICS no ha hecho más que empezar, e incluso con sólo 6 de los 10 líderes miembros presentes, ya está desafiando el orden liderado por Estados Unidos.
Líderes de los BRICS adoptarán una postura enfrentada al presidente de EE.UU. sobre los aranceles, el conflicto en Oriente Próximo y el gasto mundial en armamento.
Se espera que los líderes del BRICS firmen una declaración conjunta condenando “el aumento de medidas proteccionistas unilaterales injustificadas” y “la subida indiscriminada” de los aranceles.
Aunque China no proporcionó una razón para la ausencia de Xi, Brasil no lo ve como un motivo de preocupación, según un segundo funcionario del gobierno.