En las pocas semanas transcurridas desde su inicio, el alto al fuego se ha visto puesto a prueba por episodios de violencia, pero finalmente se ha mantenido.
La decisión del primer ministro israelí pone en duda la tregua mediada por Estados Unidos y presiona el frágil acuerdo con Hamás alcanzado a mediados de octubre.
Netanyahu intensifica su discurso político, destacando su papel en la defensa del país, mientras enfrenta protestas, presiones internacionales y divisiones dentro de su Gobierno.
Preguntado si eso significaba tropas estadounidenses sobre el terreno en Gaza, Trump dijo que no y que sólo pediría a Israel que volviera a entrar “y se ocupara de ello”.
Israel lanzó ataques contra Hamás en Gaza y, al parecer, suspendió todos los envíos de ayuda el domingo tras culpar a Hamás de una emboscada palestina letal que dejó dos soldados muertos.
Los comentarios del presidente abren la puerta a una acción militar directa de Estados Unidos en Gaza, y parecieron una escalada de declaraciones anteriores.
Hamás afirma haber entregado todos los cuerpos de rehenes que ha podido recuperar entre los escombros de Gaza, pero Israel asegura que el grupo aún retiene más de una docena.
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, ordenó a los militares que se preparen para la “completa derrota de Hamás en Gaza” si el grupo militante no se desarma y devuelve todos los cuerpos de los rehenes fallecidos.