Los analistas afirman que la iniciativa del Gobierno de crear y ampliar los programas sociales probablemente estimulará el consumo y dificultará el control del aumento de los precios al consumo.
A sus 79 años, Lula capitaliza un repunte en su popularidad, una oposición fragmentada y medidas económicas dirigidas a la población de bajos ingresos.
Sin los ingresos adicionales, la administración de Lula podría verse obligada a recortar el gasto discrecional o a buscar medidas fiscales alternativas para mantenerse en la senda prevista.
El deshielo diplomático con EE.UU. y el repunte del nacionalismo tras los aranceles a Brasil fortalecen políticamente al presidente, que ahora lidera con viento a favor de cara a 2026.
El enfrentamiento entre Gustavo Petro y Donald Trump en Nueva York evidenció la fractura regional: mientras algunos gobiernos buscan acercarse a Washington, otros refuerzan su discurso crítico.
Lula regresa a Brasil tras una exitosa participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se posicionó como una voz global sobre la desigualdad y el cambio climático.
La investigación principal, bautizada como Carbón Oculto, abarca desde anodinas estaciones de servicio en las esquinas hasta intrincadas refinerías, pasando por las torres de cristal del Wall Street de Sao Paulo.
El plan, un paso inicial diseñado para fomentar las conversaciones antes de escalar una guerra comercial, fue discutido durante una reunión entre Lula y los ministros del gabinete.
La aprobación de Lula cayó al 48%, dos puntos menos que en julio, según LatAm Pulse, una encuesta realizada por AtlasIntel para Bloomberg News y publicada el jueves.
Freitas, quien se desempeñó como ministro bajo el exlíder Jair Bolsonaro, ha agudizado su mensaje en recientes conferencias y reuniones de la elite conservadora de Brasil.
El Presidente de Rusia también había hablado con Modi, Lula y Xi Jinping, miembros fundadores de los BRICS, a principios de este mes, previo a su reunión con Trump.