Una encuesta muestra que un número significativo de personas en la región ve la intervención militar de EE.UU. como una oportunidad para restaurar la democracia venezolana.
“El aumento de la presión y la escalada que ha tenido lugar es la única manera de obligar a Maduro a entender que es hora de irse”, dijo la Premio Nobel de la Paz.
La medida se produce mientras Maduro y su gobierno siguen un camino cada vez más radical para aplastar la disidencia en medio de la continua presión internacional.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez pidió al presidente Nicolás Maduro que revoque un acuerdo marco energético con Trinidad que permitió a los dos países forjar acuerdos de gas.
Aunque esta vez en un tono relajado y humorístico, Maduro no ha dejado de referirse a la ofensiva emprendida por EE.UU. en las costas caribeñas, que busca frenar el flujo del narcotráfico en esta región.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, condenó la autorización de Donald Trump para realizar operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, calificándola de intento "inmoral" y "desesperado" de cambio de régimen.
El reconocimiento es histórico y simbólico para el movimiento que probablemente habría puesto fin a más de dos décadas de gobierno socialista si Maduro no se hubiera negado a aceptar su aparente derrota electoral.
El plan incluyó la anexión de la Milicia Bolivariana, según Maduro, y busca “afinar la maquinaria militar popular”, en medio de la tensión con Estados Unidos.
El ejercicio cívico-militar involucra la activación de los Órganos de Dirección para la Defensa Integral (ODDI) y las Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI) en distintas regiones de Venezuela.
El presidente venezolano busca colaborar en la lucha antidrogas, pero la postura de Washington no aminora; Estados Unidos mantiene presencia militar y operaciones en Venezuela.
Maduro dijo que podría ayudar a localizar a los jefes más buscados del Tren de Aragua, una banda venezolana que opera en varios países de América y que se ha convertido en una prioridad para Trump.
El anuncio fue realizado después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, asegurara en la Asamblea General de la ONU que va a destruir a los “terroristas venezolanos” y las “redes de tráfico” supuestamente dirigidas por el líder chavista.
La gobernadora de Puerto Rico generó revuelo tras afirmar que entregaría al líder chavista a las autoridades de EE.UU. a cambio de la recompensa de US$50 millones.