Juan Pablo Córdoba, CEO de nuam, destacó los avances regulatorios de cara a tener operativo el sistema integrado en 2026. Además, anunció que MSCI será el nuevo proveedor de los índices de Chile y Perú, tal como sucede con Colombia.
El banco advierte que Colombia enfrenta un deterioro fiscal profundo y estructural en medio de bajo crecimiento económico, tensiones políticas y falta de consenso para aprobar una nueva reforma tributaria.
Ocho fondos gestionados por Vanguard liquidaron sus posiciones en bonos denominados en pesos colombianos, deshaciéndose de COP$3,4 billones (US$855 millones) a lo largo del mes.
La empresa de calificación crediticia ha afirmado su calificación AA+ a largo plazo para EE.UU., en parte porque piensa que los ingresos arancelarios reducirán el golpe fiscal.
La volatilidad en EE. UU. y el fortalecimiento del euro están redirigiendo capital colombiano hacia Europa, con énfasis en el mercado inmobiliario de Madrid y los índices bursátiles de la región.
A través del mercado de capitales se han colocado apenas COP$601 mil millones en deuda corporativa, mientras que un año antes las colocaciones superaron los COP$2 billones.
Los bancos revisan al alza sus proyecciones para el S&P 500, impulsadas por la fortaleza de las empresas estadounidenses y expectativas de recortes de tasas.
Pese a dos rebajas de calificación crediticia y preocupaciones de analistas sobre el rumbo fiscal, el peso colombiano se aprecia frente al dólar. Economistas explican las razones detrás de su resiliencia.
La agencia calificadora señala que sus calificaciones sobre Colombia reflejan su limitada flexibilidad fiscal, elevada carga de la deuda y débil posición externa.
La exclusión de los TES del índice Global Aggregate de Bloomberg podría generar ventas de entre COP$10 y COP$20 billones, según estimaciones de Davivienda.
Los bonos en dólares fueron los segundos de peor comportamiento en los mercados emergentes, con vencimientos a más largo plazo que perdieron hasta 0,7 centavos de dólar.
La rebaja de S&P deja a la deuda colombiana en moneda local sin grado de inversión en dos de las tres principales agencias calificadoras, lo que aumenta el riesgo de salidas de capital y presiona al alza las tasas de interés.
Según S&P, la perspectiva negativa refleja el deterioro del perfil externo de Bolivia, lo que podría afectar la capacidad del gobierno para pagar su deuda en los próximos seis a doce meses.