Mientras el Brent y el WTI retroceden por temores de sobreoferta, los grandes bancos ajustan sus previsiones: se esperan precios más bajos, superávits persistentes y una demanda presionada por el débil crecimiento global.
Las acciones pierden impulso ante dudas sobre la sostenibilidad del rally y señales de sobrevaloración en el S&P 500. El petróleo sube a máximos de tres semanas.
La caída del WTI y el aumento de inventarios refuerzan la presión bajista sobre el mercado, mientras UBS, Goldman Sachs y Citi discrepan sobre el rumbo del Brent ante una posible sobreoferta global.
El grupo petrolero acordó en principio elevar en septiembre su oferta diaria en 548.000 barriles, completando así la reversión de los recortes implementados en 2023.
El Brent ganó hasta un 0,6% -tras sumar un 2,5% el viernes- para cotizar cerca de los US$71 el barril, mientras que el West Texas Intermediate se acercaba a los US$69.
Los commodities enfrentan un giro estructural. Citi Research señala que el exceso de inventarios y la normalización del comercio global están desplazando el rally de materias primas clave.
El repunte del crudo genera efectos dispares en América Latina: fortalece a exportadores como Colombia y Brasil, pero complica la balanza comercial y las decisiones de los bancos centrales.