Lima — Fueron setenta y tres congresistas de un total de 124 parlamentarios los que votaron este viernes a favor de otorgarle confianza al gabinete ministerial liderado por el primer ministro Guido Bellido; un día antes de que este gobierno cumpla un mes en el poder y en medio de un ambiente político y social aún muy crispado en el Perú. La votación se dio en medio de protestas en contra y a favor del Ejecutivo, y significó una primera victoria para el presidente Pedro Castillo y compañía.
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Pero esta es una victoria que no da espacio para hablar de verdaderos consensos. Eduardo Dargent, politólogo y profesor de Ciencia Política y Gobierno en la PUCP, advierte que la posibilidad de que se vaque o destituya del poder al presidente aún está muy latente, y opina que las censuras a ciertos ministros de Estado están a la vuelta de la esquina. En conversación con Bloomberg Línea Perú, Dargent es también crítico hacia un Congreso que demuestra torpeza en su actuar, como ocurrió el pasado jueves cuando varios parlamentarios abuchearon a Bellido mientras daba su discurso en quechua.
¿Cómo percibe la mayoría de votos en favor de la confianza a este gabinete que era tan criticado? De cara a la opinión pública, ¿qué tanto favoreció a Bellido la forma en como fue tratado en el Congreso por hablar en quechua?
Esta confianza ya estaba ganada desde antes. Tengo la impresión que hay un buen contingente de congresistas en el centro que van a votar más en una zona pragmática, y están en Acción Popular y Alianza Para el Progreso, entre otros partidos. Muchos vienen de regiones y ya conocen a este tipo de políticos, probablemente han tenido conversaciones.... con esos votos, ya se lograba la confianza. Además hay un análisis más pragmático de no quemar tu bala de plata con un primer gabinete sobre el cual la opinión pública ha sido muy crítico; una visión de dejarlo o de que si eso es lo que he escogido el presidente, pues que siga. Creo que ya se llegaba al voto de confianza con el sentido de una fuerte oposición, pero también de una aceptación de este primer gabinete de forma pragmática. Aunque me costaría muchísimo darle un voto de confianza a una persona que tiene esa lectura de conflicto armado interno y todo lo demás, a la vez pueden decidir dejar que se sigan equivocando.
¿Es una manera también de exponerlos?
Correcto. Perder la confianza si siguen metiendo la pata es otro tema. Más allá de eso, sí creo que que la oposición y la Mesa Directiva demuestran una torpeza mayúscula; si tienes un gabinete debilitado, lleno de problemas, y te expresa algo tan evidente como lo del quechua, por un tema de respeto pero también por olfato político no debieron reaccionar así. Pisaron el palito. Los abucheos y que la Presidenta del Congreso tenga que salir a decir ‘no lo entiendo’ representan un nivel de torpeza mayúsculo.
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En cierto punto se podría decir que hay una batalla que el Ejecutivo ganó ahí, quizás en el ámbito más cultural o social.
Sí. Creo que en el sentido simbólico-cultural representan a un país que ya cambió, o por lo menos una buena parte de los que está en el centro en el Congreso entienden que hay que tener gestos de reconocimiento y respeto. Pero esa derecha dura, limeña, conservadora que también está en el Congreso, no termina de entenderlo. Si es que creen que van a poder derrotar al gobierno en el campo simbólico poniéndose bien al estilo Maria Joaquina de Carrusel, están perdidos. Es, a mi juicio, absolutamente torpe. Le regalas la cancha simbólica, incluso con las burlas hacia chacchar coca. Realmente es un nivel de incapacidad política muy, muy alto.
Ha quedado clara la posición, al menos, de tres bancadas que son una oposición férrea: Avanza País, Fuerza Popular y Renovación Popular.
Sí. Y no solamente eso. Se hablaba mucho que estas bancadas podían tener algunas fracturas internas, algún sector un poco más hacia el centro, y creo que han mostrado que pueden actuar las tres en conjunto y que actuando en conjunto tienen 50 votos. No es para nada bajo considerando que con 87 votos logras la vacancia.
“Si es que creen que van a poder derrotar al gobierno en el campo simbólico poniéndose bien al estilo Maria Joaquina de Carrusel, están perdidos”
Eduardo Dargent
Mencionaba en una entrevista que era importante que tanto el presidente Pedro Castillo como el primer ministro Guido Bellido reconozcan errores para lograr transar con la oposición. ¿Existe realmente la posibilidad de transar con esta oposición que ha demostrado su rechazo con varios gestos? ¿Ve probable que se pueda llegar a ese punto de escucha mutua?
Es que creo que el trabajo de un político es precisamente no tener que depender de aquellos que te han declarado una guerra. Si hubiera ganado Keiko Fujimori, no esperaría que tuviera que lograr convencer a esa oposición. Lo que tiene que lograr es convencer a todo ese sector que está en la mitad, que ha bajado las armas, que no va por una confrontación; hay temas que van a tener que negociar más y ahí va mi argumento. Creo que los mensajes de Castillo tenían que llegar con mucha más claridad hacia Somos Perú, Podemos, Acción Popular, Alianza Para el Progreso, que han demostrado que son un poco más dialogantes. Luego, sí tienes que hacer un trabajo para acercarte a los otros bandos en el sentido de ir paso a paso, desactivando (las tensiones) en la medida que ellos también las vayan desactivando. Creo que ahí también es más complicado. El error enorme de Castillo, a mi parecer, es que carece de una comunicación política propia, y Bellido es visto como un absoluto subordinado de (Vladimir) Cerrón; mientras que Cerrón tiene una posición durísima en la cual no cede, no deja ni un poco de espacio. Siempre se va a lo duro y a la pelea.
Creo que el trabajo de Castillo, primero, debe apuntar a reducir la tensión con estas bancadas que están más al centro, pero no necesariamente al centro ideológico, sino social: aquellos sectores de regiones que pueden reconocer que en la medida que un mal gobierno nos hace daño a todos, pues ojalá que le vaya bien a este pero con límites para que no hagan cosas locas.
¿El problema que ve es que se aíslan en el campo ideológico?
Me parece que el gran error del gabinete, el gran error de Castillo es no comunicar y buscar reducir esas tensiones. No creo que este pedido de confianza con los 73 votos obtenidos muestre ningún tipo de respaldo, más bien te muestra que hay 50 personas que no te quieren nada y como 35 más que te están mirando feo... Están aún muy cerca, pues, de la vacancia. Un gran problema, un escándalo, o las propias fracturas de tu bancada, te acercan a este escenario.
La vacancia no ha dejado de ser un riesgo latente.
Por supuesto que lo es, y creo que estamos ante un Congreso bastante pragmático que va a estar mirando al gobierno. No entender eso y creer que (un pedido de vacancia) es simplemente una conspiración de la derecha, es bien chato.
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Algo que llamó la atención esta semana fueron las expresiones de la excandidata a la presidencia Verónika Mendoza. Ella consideró que en este gabinete se muestra diversidad. Si bien un objetivo que parece perseguir la izquierda es permanecer unida ante todo, ¿cómo lee usted esta posición desde un partido que ha sido muy crítico antes hacia la falta de diversidad?
Me parece que desde la segunda vuelta Verónika Mendoza abandona lo que es una oposición de izquierda que se situaba en otra dimensión o apartada de la izquierda más cerronista, reivindicativa o crítica; ella en campaña se presentaba un poco más al centro, siendo de izquierda claramente pero con un discurso técnico y de libertades. Ese peso desde la segunda vuelta no se ha dejado sentir. En vez de decir que va a ser un garante de las libertades y de un manejo técnico y responsable -dentro del gobierno-, dice que va a ser un garante de que no se traicione al pueblo. ¿Un poco el mismo tono de Cerrón, no? Y luego, ya en el gobierno me parece que la actitud de Francke cuando se decide a este gabinete impresentable fue solo de él, no de Nuevo Perú, y creo que Mendoza también se vio muy subordinada a un tipo de liderazgo como el de Bellido. No nos olvidemos que Bellido tiene una lógica sobre lo que es conflicto armado interno y violencia política en el Perú que es bien cuestionable, bien criticable; ha tenido declaraciones espantosas y ante ello han salido a decir ‘hay que ver cómo actúa’, cuando en realidad ese nunca ha sido el estándar que le ha puesto esa izquierda a ningún rival político. Y la trayectoria les condena.
¿Le parece que han cedido mucho?
Creo que si el grupo que estaba con Mendoza pensaba construir una izquierda distinta, hasta ahora se les ve más bien demasiado cercanos a lo que es la posición más dura, cerronista, y no tanto de un aliado que busque componer o construir un espacio diferente desde el gobierno. Esa es la impresión que se tiene hacia afuera, porque desde adentro no se puede saber qué está pasando; pero sus declaraciones van en esa línea. Es una exageración total, pues, salir a hablar de las virtudes de este gabinete. Creo que ella misma no se lo cree.
Usted ha resaltado la importancia de que hayan buenos técnicos para construir un mejor país, y quizás una de las críticas más fuertes a este gabinete ha sido la ausencia de esos perfiles técnicos en carteras que los requieren.
La percepción de este gabinete es que hubo un cuoteo entre agrupaciones de izquierda y no se discutió antes, en términos grandes, sobre su gobernabilidad ni su capacidad técnica. Creo que la izquierda no se hace ningún favor diciendo que estas son críticas de la derecha o que es golpismo, cuando en realidad ellos cuentan con cuadros de mucho más nivel. Incluso en regiones, porque una de las cosas que han querido decir para defender al gabinete es que no es limeño. Sabemos que el centralismo existe, así como un exceso de técnicos y pocos políticos, en eso estoy de acuerdo, pero la izquierda no se hace ningún favor diciendo que es un buen gabinete que representa a todas las regiones. Eso no es cierto. Lo que hubo fue un cuoteo, no hubo una conversación general sobre la calidad del gabinete. En otros países esa repartición te da gobernabilidad si tienes asociaciones y partidos fuertes, pero en este caso tienes partidos y grupos débiles que incluso dentro de las organizaciones de izquierda chocan, y uno tiene la sensación de que se ha querido aplicar la estrategia que toma un gobierno regional. Los gobiernos nacionales cambian mucho los liderazgos, y se ha buscado hacer eso sin ver que tienes una situación de pandemia y una terrible crisis económica en curso. Creo que se está pagando los costos no sólo del desconocimiento del Estado central, sino también de una política muy chata.
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Mendoza también mencionó que su agrupación ha hecho críticas al presidente Castillo, pero a la interna. ¿Habría sido tan negativo para esa coalición que expresen sus críticas hacia afuera, en lugar de solo comentar que las han hecho sin aclarar cuáles han sido? ¿Hay tanta fragilidad que eso podría generar más conflictos?
Tengo la impresión de que para qué este gabinete hubiese tenido un mejor nivel y una mejor capacidad de supervivencia, esas críticas tuvieron que sonar fuerte el día que se nombró una persona con las características como las de Bellido. Al no hacerlo y al subordinarse al discurso de Cerrón y aceptar esos cuadros, Mendoza y compañía está aceptando que son parte de este experimento que se está dando. Si fracasa, no quisiera la excusa rápida de decir que ha fracasado por culpa de la derecha, del golpismo, de Lima, de las élites; todo eso existe y no quiero minimizarlo, pero el panorama era mucho más diverso y amplio. Muchos sectores que ahora critican por ser de derecha son también sectores que en su momento criticaron con dureza los viajes a la OEA y el circo que se hizo con el supuesto fraude. ¿Acaso todo era una conspiración que de entrada hacía necesario tener un gabinete como el que se ha formado? Esa parte no me la como.
“Es una exageración total, pues, salir a hablar de las virtudes de este gabinete. Creo que ella misma (Verónika Mendoza) no se lo cree”.
Eduardo Dargent
Hay una izquierda que le grita extrema derecha a todo lo que vea en ese lado ideológico y viceversa. ¿Ve alguna capacidad de que se reconozca -desde ambos lados- que puede haber un centro?
Veo que les está ganando el discurso de fuera del poder en un momento en el que estar dentro de él requiere que tengan mucha más inteligencia y autocrítica. Me parece que esa ruta va a llevar probablemente a que el gobierno se debilite y siga fracasando, mientras que el señor Cerrón tiene éxito en lo que busca, que es fortalecer la posición de que él es la izquierda crítica en el Perú, que puede tener resultados para las elecciones del próximo año. Cerrón no pierde nada, y más bien quien pierde es el gobierno y esos partidos de izquierda que han entrado y que están ahí de forma acrítica frente a lo que es un pésimo gabinete.
Esta semana también hubo mucho ruido alrededor de posibles cambios que se darían en el gabinete. Al final no hubo nada. ¿Ve espacio o reconocimiento real desde el gobierno de que estos cambios puedan ser necesarios para que se logren consensos con el Poder Legislativo, o ese escenario es complicado?
Creo que el momento en que se filtra toda esa información, que se dice que habrán cambios, y luego el presidente no actúa, por un lado debilita a su gabinete, porque deja claro que está pensando en algunos cambios, porque es malo, y al mismo tiempo termina confirmando lo que dicen sobre que él (Castillo) no manda.
Se debilita la figura del presidente.
Se sigue debilitando. Y creo que un presidente que ya baje en 20% de aprobación ya se vuelve peligroso hasta para sus aliados. Quedarse a la mitad de cambios que habían sido anunciados termina reforzando todo lo que se venía hablando sobre la ausencia de liderazgo e incapacidad de comunicar. No se sabe ni un plan concreto de este gobierno y con lo de Bellido en el Congreso no queda claro a qué se le dará prioridad; más bien confirma un poco esa sensación de precariedad.
Se esperaba en el discurso de Bellido alguna mención sobre el futuro directorio del Banco Central de Reserva, o el respaldo a la posición que ha tenido el gobierno con anterioridad de ratificar a Julio Velarde como presidente de la autoridad monetaria. Hasta ahora no hay mayores novedades.
Y de nuevo, ahí puedes decir ‘la conspiración de la derecha nos quiere colocar a personas’, pero si no haces nada y eres un país de ingresos medios, que vive de sus exportaciones, que depende un montón por razones recientes e históricas de la inversión extranjera, que va a tener un impacto por el movimiento que se dé en este aspecto, no te quejes si luego las cifras van mal. No puedes decir que es una conspiración si incluso están generando esas condiciones.
Este viernes en el Congreso Bellido se refirió al “terrorismo económico”.
Se insiste en eso cuando al revés, hay muchas personas pidiéndole al gobierno que defina lo que dice porque esto se está poniendo mal; que vayan a haber problemas económicos no es solo necesariamente un tema peruano, hay mucho del impacto externo, pero si no ayudan y hay más incertidumbre esto se va a poner peor. Y si la respuesta que tienen es que el movimiento de ahora es terrorismo económico, es que no están entendiendo nada.
¿En este escenario figuras como la de Pedro Francke, que ha tenido posiciones más técnicas o sí se ha pronunciado sobre la permanencia de Velarde y la importancia detrás de ello, quedan solas?
Me parece que Pedro Francke ha hecho un buen trabajo dejando claro que hay otras personas pensando en el Ejecutivo. Me parece que eso es bien destacable. Debo decir que soy colega de Pedro, imagino que eso afecta un poco mi percepción, pero si tengo que ser objetivo, me parece que dentro del Estado el mensaje es que hay alguien en el MEF preocupándose de que no haya una infiltración de personas sin capacidad. Hay partes del Estado que dialogan y saben bien el peso del MEF para el funcionamiento de una serie de temas, y en ese sentido la presencia de Francke también es un buen aliado interno, dentro del Estado, de esa burocracia que tiene que seguir echando a andar las cosas. Pero si esto se sigue politizando y degradando, probablemente su presencia no sea suficiente. Y además de esta coalición de vacancia en el Congreso a la cual se pueden sumar algunos de los opositores, lo concreto es que se mantiene el peligro de que el parlamento comience a tomar decisiones pensando en intereses más pequeños, de ciertos congresistas, con el objetivo de caerle bien al público o de dictar leyes populistas, y ahí va a ser clave lo que va a decir Perú Libre desde el Congreso contra el MEF. Hasta ahora los gobiernos han secundado al MEF. ¿Qué va a pasar ahora, con un Perú Libre que cada vez parece alejarse más de la agenda del presidente y estar más cercano a la agenda de Cerrón? Ahí va a ser clave ver si el gobierno puede lanzar un mensaje de que la agenda del MEF debe respetarse.
La decisión de nombrar al actual Canciller chocó contra Cerrón y congresistas de Perú Libre que dejaron clara su posición, como Guillermo Bermejo, pero aún así se avanzó y se nombró a Oscar Maúrtua. ¿Usted ve que puedan haber más casos donde Castillo se pueda alejar de forma más concreta de la visión cerrada o ideológica de Cerrón, y acercarse a lo que genere más consensos?
Lamentablemente creo que si no hay gestos claros de liderazgo del presidente esto va a seguir siendo un poco la fiesta del día a día. Habrá días que te vayas más para el lado de Perú Libre. Habrá días que te vayan más para el lado del MEF, cuando te preocupe el dólar. Pero no veo mucha claridad de un liderazgo o un gabinete dirigido por un premier que esté pensando en su gobierno. Las críticas hacia Bellido van por el lado de sus declaraciones, su posición, lo que representa en un ambiente crispado, pero también ahora se relacionan a cómo se separan de Cerrón y de su agenda maximalista.
Si tuviera que mencionar en el corto plazo las acciones que el gobierno tendría que tomar para evitar este escenario de vacancia, que menciona que está latente, y lograr estos consensos que se necesitan para que haya gobernabilidad, ¿cuáles serían?
Creo que ya se elevó la valla de los necesario. Al inicio si en el primer gabinete ponías a ministros de izquierda, técnicos o políticos, y ponías a un primer ministro que dirija el barco más hacia el lado izquierdo pero que tenga capacidad de diálogo, hubieses tenido igual una crítica muy fuerte en los sectores más duros, pero probablemente se habría conquistado más a otros. Se pudo construir algo más amplio. En este momento, con Bellido de por medio, creo que los gestos tienen que ir primero por dar cierta seguridad y garantías en todo lo que se les critica, especialmente en lo económico y en lo que respecta a la vacunación y la salud. Se viene con fuerza lo relacionado a educación y al retorno a clases, que va a comenzar a sonar, y también se debe evitar la infiltración dentro del Estado porque los escándalos de corrupción en este momento ya son kriptonita total. Si saltan cosas de amiguismos o familiares del gobierno, o personas cercanas, relacionadas a temas de corrupción, va a ser noticia una y otra vez que este partido ha llegado para hacerse del poder y usufructuarlo antes que centrarse en el país. Creo que eso es lo que no se ve ahora desde la pelea ideológica.
“La presencia de Francke (en el gabinete) también es un buen aliado interno, dentro del Estado, de esa burocracia que tiene que seguir echando a andar las cosas. Pero si esto se sigue politizando y degradando, probablemente su presencia no sea suficiente”.
Eduardo Dargent
¿Está todo muy centrado en la división izquierda-derecha?
Me parece que hay mucha tensión que tienes que bajar en esta división ideológica, pero lo principal también es dar sensación de que se gobierna para todos. Y que se baje la tensión para dar tranquilidad y seguridad para los indicadores que la gente va a comenzar a sentir y ver.
¿Son inevitables cambios en el gabinete si se quiere dejar de lado el conflicto con el Congreso, o con este voto de confianza las cosas se pueden calmar?
No creo que las cosas se calmen. Van a comenzar las censuras a partir del lunes seguramente. Y ahí va a ser clave la reacción del gobierno. Me parece que el lunes comenzamos con censuras de todas maneras, es la impresión que tengo.
Que el Congreso sí va a marcar su posición en la cancha.
Sin duda. Van a comenzar a censurar a algunos ministros, es la impresión que tengo.
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