Bloomberg — Los planes del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para cumplir el objetivo fiscal de Brasil decepcionarán a quienes esperan recortes estructurales del gasto.
Los 25.900 millones de reales (US$4.800 millones) en recortes propuestos para 2025 derivarán en su totalidad de una auditoría de programas sociales en los que se sospecha que hay irregularidades, según dos funcionarios del Gobierno con conocimiento del asunto. No se prevén ahorros adicionales hasta ahora, dijeron las personas, que solicitaron el anonimato para discutir la estrategia.
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La revisión del gasto fue anunciada por el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, a principios de julio después semanas de agitación en el mercado impulsado en gran medida por Lula, quien en repetidas ocasiones había planteado preguntas sobre la necesidad de recortar gastos. El presidente de izquierda se ha opuesto durante mucho tiempo a medidas que considera que obstaculizan su capacidad para mejorar los niveles de vida de los brasileños, particularmente los pobres.
Desde el anuncio de Haddad, que según él fue autorizado por Lula, el real brasileño ha subido más de un 2%. El índice bursátil de referencia Ibovespa ha repuntado durante ocho días consecutivos hasta el lunes.
“Es fruta madura. Es obvio que hay dinero fácil en esta revisión porque hay beneficios que se están pagando de forma irregular”, dijo Gabriel Barros, economista jefe de ARX Investimentos. “Es positivo porque al menos el Gobierno se dio cuenta de lo obvio”.
Sin embargo, no hay señales de que Lula planee recortes adicionales. Se ha comprometido a mantener las normas que prácticamente garantizan una gran expansión del gasto social a lo largo de los años, incluidos los aumentos por encima de la inflación del salario mínimo que se utiliza como base para el ajuste de las prestaciones sociales.
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El ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, un alto asesor de Lula, ha señalado que el Gobierno solo quiere recortes a corto plazo en los desembolsos para cumplir con las reglas fiscales hasta 2026 y no reformas ambiciosas relacionadas con los ingresos y el gasto, según una persona con conocimiento directo de su pensamiento.
Los portavoces de Lula y Padilha no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
“Serían necesarias medidas estructurales”, afirmó Carlos Kawall, socio fundador de Oriz Partners y exsecretario del Tesoro. “Hay un crecimiento dinámico en los gastos obligatorios y es necesario decidir si es sostenible o no”.
El alcance de la revisión del gasto de Haddad está cada vez más claro antes de un informe muy seguido sobre el gasto público y los ingresos de 2024, que se espera que se publique el 22 de julio. Los inversores estiman que, junto con el informe, la Administración tendrá que anunciar la congelación de algunos gastos para cumplir su objetivo de reducir el déficit fiscal primario, que excluye el pago de intereses.
Haddad dejó abierta la posibilidad de que la auditoría del gasto se adelante si es necesario para cumplir con las reglas fiscales de 2024. También dijo que existe la posibilidad de que la revisión de los programas sociales tenga un impacto mayor, de unos 50.000 millones de reales.
Que las recientes ganancias del mercado sean sostenibles o no dependerá de cómo aplique el Gobierno las conclusiones de su revisión de los programas sociales.
“El Gobierno tiene que aplicar el recorte adecuadamente, y entonces el mercado lo valorará en activos”, dijo Barros, de ARX Investimentos. “Lo que se descuenta hasta ahora es la intención”.
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