Bloomberg — Desde el protagonista de Ratatouille, Remy, hasta la infame rata pizzera de Nueva York, quizá no haya animal más vinculado a una relación de amor-odio con el ser humano que el género Rattus. Se encuentran en todos los continentes, excepto en la Antártida, y a menudo se las considera, con razón, un símbolo de pobreza, suciedad y enfermedad.
Y un estudio hecho público esta semana en la revista Science Advances apunta a que, a medida que se calienta el clima, también aumentan las poblaciones de ratas.
![Las ratas son un grave problema de salud en Nueva York, donde su alcalde ha nombra un zar encargado de los esfuerzos de mitigación. Las ratas son un grave problema de salud en Nueva York, donde su alcalde ha nombra un zar encargado de los esfuerzos de mitigación.](https://www.bloomberglinea.com/resizer/v2/Z67BBHH3JRGQ5ISCPHLYZKDYC4.jpg?auth=92f43ded70a10c95180c5303e980e1f8fe1e3f4a61ef45ae9c1962eb7fff852a&width=1000&height=666&quality=80&smart=true)
Unos inviernos más moderados en todo el hemisferio norte están ayudando a las ratas a proliferar en áreas metropolitanas cada vez más densamente pobladas.
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Según este estudio, basta con un puñado de semanas más calurosas al año en una ciudad ajetreada para que la población de roedores aumente con el tiempo.
“Esto supone entre dos y cuatro semanas más al año en las que pueden estar en la superficie, en busca de comida y obteniendo los recursos que precisan para su reproducción”, explicó Jonathan Richardson, profesor adjunto de biología de la Universidad de Richmond y autor principal del estudio.
El incremento de la población de roedores puede provocar más dolores de cabeza a los funcionarios públicos que ya están luchando contra las infestaciones. Las ratas pueden destruir las infraestructuras urbanas y actuar como transmisores de enfermedades.
Según este estudio, también se cobran «un peaje cuantificable» en la salud mental de las personas que coexisten con ellas. Y hay un coste económico: ciudades de todo el mundo gastan ya US$500 millones al año para intentar mantener a raya a las ratas.
Por ejemplo, en Nueva York, el alcalde Eric Adams ha declarado la “guerra a las ratas”, ha designado un “zar de las ratas” responsable de las medidas de mitigación y ha organizado la primera Cumbre Nacional de Ratas Urbanas en esa ciudad.
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Los centros urbanos que vieron mayores aumentos de temperatura durante los períodos de estudio tuvieron mayores aumentos en las poblaciones de ratas, encontraron los autores.
De las 16 ciudades analizadas, 11 mostraron una población de ratas en aumento, entre ellas Washington, DC, San Francisco y Nueva York. La densidad de población fue otro factor que contribuyó al aumento de roedores, ya que las ciudades más densas experimentaron un mayor crecimiento.
Pero los datos a largo plazo sobre las poblaciones de roedores son escasos y muchas ciudades no registran la velocidad de su crecimiento, lo que dificulta una evaluación precisa. Kaylee Byers, profesora adjunta de ciencias de la salud en la Universidad Simon Fraser que estudia la ecología de las enfermedades en ratas urbanas, dice que la confianza en los datos de quejas públicas es un “arma de doble filo”.
A menudo son los mejores datos que tienen, dice, pero son inconsistentes. El estudio publicado esta semana es una oportunidad para realizar una investigación más detallada y una advertencia temprana para ayudar a los administradores de las ciudades a prepararse para lo que podría venir, dicen Byers y Richardson.
Y por mucho que a los humanos les encante odiar a las ratas, a menudo crean las condiciones que los roedores necesitan para prosperar.
En Nueva York, los residentes de la ciudad llevan mucho tiempo sacando la basura a la calle todas las semanas en bolsas de plástico, lo que les proporciona a las ratas una especie de bufé libre. El estudio sugiere que el cambio climático es solo una forma más en que la humanidad está inclinando la balanza a favor de las ratas.
“Las ratas son, en todo caso, un reflejo de las personas y de nuestro comportamiento”, afirma Byers. “La razón por la que las ratas prosperan en las ciudades es por la comida que les proporcionamos y los entornos que creamos para que prosperen”.
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