Bloomberg Línea — Una de las iniciativas más sonadas del nuevo gobierno de Donald Trump en Estados Unidos es la presencia de Elon Musk para dirigir el llamado DOGE, el Departamento de Eficiencia Gubernamental. Las medidas son aún una incógnita y son muchas las preguntas de los analistas sobre su eficacia y legitimidad.
No es precisamente un objetivo sin precedentes. Al otro lado del Atlántico, un pequeño país europeo de poco más de un millón de habitantes se ha hecho un nombre en las dos últimas décadas utilizando la tecnología para construir una sociedad más eficiente, productiva e integradora.
Estonia se ha consolidado como uno de los destinos favoritos de empresas y emprendedores que buscan menos burocracia. El país báltico, por ejemplo, ha dado a luz a diez unicornios, entre ellos pesos pesados mundiales como Skype y Wise. Eso equivale a una de estas startups valorada en US$1.000 millones o más por cada 130.000 habitantes, más del doble del número per cápita de EE.UU., que tiene el mayor número de unicornios del mundo.
Una de las principales lecciones del país es que la burocracia y las barreras a los trabajadores tienen que dejar de ser un obstáculo para la productividad, como explicó la expresidenta del país Kersti Kaljulaid en una entrevista con Bloomberg Línea. Ella dirigió el país entre 2016 y 2021.
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“Hemos digitalizado todos los servicios para que absolutamente todo se pueda hacer online”, dijo. “En los últimos 25 años, hemos construido un ecosistema digital que básicamente comprende una firma digital, que es un pasaporte en línea que tanto el sector privado como el público utilizan todo el tiempo”, explicó Kaljulaid durante la Conferencia Mundial sobre el Mercado Laboral celebrada en Riad, Arabia Saudí.
En lugar de invertir en grandes instituciones tras recuperar la independencia de la Unión Soviética a principios de los años 90, el país ha construido un ecosistema digital con la identidad en el centro, que permite a los ciudadanos acceder a los servicios del gobierno y del sector privado de forma integrada.
Esto se aplica a todas las cuestiones burocráticas, afirma. “Durante mucho tiempo, la gente tenía que acudir en persona a las instituciones. Ahora incluso pueden casarse y divorciarse online”, explica.
Al reducir las fricciones administrativas, Estonia ha creado un entorno en el que las empresas pueden operar con mínimas trabas normativas.
Según Kaljulaid, además de su éxito con las startups tecnológicas y los unicornios, este enfoque es especialmente beneficioso para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que a menudo no disponen de recursos para hacer frente a complejos procesos gubernamentales.
“Declarar impuestos, tramitar documentos oficiales y solicitar servicios de la Administración lleva minutos, no horas ni días”, explica. “Para las empresas, esto supone una enorme ventaja. Las pymes y los empresarios individuales son los mayores beneficiarios porque no tienen que contratar abogados sólo para cumplir la normativa.”
Esta eficiencia tiene un impacto económico mensurable.
El gobierno calcula que su gobernanza digital ahorra anualmente el equivalente a alrededor del 2% del PIB. Por otro lado, el mantenimiento del sistema también requiere una inversión continua equivalente al 1% del PIB para satisfacer las crecientes demandas tecnológicas y de seguridad, según ella.
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El rol de la IA
Según la expresidenta del país, el gobierno estonio se rige por el principio de que los servicios digitales deben evolucionar en función de la demanda de los ciudadanos, al igual que ocurre en el sector privado. Esto incluye la integración de la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización para optimizar aún más los procesos administrativos.
Por ejemplo, el dirigente político explicó que Estonia ha desarrollado sistemas de IA que eliminan lo que se considera una acción innecesaria por parte de las personas. “Pongamos que has tenido un bebé”, dijo.
“El gobierno lo sabe porque se genera automáticamente un código de identificación sanitaria para el bebé. También sabe tu cuenta bancaria, tu sueldo y que tienes derecho a la prestación universal por hijo a cargo. Así que, ¿por qué tienes que solicitar la prestación si el gobierno ya tiene los datos? Eso ya es automático.”
Este enfoque proactivo reduce significativamente la carga administrativa de los ciudadanos y garantiza que los servicios públicos sean más accesibles y eficientes. Según Kaljulaid, este tipo de sistema también implica una gran preocupación por la privacidad, y el gobierno impide que personas o empresas accedan a los datos personales de los ciudadanos sin autorización.
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Mercado laboral mundial
Para las naciones que se enfrentan a retos regulatorios y desafíos con la inmigración y la adaptación de la mano de obra a la era digital, la experiencia de Estonia puede ofrecer ruta para el futuro, según el ex presidente. Un sistema de gobernanza bien diseñado e impulsado por la tecnología no sólo sirve a la economía, sino que ayuda a transformarla.
“Participamos en un evento que lleva el nombre del mercado laboral mundial [la conferencia de Arabia Saudí]. Y nos centramos en este último término, global, porque en eso se ha convertido el mercado laboral. Creemos en un entorno laboral globalizado y flexible”, afirmó.
Según ella, esta tendencia se ejemplifica por la apertura de Estonia a la atracción de talento e inversión extranjeros.
El país lo hace, en particular, a través del programa de “residencia digital”, que permite a los extranjeros establecer empresas en Estonia sin necesidad de residencia física. Como Estonia forma parte de la Unión Europea, las empresas registradas en el país tienen acceso al mercado europeo.
“La gente ni siquiera tiene que ir a Estonia. Pueden convertirse en e-residentes, abrir una empresa y gestionarla desde cualquier parte del mundo”, explica Kaljulaid. “Por supuesto, investigamos a estos solicitantes para asegurarnos de que son legítimos, pero este sistema ofrece una enorme flexibilidad.”
Este modelo desafía las nociones tradicionales del mercado laboral y la inmigración. A diferencia de las restrictivas políticas de inmigración de algunos países, Estonia se posiciona como centro neurálgico para emprendedores globales y utiliza herramientas digitales para atraer empresas sin la complejidad de la migración física.
Con este perfil digital, el mercado laboral estonio pretende caracterizarse por su flexibilidad, explicó el ex presidente del país, citando algunos casos prácticos que certifican esta condición.
Los empleados cambian con frecuencia de trabajo, y el gobierno no impone barreras a la movilidad laboral. El sistema de pensiones del país es universal, lo que significa que los trabajadores no son penalizados por cambiar de empresa o de sector.
“No hablamos del aprendizaje permanente como una necesidad tediosa”, dice Kaljulaid. “A la gente simplemente le gusta cambiar de trabajo y aprender en el proceso. Forma parte de la cultura”.
El enfoque gubernamental de la regulación del empleo está pensado para un mundo en el que el trabajo está cada vez más descentralizado y digitalizado, explicó. Estonia se centra en crear un ecosistema de apoyo en el que las personas puedan trabajar a escala mundial sin dejar de estar integradas en la economía, dijo.
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