Bloomberg Línea — El USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande del Pentágono, y su grupo de ataque llegaron al área que cubre América Latina y el Caribe, informó este martes la Marina de Estados Unidos, mientras la Administración Trump refuerza la presencia militar del Comando Sur y ejecuta ataques a presuntos botes de narcotraficantes.
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El barco, que transporta a más de 4.000 marineros y docenas de aviones tácticos, ingresó al área de responsabilidad del Comando Sur después de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenara al grupo de ataque salir del Mediterráneo para apoyar la iniciativa del presidente Donald Trump de “desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y contrarrestar el narcoterrorismo”.
El grupo de ataque se suma ocho buques de guerra, un submarino nuclear y aviones F-35 con base en Puerto Rico. Estados Unidos ha intensificado su campaña contra el narcotráfico y ha llevado a cabo al menos 19 ataques hasta ahora contra presuntos narcobuques en el Caribe y frente a las costas del Pacífico de América Latina, matando al menos a 76 personas.
El portavoz jefe del Pentágono, Sean Parnell, dijo que la mayor presencia de la fuerza estadounidense reforzará la capacidad del país “para detectar, monitorear y desbaratar actores y actividades ilícitas que comprometan la seguridad”.

El portaaviones, en servicio desde 2017, incluye un reactor nuclear y sofisticados radares que facilitan el control del tráfico aéreo y la navegación, dijo la Marina estadounidense en un comunicado.
Ford y sus escoltas se unen a los USS Stockdale (DDG-106) y USS Gravely (DDG-107), el crucero de misiles guiados USS Lake Erie (CG-70) y los buques de guerra anfibios USS Iwo Jima (LHD-7), USS Fort Lauderdale (LPD-28) y USS San Antonio (LPD-17) también están operando en el Comando Sur de los Estados Unidos. El Grupo Anfibio de Iwo Jima está navegando con la 22ª Fuerza Expedicionaria de Marines embarcada.
El Área de Responsabilidad del Comando Sur de los Estados Unidos abarca 31 países y 12 dependencias y áreas de soberanía especial.
Analistas ven la creciente acumulación militar y los ataques a botes como una forma de presionar al líder venezolano Nicolás Maduro para abandone el poder.

Antes de que la marina estadounidense confirmara la llegada del portaaviones, el régimen venezolano anunció una nueva fase de su despliegue militar contra lo que llamó “amenazas imperiales”, con la televisión estatal transmitiendo a líderes militares dando discursos en varios estados.
Maduro acusó a Estados Unidos de “fabricar una nueva guerra” y dijo que el despliegue naval representa “la mayor amenaza que nuestro continente ha enfrentado en los últimos 100 años”.









