Bloomberg — Israel y Hamás se acusaron mutuamente de violar los términos de un acuerdo de alto al fuego alcanzado el mes pasado, aumentando la preocupación sobre la durabilidad de la tregua a mitad del periodo inicial de seis semanas.
Hamás dijo este lunes que la próxima liberación de rehenes programada por el grupo para el sábado se pospondrá hasta nuevo aviso, acusando a Israel de retrasar el regreso de los gazatíes al norte del territorio devastado por la guerra, de abrir fuego en diferentes partes de la franja y de negar la entrada de ayuda humanitaria.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, respondió que el anuncio de Hamás equivalía a una violación del alto al fuego y que el ejército del país ha sido puesto en alerta máxima. El shekel cayó frente al dólar en respuesta al cambio, cotizando hasta un 0,8% a la baja.
Sin embargo, horas más tarde, Hamás suavizó su postura, afirmando en un comunicado que quería “conceder a los mediadores tiempo suficiente para presionar” a Israel para que cumpliera, de modo que el próximo intercambio de prisioneros pudiera llevarse a cabo según lo previsto.
Los comentarios de ambas partes ponen de relieve la fragilidad de la tregua, cuyas conversaciones sobre si puede prorrogarse más allá de principios de marzo se encuentran en una fase inicial. Aún así, Israel y Hamás han intercambiado acusaciones similares en el pasado que finalmente se resolvieron sin echar por tierra el acuerdo.
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Israel acordó el mes pasado intercambiar prisioneros palestinos por rehenes tomados por Hamás durante los atentados de octubre de 2023 que desencadenaron la guerra de 16 meses, y hasta ahora se han producido cinco canjes. Otros elementos del acuerdo incluyen la retirada parcial de las tropas israelíes y un aumento de la ayuda.
Hamás está designada como organización terrorista por Estados Unidos y muchos otros países.
“Se trata de un anuncio muy, muy grave”, declaró hoy el ministro israelí de Seguridad, Ze’ev Elkin, al Canal 12 de la televisión israelí, refiriéndose a la declaración de Abu Obaida, portavoz del brazo armado de Hamás. El redespliegue de las fuerzas israelíes lejos del corredor de Netzarim, una carretera que divide Gaza y aisló el norte durante gran parte de la guerra, muestra el compromiso del país con el acuerdo, afirmó Elkin.
Hagai Levine, jefe del equipo sanitario del Foro de Familias de Rehenes de Israel, declaró que es vital sacar a todos los rehenes restantes lo antes posible debido a su probable estado.
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Desde que el alto al fuego entró en vigor el 19 de enero, 110 palestinos han muerto por disparos israelíes en diferentes partes de la franja de Gaza, según informes palestinos locales. Hamás también dijo que se había permitido la entrada de una fracción del número acordado de camiones de combustible y tiendas de campaña en el territorio, donde gran parte de los 2 millones de habitantes se encuentran desplazados, con sus casas destruidas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tenía previsto convocar el martes un debate al más alto nivel sobre la propuesta de fase 2 del alto al fuego. Se considera que eso traza el camino hacia un fin permanente de las hostilidades, aunque Israel ha dicho que eso no puede ocurrir con Hamás todavía en el poder.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se atribuyó el mérito del alto al fuego firmado justo antes de su toma de posesión, aunque la semana pasada añadió complejidad a las discusiones sobre la siguiente fase con una sugerencia impactante de que Estados Unidos se hiciera cargo de Gaza.
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Los palestinos serían trasladados fuera del territorio durante su reconstrucción, dijo durante una visita de Netanyahu a Washington. La idea ha sido ampliamente criticada en Medio Oriente y en el resto del mundo, aunque Trump se retractó este lunes, diciendo que no tendrían derecho a regresar a Gaza.
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