Bloomberg — El humo blanco del Vaticano llegó con sorpresa para Perú. Nadie imaginó que Robert Francis Prevost fuera escogido como sucesor del papa Francisco pues su elección como sumo pontífice de los católicos viene acompañada de la ciudadanía peruana.
En 1985 fue enviado como misionero agustino a la ciudad de Chulucanas, en la región Piura, al noroccidente del país. Allí, además de aprender el idioma y las costumbres, desarrolló una intensa labor pastoral durante varios años, y se integró plenamente a las comunidades costeras del norte del país.
En 1988 llegó a la ciudad de Trujillo con el fin de dirigir el proyecto de formación común para aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Prevost ocupó distintos cargos en Trujillo hasta 1999, cuando fue elegido Prior Provincial de la Provincia Madre del Buen Consejo en su natal Chicago.
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“Es un obispo formado en la orden de San Agustín”, dijo a Bloomberg Línea el Obispo de Chiclayo, Edinson Farfán, que lo conoció personalmente. “Optó por el rol protagónico de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. Estoy seguro de que abrirá las puertas para que las mujeres tengan el liderazgo en la Iglesia y dentro de la ciudadanía”.
Farfán agregó que, en su trabajo pastoral en Perú, Prevost dio apertura a los laicos, y en todo momento repetía que los laicos no eran personas de segunda categoría en la Iglesia católica.
“Nuestra carne de identidad, tal como lo manifestó el papa Francisco, es el bautismo, y en la Iglesia caminan laicos, obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, todos juntos, como pueblo”, dijo el obispo Farfán.
Farfán recordó la labor del hoy sumo pontífice por el voluntariado. Comentó que hace pocos días se reunió con médicos que habían sido voluntarios y liderados por Prevost en Chiclayo, y tras la noticia los galenos le han comunicado que hoy más que nunca se sienten comprometidos con este trabajo comunitario.
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“El papa León XIV siempre ha estado atento a las periferias y por la cercanía a la gente”, dijo el monseñor. “Sus voluntariados eran en hospitales, colegios y universidades”.
Agregó que, para él, sería un sueño que Robert Prevost vuelva a Chiclayo, porque la ciudad “está en su corazón”, así como el Perú.
Para muchos en el país andino, el nuevo papa tiene alma peruana, pero nacionalidad estadounidense.
“Él y todo su ministerio lo ha ejercido en el Perú. Pido a todos orar por este gran hombre, de gran experiencia nacional y sobre todos sensible de corazón”, dijo el Obispo tras revelar que los platos favoritos del nuevo líder de la Iglesia católica son el seco de cabrito, el arroz con pato y el ceviche.
El nuevo papa también tiene una fuerte vinculación con la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, donde ejerció como Gran Canciller Emérito. Desde allí, promovió una educación humanista centrada en el servicio, el pensamiento crítico y la responsabilidad social.
Obtención del DNI
En 2014, el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo. Desde ese cargo, y en señal de compromiso con el país, anunció que se nacionalizaría peruano y pronto lo logró.
“Es una persona muy amable y sencilla”, dijo Erika Gil Osorio, trabajadora del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil) cuando atendió a Prevost en 2015, en la antigua sede de la institución ubicada en el Jirón Cusco, en el Centro de Lima, para obtener su documento Nacional de Identidad (DNI).
“Recuerdo que cuando vino cumplió con todos los requisitos”, agregó indicando que uno de ellos era que Prevost debía demostrar que vivía en el Perú por más de dos años.
En ese entonces, el hoy papa León XIV ya radicaba en Perú por 30 años.
Luego en 2016, en la ciudad de Chiclayo, cuando ya era obispo de la ciudad, gestionó su DNI electrónico, que no está sujeto a caducidad por tener 69 años.
En declaraciones a Bloomberg Línea, Paolo Rocco Gualtieri, nuncio apostólico en el Perú, manifestó que Robert Prevost siempre fue un obispo cercano al pueblo. Dijo que trabajó con él cuando era obispo en Chiclayo. “Había tanta gente que le manifestaba gratitud por su cercanía, era muy amado”, dijo.
Monseñor Rocco Gualtieri dice que, a su juicio, el nuevo papa va a continuar con las líneas trazadas por el papa Francisco, debido a que era muy cercano a él.
En marzo del 2018 fue nombrado vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana, y al año siguiente Francisco lo designó miembro de la Congregación para el Clero y en 2020 como Administrador Apostólico de la Diócesis del Callao.
Luego fue designado por el papa Francisco como prefecto del Dicasterio para los Obispos, y en 2023 fue elevado al rango de cardenal.
En ese mismo año, fue distinguido por la Conferencia Episcopal Peruana con la medalla de oro de Santo Toribio de Mogrovejo, el más alto reconocimiento eclesial del país.