No es demasiado tarde para prevenir la demencia después de los 60: estudio

Cambios en el estilo de vida, como el ejercicio, una mejor alimentación y mayor actividad mental y social, generaron una protección significativa en dos años

Una persona lleva una máscara protectora mientras está sentada en Bogotá, Colombia, el martes 14 de abril de 2020.
Por Michelle Amponsah
04 de agosto, 2025 | 12:00 AM

Bloomberg — Hay buenas noticias para los estadounidenses mayores con alto riesgo de desarrollar demencia: medidas sencillas para mantenerse mental y físicamente activos mejoraron el pensamiento y ayudaron a mantener a raya la enfermedad de Alzheimer. Y no tardó mucho.

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Cambios en el estilo de vida, como el ejercicio, una mejor alimentación y mayor actividad mental y social, generaron una protección significativa en dos años, según un amplio ensayo clínico publicado el lunes. Para participar en el estudio, los participantes debían presentar varios factores de riesgo de deterioro cerebral, como una mala alimentación y no hacer ejercicio con regularidad. Otros presentaban una mutación genética relacionada con la enfermedad de Alzheimer.

Si bien la función cerebral comienza a empeorar a partir de los sesenta, los resultados indican que modificar la rutina incluso más tarde en la vida puede retrasar la aparición de la demencia. Realizar estos cambios pareció retrasar el envejecimiento cognitivo entre uno y dos años, según Laura Baker, profesora de medicina interna en la Universidad de Medicina de Wake Forest y una de las líderes del estudio.

Las conclusiones clave son: “moverse más, sentarse menos, darle vida a la comida, aprender algo nuevo y mantenerse conectado”, afirmó Baker en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer en Toronto, donde se presentaron los resultados. “Anímate a hacer esto con regularidad”.

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Los hallazgos se publicaron simultáneamente en la Revista de la Asociación Médica Americana.

El Estudio Estadounidense para Proteger la Salud Cerebral a través de la Intervención en el Estilo de Vida para Reducir el Riesgo, conocido como Pointer, es el mayor ensayo clínico de intervención en el estilo de vida para la enfermedad de Alzheimer realizado en Estados Unidos. Incluyó a más de 2000 adultos de entre 60 y 79 años en grupos de intervención estructurados y autoguiados.

La función cognitiva mejoró en ambos grupos, pero quienes recibieron apoyo estructurado obtuvieron un beneficio significativamente mayor que quienes participaron en el grupo autoguiado.

El programa recomendaba ejercicio cardiovascular durante 30 minutos, cuatro días a la semana, y una dieta baja en sal, centrada en alimentos saludables para el cerebro, como verduras de hoja verde oscura, bayas, cereales integrales y pescado de agua fría. Los participantes del grupo estructurado completaron juegos de computadora de “entrenamiento cerebral” tres veces por semana.

El grupo estructurado se reunió 38 veces con sus compañeros durante los dos años de estudio para establecer objetivos y fomentar el compromiso de los demás. El grupo autodirigido se reunió con mucha menos frecuencia (seis veces durante los dos años), pero recibió la misma información.

El ensayo POINTER replicó el estudio FINGER de 2015, un hito en el campo de la intervención geriátrica para la prevención del deterioro cognitivo, para evaluar si estos hallazgos se aplicaban a la población estadounidense, más numerosa y a menudo menos saludable.

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