Bloomberg — El gobierno de Brasil presentó su proyecto de presupuesto para 2026 con el objetivo de lograr un superávit fiscal primario del 0,25% del producto interior bruto, una meta que los inversores tachan de poco realista debido en gran parte a las presiones de gasto de cara a las elecciones del próximo año.
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El equipo económico del presidente Luiz Inácio Lula da Silva pretende alcanzar ese objetivo, que excluye el pago de intereses, según la legislación enviada el viernes al Congreso.

Para el próximo año, el gobierno prevé un salario mínimo de 1.631 reales brasileños (300 dólares) al mes, frente a los 1.518 reales actuales. El gobierno también recortó su previsión de crecimiento económico para 2026 al 2,44%, desde el 2,5% anterior.
El presidente izquierdista, conocido como Lula, se enfrenta a un renovado escrutinio de los inversores sobre la dirección del presupuesto antes de su probable campaña para un cuarto mandato el próximo año. Las preocupaciones fiscales han sido durante mucho tiempo el centro de atención de los mercados financieros, y fueron el principal motor de la pérdida de la calificación de grado de inversión del gobierno hace una década. Ahora, la administración se encuentra en una situación especialmente difícil dado que dependerá del Congreso para la aprobación de nuevos ingresos cruciales y recortes de gastos.
El objetivo fiscal para 2026 se fijó por primera vez en abril, cuando el gobierno de Lula desveló sus directrices presupuestarias para el próximo año. Sin embargo, es en el proyecto enviado el viernes donde el equipo económico detalla cómo se alcanzará su objetivo de superávit.
Una de las propuestas del gobierno, por ejemplo, recaudaría 21.000 millones de reales (3.900 millones de dólares) adicionales el año próximo aumentando los impuestos al sector financiero. Según el proyecto, el gobierno contará también con 31.000 millones de reales (5.700 millones de dólares) de ingresos no recurrentes procedentes de las subastas de petróleo y 54.000 millones de reales (9.900 millones de dólares) de dividendos. El proyecto de presupuesto no contempla ningún aumento del programa social Bolsa Familia.
En total, la administración necesita unos 60.000 millones de reales en nuevos fondos para alcanzar el objetivo fiscal, según Tiago Sbardelotto, economista de XP Inc. “El objetivo dependerá de medidas como la revisión de los incentivos fiscales, lo que es poco probable que ocurra”, dijo antes de que el proyecto de presupuesto fuera enviado a los legisladores.
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Según el viceministro de Finanzas, Darío Durigan, las reducciones de beneficios fiscales previstas para el próximo año, de casi 20.000 millones de reales, ayudarán a alcanzar el objetivo. Añadió que el gobierno también necesita más recortes del gasto para mejorar las cuentas públicas. “Debemos reducir el gasto primario de forma consecuente y vamos por buen camino”, afirmó.
El gobierno registró un déficit primario del 0,22% del PIB en los doce meses hasta julio, según un informe del banco central publicado el viernes.
En las últimas semanas, las autoridades brasileñas comprometieron 30.000 millones de reales para apoyar a los exportadores locales perjudicados por el arancel del 50% impuesto por el presidente Donald Trump a las mercancías enviadas a EE.UU.. Posteriormente, el Gobierno pidió permiso al Congreso para excluir 9.500 millones de reales de los costes de ese plan de la meta fiscal para 2025. Los inversores temen que si Trump intenta presionar aún más a Brasil, el gobierno tendrá que gastar aún más y buscar de nuevo eludir las normas presupuestarias.
Por otra parte, los jueces brasileños también permitieron al equipo económico excluir 55.000 millones de reales en gastos de pagos ordenados por los tribunales de la meta de 2026, lo que significa que los resultados del próximo año serán peores de lo que muestra el proyecto de presupuesto.
La meta primaria está perdiendo relevancia como señal del compromiso del gobierno de domar la deuda, dijo Jeferson Bittencourt, jefe de macroeconomía de ASA, antes del anuncio del viernes. “El análisis del presupuesto de 2026 se centrará en la viabilidad de los ingresos adicionales propuestos y en el espacio para el gasto discrecional”, dijo.
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