Eliminar abruptamente los subsidios a hidrocarburos en Bolivia dispararía inflación hasta el 32%

El gasto en subsidios a combustibles llegó al 4% del PIB en Bolivia el año pasado, lo que equivale a aproximadamente US$2.000 millones, de acuerdo a cifras compiladas en el estudio de Inesad.

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La Paz, Bolívia
18 de septiembre, 2025 | 02:00 AM

Bloomberg Línea — Un ajuste abrupto a los subsidios a los hidrocarburos en Bolivia podría impulsar la inflación interanual hasta un pico del 32%, al mismo tiempo que aceleraría la depreciación de la moneda local, según una investigación del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad).

El informe, titulado “El impacto macroeconómico de la eliminación del subsidio a los hidrocarburos en Bolivia: análisis de reformas abruptas y graduales”, tiene en cuenta diferentes escenarios en el país.

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Los analistas Javier Aliaga y Ronaldo Terrazas evaluaron los posibles impactos macroeconómicos en inflación, tipo de cambio y brecha del producto en el corto plazo ante una reforma total de subsidios a los hidrocarburos, diferenciando los efectos de un ajuste abrupto y uno gradual.

Bajo un escenario de eliminación abrupta, la inflación interanual habría alcanzado un máximo de 32,3% en el segundo trimestre de 2025, aunque remataría el año en un 28,7%.

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Bolivia, que durante los años de la pandemia se encontraba entre los países con menos inflación en el mundo, sufre en este 2025 una aceleración de precios que no se observaba desde hacía más de tres décadas. En agosto, la inflación cerró en 24,36% interanual.

Ante un ajuste abrupto a los subsidios a los hidrocarburos, la presión para el tipo de cambio paralelo amplificaría el efecto inflacionario mediante el encarecimiento de importaciones.

Bolivia, hidrocarburos

Además, la depreciación acumulada sería de hasta el 84% respecto al nivel previo al shock.

Y aunque se evidenciaría un repunte transitorio del Producto Interno Bruto, esto estaría vinculado al adelantamiento de consumo e inversión frente al shock esperado de precios.

“La eliminación de subsidios, sin un ancla nominal creíble ni medidas compensatorias, puede generar un salto inflacionario abrupto, predominantemente transitorio, aunque con riesgos de persistencia si los canales de retroalimentación cambiario, salarial y de expectativas no son gestionados adecuadamente”, dijeron los investigadores.

De otra parte, la aplicación gradual podría mitigar en parte el choque inicial, pero extiende la duración de las presiones inflacionarias y de la depreciación cambiaria, elevando así los costos totales de la reforma.

De acuerdo al informe, “la eliminación gradual reduce la magnitud inicial del ajuste, pero prolonga las presiones cambiarias: el tipo de cambio sombra se estabiliza más tarde y en un nivel relativamente alto (Bs 16,4/USD en el cuarto trimestre de 2025)”.

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Gasto en subsidios y dependencia a importaciones

Bolivia

El gasto en subsidios a combustibles llegó al 4% del PIB en Bolivia el año pasado, lo que equivale a aproximadamente US$2.000 millones, de acuerdo a cifras compiladas en el estudio.

“Este monto ha crecido de forma procíclica, impulsado por la caída del 33% en la producción interna de hidrocarburos líquidos entre 2010 y 2023, y por el aumento de las importaciones, que ya cubren más del 70% del consumo interno de gasolina y diésel”, dice el documento.

Para los analistas, el aumento de la dependencia externa no solo intensifica la vulnerabilidad del país frente a los ciclos internacionales del precio del petróleo, sino que también limita la flexibilidad en la planificación fiscal, al forzar al Tesoro General de la Nación a asumir gastos inciertos determinados por factores externos.

Considerando varios análisis sobre el impacto en Bolivia, una de las conclusiones es que los subsidios energéticos tienden a ser regresivos.

Reflejo de esto es que el 20% más rico de la población concentra entre el 35% y el 40% del beneficio fiscal, mientras que los quintiles más pobres reciben una fracción significativamente menor.

Postergar la reforma incrementa sus costos

Bolivia

De acuerdo con los analistas de Inesad, postergar la reforma podría elevar los costos macroeconómicos de su implementación.

En este sentido, consideran que la coordinación de política monetaria y cambiaria es esencial para mitigar el traspaso a precios internos y contener efectos de segunda vuelta.

“Se concluye que un ajuste rápido, acompañado de medidas compensatorias focalizadas y una transición hacia un régimen cambiario más flexible, puede reducir el riesgo de espirales inflacionarias autoalimentadas y contribuir a fortalecer la estabilidad macroeconómica en el mediano plazo”, dijeron.

Es así que para la eliminación del subsidio a los hidrocarburos se recomienda con un esquema mixto.

En primera instancia, recomiendan adoptar un ajuste inicial fuerte que alivie rápido las presiones fiscales y externas, seguido de etapas cortas y programadas hacia el precio de mercado, lo que ayuda a limitar los efectos macroeconómicos adversos y a reducir las distorsiones prolongadas.

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