Bloomberg Línea — La expansión irresponsable de la caficultura en Brasil puede impactar la sostenibilidad de la actividad al impulsar la deforestación, lo que a su vez intensifica la sequía, amenaza los cultivos y contribuye a disparar los precios globales, según un informe de Coffee Watch.
El área de Brasil que concentra la caficultura perdió más de 11 millones de hectáreas de bosque entre 2001 y 2023, de acuerdo al reporte que publica esa organización sin fines de lucro.
Coffee Watch calcula que, por lo menos, 312.803 hectáreas fueron directamente desmontadas para el cultivo de café en Brasil, “una huella de destrucción del tamaño de Honduras”.
El informe da cuenta de que los patrones de la deforestación indirecta se concentran especialmente alrededor de las zonas de expansión.
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“El café ha generado deforestación masiva en Brasil, no solamente durante los últimos siglos, sino las últimas décadas, y continúa destruyendo los bosques hasta el día de hoy”, dijo en un comunicado Etelle Higonnet, directora de Coffee Watch.
Minas Gerais, la región principal de la caficultura de Brasil, ha sufrido los estragos ecológicos más grandes dentro de la franja cafetalera.
El estudio señala que el café es uno de los principales responsables de la deforestación en la Mata Atlántica, donde hoy queda menos del 10% de la cobertura forestal original.
En el mundo, el café es considerado el sexto motor más grande de la deforestación.
Impacto en los precios del café

De acuerdo con cifras de Bloomberg, desde agosto los precios futuros del café arábica han subido un 40% y se acercan a niveles récord. Entre tanto, los precios del café robusta han aumentado cerca de un 37%.
Después de que la administración de Donald Trump impusiera en julio un arancel del 50% a Brasil, las existencias de granos brasileños en EE.UU. disminuyeron a su nivel más bajo desde 2020.
El reporte de Coffee Watch indica que los precios del café se han disparado repetidamente, impulsados por una combinación de sequías extremas, heladas y la pérdida de biodiversidad, que a su vez provoca brotes de plagas.
Advierte que, a medida que estos impactos se vuelven más frecuentes e intensos, el comportamiento del mercado especulativo amplifica la volatilidad de manera sin precedentes.
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Según un estudio publicado en Nature en 2023 y citado por Coffee Watch, incluso una deforestación modesta cerca de las fincas altera las lluvias locales.
La investigación encontró que la eliminación de apenas el 1% del bosque dentro de un radio de 25 km redujo la lluvia local en un 0,25%.
Además, las áreas deforestadas recibieron hasta un 28% menos lluvia que los bosques intactos cercanos.
De acuerdo a la investigación de Coffee Watch, “las sequías de 2016-2017, 2019-2020 y 2023 tajearon las cosechas, y contribuyeron al aumento del precio de más del 40% en 2023-2024″ en el mercado del café.
El impacto es a gran escala
Etelle Higonnet, directora de Coffee Watch, dice que “Brasil necesita dar marcha atrás de manera urgente, pues esta deforestación no solo es un desastre en materia de carbono y de biodiversidad, sino que además está destruyendo las lluvias y generando el fracaso de los cultivos”.
“La lluvia no cae donde el café se expande, en perjuicio de los bosques. Como resultado, los choques climáticos están golpeando el bolsillo. El futuro del café brasileño está en riesgo”, apuntó.
Las cifras del reporte indican que en 2014 hubo hasta el 50% menos de lluvia que lo normal en partes de Minas Gerais. Además, ocho de los últimos 10 años registraron déficits de lluvias.
El impacto en Brasil tiene repercusiones amplias en la medida en que la mayor economía de Latinoamérica exporta un tercio del café mundial.
Como consecuencia de estos choques, hasta los dos tercios de los cultivos de café arábica de Brasil estarán en riesgo para 2050, según los datos que se desprenden de dicho informe.
“La frecuencia e intensidad de los choques en el sistema de café brasileño – de lo ecológico a lo climático – han aumentado a lo largo de las últimas dos décadas", concluye Coffee Watch.
“La especulación del mercado actualmente actúa como un acelerante: cada evento extremo no solamente lleva la producción al límite, sino que nutre ciclos de temor, acaparamiento y clima errático”, remató.
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