Salarios de los CEO aumentaron 56 veces más rápido que el de trabajadores: Oxfam

Según Oxfam, aunque la desigualdad salarial ha disminuido a nivel mundial, esta sigue siendo muy alta, especialmente en países de renta baja

Irlanda y Alemania tienen algunos de los directores ejecutivos mejor pagados del mundo, con remuneraciones promedio de US$6,7 y us$4,7 millones, respectivamente, en 2024.
01 de mayo, 2025 | 07:00 AM

La remuneración de los directores ejecutivos ha aumentado a un ritmo 56 veces mayor que el salario de los trabajadores en el mundo, lo que amplia una persistente brecha entre el aumento de sus ingresos, de acuerdo a un informe de la ONG Oxfam divulgado en el marco del Día Internacional del Trabajo este 1 de mayo.

La remuneración promedio de los directores ejecutivos alcanzó los US$4,3 millones en 2024, lo que se tradujo en un aumento del 50 % en términos reales frente a los US$2,9 millones (ajustado por inflación) en 2019, según Oxfam. El análisis se basa en la remuneración media total —incluyendo bonos y acciones— de casi 2.000 empresas de 35 países donde los CEO ganaron más de un millón de dólares en 2024, según datos de S&P Capital IQ usados por Oxfam.

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Irlanda y Alemania tienen algunos de los directores ejecutivos mejor pagados del mundo, con remuneraciones promedio de US$6,7 y us$4,7 millones, respectivamente, en 2024.

“La concentración extrema de riqueza tiene consecuencias brutales: según el Banco Mundial, reducir la desigualdad podría acabar con la pobreza tres veces más rápido”, dijo a Bloomberg Línea Grazielle Custodio, coordinadora de Justicia Económica de Oxfam en América Latina y el Caribe. “Para lograrlo, los gobiernos deben comprometerse con un objetivo concreto: garantizar que, tanto a nivel global como nacional, el 10% más rico no gane más que el 40% más pobre”.

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Si bien la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informa que los salarios reales a nivel mundial crecieron un 2,7 % en 2024, Oxfam dice que en países como Francia, Sudáfrica y España, por ejemplo, el crecimiento de los salarios reales fue de solo un 0,6 % el año pasado.

Según Oxfam, aunque la desigualdad salarial ha disminuido a nivel mundial, esta sigue siendo muy alta, especialmente en países de renta baja, en los que el porcentaje de ingresos del 10 % más rico es 3,4 veces mayor que el del 40 % más pobre de la población.

En Latinoamérica y el Caribe, según Oxfam, se evidencia una opacidad en los datos sobre los salarios de los CEO, lo que consideran que no es solo un problema técnico, sino también político al reflejar “cómo los sistemas económicos y fiscales de la región están diseñados para beneficiar a una minoría”, añadió Grazielle Custodio.

Mientras en la Unión Europea la transparencia permite saber que los ingresos de los CEO crecieron 56 veces más que los de los trabajadores, en Latinoamérica y el Caribe —considerada la región más desigual del mundo— esa brecha podría ser aún mayor, pero se oculta, según Oxfam, “tras el sigilo de paraísos fiscales y la falta de regulación”.

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“Año tras año, presenciamos el mismo espectáculo grotesco: la remuneración de los directores ejecutivos se dispara, mientras que el salario de las personas trabajadoras apenas varía”, dijo el director ejecutivo de Oxfam Internacional, Amitabh Behar. “Esto no es un fallo del sistema, sino que el sistema funciona exactamente como fue diseñado: para canalizar la riqueza hacia quienes más tienen, mientras millones de personas trabajadoras tienen dificultades para llegar a fin de mes”.

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Efectos de la guerra arancelaria en los trabajadores

Donald Trump

Oxfam señala que las personas de clase trabajadora serán quienes acaben sufriendo con mayor intensidad el coste de la guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos, ya que esta podría derivar en la pérdida de empleos y el incremento de precio de los productos de consumo básicos.

Este escenario podría terminar agravando las desigualdades extremas que ya se presentan en materia de ingresos, con lo que el director ejecutivo de Oxfam Internacional ha señalado que “la política arancelaria se ha convertido en la nueva arma económica”.

“Esta política no solo afectará a muchas familias de clase trabajadora de Estados Unidos, sino que perjudicará especialmente a quienes luchan por salir adelante en algunos de los países más pobres del mundo”, indicó Behar.

Las brechas salariales de género

Una mujer trabaja en un ordenador portátil de Apple Inc. en un escritorio en una habitación infantil en esta fotografía arreglada tomada en Berna, Suiza, el sábado 22 de agosto de 2020.

Oxfam también se refirió en el reporte a la persistente brecha salarial de género.

En América Latina, la brecha salarial de género en grandes empresas subió del 34 % al 36 % entre 2022 y 2023, según un análisis de Oxfam.

El análisis de Oxfam, realizado con datos de 11.366 grandes empresas en 82 países, mostró que la brecha salarial de género promedio bajó del 27 % al 22 % entre 2022 y 2023.

“A pesar de esta reducción, a niveles prácticos, esta diferencia supone que, en promedio, las trabajadoras de estas empresas siguen ‘trabajando gratis’ los viernes, mientras que sus colegas hombres cobran por toda la semana”, indicó la ONG.

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En 2023, las mayores brechas se dieron en Japón y Corea del Sur (cerca del 40 %). En contraste, Canadá, Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido reportaron una brecha del 16% en promedio.

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“Carecemos de democracia donde más se necesita: en el lugar de trabajo”

Ante las brechas salariales entre los CEO y los trabajadores, el secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Luc Triangle, comentó en el marco del reporte que “la indignante desigualdad salarial confirma que carecemos de democracia donde más se necesita: en el lugar de trabajo”.

Por lo anterior, abogan por un nuevo contrato social que garantice mayor protección y equidad, frente a un sistema que, en algunos casos, ha favorecido a una élite con creciente influencia, de acuerdo al reporte.

Plantean que aspectos como una tributación más justa, servicios públicos eficientes, salarios adecuados y una transición ecológica inclusiva deben considerarse pilares fundamentales para una sociedad más equilibrada.

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Oxfam y la Confederación Sindical Internacional (CSI) instaron a los Gobiernos a mantener el compromiso con una mayor tributación a las personas con mayores ingresos, tanto a nivel nacional como global.

Entre sus propuestas está elevar los tipos impositivos marginales hasta el 75 % en el impuesto sobre la renta de las personas físicas a los más ricos, para desincentivar el pago de remuneraciones “exorbitantes” a los altos ejecutivos.

Grazielle Custodio, coordinadora de Justicia Económica de Oxfam en América Latina y el Caribe, dijo que se requieren políticas fiscales radicalmente redistributivas: impuestos progresivos a la riqueza, herencias y rentas altas, junto con el fin de los paraísos fiscales. “Hoy, la mitad de los milmillonarios vive en países sin impuestos a herencias, perpetuando dinastías económicas”.

Además, destacan la importancia de asegurar que los salarios mínimos se actualicen según la inflación y de proteger derechos laborales como la sindicación, la huelga y la negociación colectiva.

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También considera clave la transparencia corporativa obligatoria: que todas las empresas —incluidas las radicadas en paraísos fiscales— publiquen datos salariales (por género, puesto y país) y de beneficiarios finales. “Sin datos, no hay democracia económica”, consideró Custodio.

Demandan un combate estructural al racismo y sexismo: la desigualdad en Latinoamérica y el Caribe tiene rostro de mujer, indígena y afrodescendiente. En este marco, consideran que salarios dignos, acceso a tierra y crédito, y protección social universal son indispensables.

Pero consideran que la redistribución no basta, pues ven necesario desmontar los mecanismos que trasladan la riqueza del Sur al Norte global.

Esto se refleja, según la coordinadora de Justicia Económica de Oxfam en América Latina y el Caribe, en “deudas ilegítimas, reglas comerciales injustas y patentes que privatizan conocimientos vitales”. De acuerdo a Custodio, “la reforma del FMI y el Banco Mundial para dar voz real a Latinoamérica es parte de esta batalla”.

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