Buenos Aires — La reciente ola de desregulación comercial impulsada por el gobierno de Javier Milei podría afectar a más de 430.000 puestos de trabajo en distintos sectores productivos del país. Así lo advierte el informe 'Abrir sin paracaídas’ publicado por Fundar, el cual estima que el impacto abarcaría a 1,9% del empleo total del país o el 2,3% del empleo privado total.
Según sostuvo el reporte, a partir de su asunción en diciembre de 2023, la administración nacional “inició un proceso de apertura del comercio exterior con la eliminación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y las Licencias No Automáticas (LNA), las principales herramientas utilizadas para administrar el comercio, que en la práctica generaban un alto grado de discrecionalidad”. “Además, eliminó y reformuló numerosas medidas paraarancelarias y redujo aranceles de importación para varios sectores y productos”, recordó.
“Si bien estas reformas pretenden corregir las distorsiones generadas por el uso discrecional de estos instrumentos y facilitar el acceso a insumos, tecnología y bienes de consumo, también plantean riesgos significativos para el entramado productivo nacional”, sostuvo.
A su vez, analizó que los sectores productivos “observan cómo aumenta su exposición a la competencia internacional sin las condiciones locales que les permitan competir en un plano de igualdad.
Sin embargo, la postura del Gobierno es clara. “Estamos haciendo una economía libre. Todos los sectores protegidos y subvencionados, que viven de los demás, ahora tienen que competir. El que hace las cosas bien, le va bien. El que hace las cosas mal, quiebra”, sostuvo el presidente el mes pasado, en una entrevista concedida al canal LN+.
Por el momento, el sector industrial expone un escenario heterogéneo. La Unión Industrial Argentina relevó una suba en el acumulado del año respecto del mismo periodo de 2024, aunque ello se debe “en gran medida debido al bajo nivel de comparación”.
“En cambio, al compararse con el acumulado 2023 la actividad industrial aún se encuentra un 9,7% por debajo. Sólo las industrias vinculadas a la cosecha lograron una recuperación”, aseguró.
Apertura sin protección
Tras eliminar barreras no arancelarias y avanzar en un esquema de apertura comercial más profundo que durante la administración 2016‑2019, Argentina enfrenta un incremento estimado de importaciones de US$ 12.391 millones anuales. Ese flujo entrante —en ausencia de medidas de apoyo— podría traducirse directamente en una reducción de la producción interna y, por lo tanto, de empleo.

“Se estima que 431.452 puestos de trabajo podrían perderse por el aumento de importaciones que desplazan producción nacional”, puntualizó el reporte.
El 65% de los puestos de trabajo en riesgo se concentra en la industria manufacturera, particularmente en sectores como textil-indumentaria, calzado, madera, productos de metal y electro-electrónica, altamente expuestos a la competencia externa.
Con relación al impacto por zonas, señaló que cuatro puntos concentran el 74% de los puestos de trabajo en riesgo: Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Córdoba y Santa Fe son las jurisdicciones más afectadas en cantidad de trabajadores.
“En relación con el tamaño del empleo en cada provincia, sobresale el caso de Tierra del Fuego, donde está en riesgo el 5,5% del empleo privado”, subrayó.
En tanto, afirmó que “corren más riesgo los que tienen trabajo registrado, tienen entre 25 y 44 años y terminaron la secundaria”.
El dólar, una variable clave
“Un tipo de cambio apreciado agrava el impacto”, aseguró y evaluó que “si se hubiera mantenido en los niveles de 2023, el empleo en riesgo sería de 355.158 puestos de trabajo, 76.294 menos que en el escenario con el tipo de cambio de abril de 2025″.
El trabajo remarcó que “la apreciación cambiaria registrada durante el gobierno de Milei incrementaría el empleo en riesgo derivado de la apertura comercial en un 21%”.
“Si bien las principales fuentes del impacto laboral continúan siendo las medidas de apertura comercial, estos resultados muestran que un tipo de cambio apreciado amplifica significativamente los efectos negativos sobre el empleo”, apuntó.
Una de las principales conclusiones del reporte es que las medidas de apertura se implementan sin estrategias de acompañamiento para los sectores afectados. No hay planes de recolocación, fondos compensatorios, ni programas de capacitación o reconversión laboral que atiendan el impacto proyectado.
“Es clave pensar una apertura que articule instrumentos de transición productiva y laboral, calibrando tiempos, magnitudes y condiciones. El diseño de políticas productivas y laborales debe considerar de forma explícita los sectores y perfiles más expuestos al cambio”, expresó Fundar.
La preocupación del sector textil
De acuerdo con cifras de la Fundación Protejer, con cifras a marzo, en el caso del sector textil, confecciones, cuero y calzado, la caída porcentual del empleo fue del 9%. “Esto representó una pérdida de más de 10,6 mil puestos de trabajo”, calculó.
También expresó que “en el período comprendido entre enero y mayo 2025 las importaciones totales de la cadena alcanzaron 159.943 toneladas y US$701 millones, lo que representa un aumento del 93% interanual en cantidades y 53% en valores en la comparación interanual”.
“Todos los rubros registraron aumentos en sus cantidades y montos importados, aunque las cantidades aumentaron más que los montos, denotando que se importó a menores precios que el año pasado”, explicó.