Cavallo y Álvarez Agis contradicen a Caputo y aseguran que hay atraso cambiario

Los economistas Emmanuel Álvarez Agis y Domingo Cavallo advirtieron en informes recientes por el tipo de cambio en Argentina y sus potenciales consecuencias en la economía

U.S. one-hundred dollar banknotes are arranged for a photograph in Hong Kong, China, on Thursday, April 23, 2020. The Hong Kong Monetary Authority intervened for a third straight day this week to defend its currency peg as the local dollar touched the strong end of its trading band. Photographer: Paul Yeung/Bloomberg
07 de febrero, 2025 | 07:15 AM

Buenos Aires — El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que “hay algunos precios que están adelantados”, lo cual “no quiere decir que el dólar está atrasado”. Economistas, como Emmanuel Álvarez Agis y el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, en tanto, contradijeron esa consideración.

Es cierto que hay algunos precios que están adelantados, no quiere decir que el dólar está atrasado. Los autos, en Argentina no están más caros que en todos lados, en Uruguay están más caros y van a estarlo más cuando bajen los precios acá. La ropa sí es cara porque es una industria tremendamente protegida”, indicó en una entrevista a LN+.

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En su análisis, el ex funcionario Domingo Cavallo resaltó que “como consecuencia del manejo de los tipos de cambio en un contexto de fuertes restricciones para el movimiento de capitales, se ha producido una apreciación real del peso que crea preocupación a productores agropecuarios, exportadores en general, e industriales y prestadores de servicios que compiten con importaciones”.

Existe una apreciación real exagerada del peso que puede estimarse en alrededor del 20%, parecida a la que existió en los tres años finales de la convertibilidad, apreciación real que llevó a una deflación muy costosa porque transformó a la recesión que se había iniciado a fines de 1998 en una verdadera depresión económica, fenómeno que comenzó a erosionar el crédito internacional del país y a alentar la salida de capitales”, indicó.

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De esa manera, resaltó: “El argumento de que la recesión iniciada a fines de 1998 y la depresión del período 1999-2001 se debió además a la existencia de fuertes déficits fiscales, no se sustenta en los datos. Hasta 1998 el déficit fiscal no existió o fue muy bajo”.

En todos esos años existió superávit fiscal primario: Es cierto que desde 1997 en adelante las provincias aumentaron mucho su gasto público y financiaron sus déficits con créditos bancarios a altas tasas de interés flotantes, pero tanto en el caso de la Nación como en las provincias, el aumento exponencial del déficit se debió a la suba de la tasa de interés a medida que el país iba perdiendo el crédito internacional, algo que tuvo más que ver con la pérdida de competitividad de la economía que con la evolución de las cuentas fiscales”, escribió Cavallo.

Y agregó: “Aun incluyendo el fuerte aumento de la factura de intereses sobre la deuda pública, el gasto público total se ubicaba en 2001 por debajo del 30% del PBI, cuando hoy aún está por arriba del 35%”.

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Por su parte, el último reporte de la consultora PxQ, de Álvarez Agis, remarcó: “No se adelantaron los precios, se atrasó el tipo de cambio”. “La economía argentina está más abierta, nuestros codiciosos empresarios están más amenazados por la competencia y, así y todo, los productos en el mercado local son más caros que en el internacional”, sostuvo el análisis.

El ministro argumentó que el dólar no estaba atrasado, sino que algunos precios estaban adelantados y que esta situación tenía lugar por la falta de competencia, que hacía posible que los empresarios pudieran poner precios más altos que en otros países”, expresó.

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En ese sentido, destacó: “Tomado de manera aislada, el argumento es correcto: si se comparan dos mercados, uno en el que rige la competencia con otro en el que no, los precios en el último serán más altos que en el primero. Sin embargo, lo relevante para la situación actual no es evaluar la situación estática del país en materia de nivel de precios domésticos, sino su evolución a lo largo del tiempo”.

“Una canasta de alimentos en bebidas comprada en Argentina era en octubre de 2023 un 57% más barata que la misma canasta comprada en el resto de los países. En diciembre de 2024 esa misma canasta era 13% más cara”, puntualizó.

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