Buenos Aires — Despejada la incertidumbre respecto del esquema cambiario post salida del cepo, el Gobierno argentino busca ahora anclar las expectativas en torno a la deuda denominada en pesos. Con vencimientos por casi ARS$30 billones entre mayo y junio, desde el equipo económico preparan el terreno a la posibilidad de que se inicie el ‘Punto Anker‘.
En esa línea, se inyectaron en la cuenta del Tesoro los ARS$11,7 billones que le giró el Banco Central (BCRA), correspondientes a las utilidades por las ganancias obtenidas en el ejercicio 2024.
Si bien el Tesoro recibió esos pesos el viernes pasado, la operación quedó documentada en las estadísticas oficiales en las últimas horas. De esta manera, la cuenta en pesos que tiene el Tesoro en el BCRA saltó a ARS$15,93 billones, un colchón de pesos que, según adelantaron desde el equipo económico, se usará exclusivamente para la eventual cancelación de deuda del Tesoro, y concretamente en licitaciones con roll-overs por debajo del 100%.
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El desafío de inyectar liquidez sin presionar la inflación
De esta manera, en el Ejecutivo apuntan a disipar algunas de las dudas que habían surgido en el mercado en los últimos días. En especial, después de que la semana pasada la Secretaría de Finanzas informara que había alcanzado un rollover del 70% en la última licitación de abril, acumulando así cuatro subastas consecutivas sin cubrir la totalidad de los vencimientos.
Esa dinámica, sumada a que el stock de pesos que tiene el Tesoro en cuenta del BCRA venía bajando hasta quedar por debajo de los ARS$4 billones, generó cierta incomodidad entre algunos analistas, que se preguntaban cómo el Gobierno haría para inyectar liquidez al mercado sin sumarle combustible a la inflación.
Pero más allá de lo abultado de los vencimientos de los próximos dos meses, Federico Domínguez no ve problemas con la deuda en pesos mientras se mantenga el superávit fiscal. Para el asesor financiero, recientemente elogiado en redes por el ministro de Economía, Luis Caputo, “en un contexto de aumento de demanda de dinero vamos a seguir viendo una remonetización de la economía mediante cancelación de deuda en pesos por parte del Tesoro con pesos acumulados del superávit fiscal”.
“Por eso estuvimos viendo algunos rollovers por debajo del 100%, es porque la economía está demandando pesos”, sintetizó, aludiendo así al “Punto Anker”.
Ingreso de jugadores extranjeros
Al respecto, Domínguez marcó que la deuda en pesos con privados representa hoy “sólo el 14% del PBI” y recordó que hay otros factores que sostendrán la demanda en las licitaciones futuras. Tras señalar que todavía hay mucha demanda de jugadores institucionales, sumó que “van a empezar a ingresar inversores extranjeros para comprar deuda en pesos”.
En 2017, detalló, había el equivalente a US$25.000 millones en deuda en pesos del Tesoro en manos de extranjeros, mientras que ese número hoy es casi cero. “Ahí tenés un espacio significativo para satisfacer este mercado que es de sólo 14 puntos del PBI”, explicó.
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Punto Anker en marcha
En los últimos días, desde el equipo económico del Gobierno volvieron a deslizar la posibilidad de que se inicie lo que llamaron el ‘Punto Anker’. Anker, cabe recordar, era el nombre de la consultora que encabezaban Luis Caputo y el titular del BCRA, Santiago Bausili, y en que también trabajaban los asesores Federico Furiase y Martín Vauthier.
Desde la consultora anticipaban que podía llegar un momento en el que producto de la recuperación del crédito privado, al Tesoro le costara más renovar la totalidad de vencimientos. Llamaron Punto Anker a ese momento en el que los bancos dejaran de colocar la mayor parte de los depósitos de los ahorristas en títulos públicos y tuvieran que volver a ‘trabajar de bancos’.
Para hacer frente a esa posibilidad, según explicaron desde el Ministerio de Economía meses atrás, cuando se refirieron por primera vez a esta dinámica, el Tesoro fue armando un colchón de pesos en cuenta del BCRA y en bancos públicos (a febrero, último dato disponible, el Gobierno contaba con unos ARS$8 billones en bancos públicos, principalmente en el Banco Nación).
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Reducción del tamaño de la deuda en pesos
Según datos del Ministerio de Economía, la deuda en pesos consolidada con privados (es decir, la deuda del Tesoro sumada a la del BCRA) cayó desde 27,1% del PBI en diciembre de 2023 a ese 14% del producto en la actualidad.
La expectativa dentro del Palacio de Hacienda, explicó el asesor Felipe Nuñez en redes sociales, es que la oferta de bonos se reduzca en términos reales por el superávit fiscal y el crecimiento económico, mientras la demanda crezca con la entrada de nuevos inversores fruto de la apertura del cepo cambiario.
Cae la exposición de los bancos al sector público
De la mano de esta dinámica, en los últimos meses también viene retrocediendo la exposición de bancos al sector público. Según datos de la consultora Econviews, las entidades llegaron a destinar un pico de 51% del total de su activo a títulos públicos en abril de 2024, frente a menos de un 25% que se direccionaba a créditos privados.

Pero en el último año esa dinámica empezó a revertirse y ya en enero el porcentaje de los préstamos a privados superó a la exposición a títulos públicos, en una relación 38,1% a 35%.
Consultado al respecto, el economista de Econviews Alejandro Giacoia prefirió evitar referirse a si existe o no un nivel que pueda ser considerado sostenible respecto de la exposición de bancos al sector público. En cambio, sí recordó que “durante buena parte de los últimos 15 años había estado entre 25 y 30%, antes de que desde 2020 trepara a esos valores muy altos que vimos hasta el año pasado”.
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