Estrellas regresan al fútbol argentino por peso fuerte de Milei

Los clubes argentinos, que estuvieron durante décadas exportando a sus mejores futbolistas, ven ahora en la fortaleza del peso la oportunidad de ofrecer salarios más competitivos para atraerlos de regreso

Estrellas regresan al fútbol argentino por peso fuerte de Milei
Por Ignacio Olivera Doll
25 de febrero, 2025 | 12:43 PM

Bloomberg — Atrapada en una serie de crisis económicas que parecieron no tener fin, Argentina ha estado exportando a sus mejores futbolistas, a su pesar, durante décadas. La pasión local que caracteriza al país nunca había alcanzado para que los clubes locales pudieran siquiera competir con los contratos que ofrecen los grandes clubes extranjeros.

Así fue que, cuando River Plate, uno de los dos equipos más grandes de la liga local, desembolsó US$10 millones para atraer de vuelta a casa al mediocampista estrella Sebastián Driussi en enero, la noticia causó sorpresa. Los fichajes millonarios siguieron llegando y se acumularon rápidamente, uno tras otro: Gonzalo Montiel, el héroe de la Copa del Mundo de 2022, se unió a Driussi en River Plate en Buenos Aires; Alan Velasco fichó por Boca Juniors, el equipo con más copas internacionales en la historia argentina; y Facundo Farías aterrizó en Estudiantes, en la cercana La Plata. Incluso algunas estrellas nacidas en el extranjero —de España, Brasil, Colombia y Costa Rica— cerraron grandes acuerdos.

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Ya hay más de dos docenas de jugadores que ganan US$1 millón o más al año en Argentina, según los sitios de internet y medios especializados que monitorean los acuerdos. Hace un par de años, no había más que 10.

Es el efecto Javier Milei. Quince meses después de asumir el cargo, el presidente libertario impulsó una política de ajuste que dio estabilidad al peso. Tanto es así que, con una tasa de inflación de dos dígitos, la moneda del país se fortaleció considerablemente frente al dólar.

El Banco Central estima que el tipo de cambio real multilateral es ahora el más fuerte en casi una década. Esto está dando a los argentinos un mayor poder adquisitivo para ir de compras los fines de semana al otro lado de la frontera en Chile, tomar caipiriñas en las playas de Río de Janeiro o, cuando se trata del juego que les apasiona, hacerse con contratos de delanteros y arqueros del extranjero.

La fortaleza del peso es, tal vez, otra de las razones por las que Milei mantiene una alta popularidad después de más de un año de medidas de austeridad y se mantiene en pie en medio del embarazoso escándalo de criptomonedas.

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“El peso más fuerte nos hizo más competitivos”, dice Diego Lemme, presidente de Defensa y Justicia, un pequeño club en las afueras de Buenos Aires. Lemme dice que los salarios locales se habían vuelto tan bajos en dólares en los últimos años que, incluso equipos de mercados menores como Paraguay y Bolivia, estaban atrayendo a muchos jugadores argentinos. El mes pasado, Lemme fichó a dos futbolistas que estaban bajo contrato en el extranjero.

Para muchos inversores y analistas, el renacimiento del fútbol argentino es otra de las señales de los crecientes riesgos que muestra el plan de Milei. Aunque el presidente ha logrado reducir rápidamente la inflación, la tasa anual del 23% prevista para 2025 en la última encuesta del Banco Central sigue siendo muy superior a la media mundial. Y cuanto más tiempo mantenga Milei el peso controlado, permitiendo que se deprecie solo una pequeña cantidad frente al dólar cada día, más autos, lavavajillas y futbolistas importará el país.

El deterioro en la balanza comercial del país, advierten los analistas, podría provocar en última instancia un colapso a gran escala del peso, como ya ha sucedido tantas veces antes en el país. “El peso sobrevalorado es una realidad”, dice Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.

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Milei y sus asesores económicos no quieren dedicar mucho tiempo a tales argumentos. Para ellos, un peso estable es el ancla que necesitan para erradicar la inflación. Además, esperan suficientes entradas de dólares para mantenerlo apreciado. Por eso, que cada vez que una figura conocida en los círculos financieros argentinos expresa su preocupación por el peso, arremeten contra él.

La semana pasada, Milei despidió a Sonia Cavallo, la embajadora ante la Organización de los Estados Americanos, después de que su padre, el exministro de Economía Domingo Cavallo, se preocupara por la “exagerada apreciación” de la moneda en una entrada de blog. “O estás de un lado o del otro”, dijo Milei en una entrevista de radio, confirmando su despido.

Por supuesto, existen todavía muchas limitaciones en el poder adquisitivo de los clubes de fútbol locales. Los mejores jugadores argentinos, como Lionel Messi o Julián Álvarez, siguen estando fuera de su alcance financiero. Y Boca Juniors ni siquiera pudo reunir suficiente dinero para fichar a Leandro Paredes, un suplente del equipo campeón de la Copa del Mundo de 2022 que juega en el AS Roma de la primera división italiana. Las conversaciones entre ambas partes se han roto y Paredes permanecerá en Europa.

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Los responsables de River Plate y Boca Juniors se negaron a hacer comentarios para este artículo, y el principal sindicato de jugadores de Argentina no respondió a una solicitud sobre los salarios.

Los equipos de fútbol tienen prohibido pagar a los jugadores en dólares en el exterior. Así que les pagan el equivalente a una cantidad en dólares en pesos durante la vigencia de lo que suele ser un contrato de dos años. Para los equipos, el riesgo es que la moneda se desplome repentinamente, como temen algunos analistas, y los obligue a desembolsar más y más pesos para cumplir esos contratos.

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“Siempre hay que ser consciente del riesgo cambiario”, afirma Hernán Lacunza, vicepresidente del Racing Club, uno de los equipos más grandes del país. Lacunza, economista que fue ministro de Economía en el gobierno de Mauricio Macri, se sorprendió al aceptar el puesto en el Racing a finales del año pasado y descubrir que la mayoría de los equipos de fútbol locales no analizaban adecuadamente su capacidad para soportar eventos de devaluación. Inmediatamente comenzó a hacer esos cálculos en Racing, que este año fichó a cuatro jugadores extranjeros.

“Lo que parece accesible en dólares hoy, puede no serlo mañana”, dijo Lacunza. “Hay que tener una idea de cuál es el tipo de cambio de equilibrio del equipo”.

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