Buenos Aires — Tras la ratificación del decreto presidencial que autoriza al Ejecutivo argentino a concretar una nueva operación de crédito público, el presidente Javier Milei dijo a Bloomberg Línea que el acuerdo técnico (SLA) con el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegaría a mediados de abril.
Ante la consulta de este medio tras rumores de un anuncio la semana próxima, el mandatario respondió: “Mitad de abril”.
Pese a la insistencia del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre que el FMI no está pidiendo una devaluación discreta para el peso argentino, el nerviosismo se apoderó del mercado cambiario argentino en los últimos días, resultando en ventas por casi US$1.000 millones por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Aunque negó que el Fondo esté pidiendo una devaluación, no descartó que se produzcan cambios en el esquema cambiario en el corto plazo. Actualmente, el peso se devalúa frente al dólar al 1% mensual, un ritmo menor al de la inflación.
Por otro lado, Caputo había señalado el 7 de marzo en una entrevista con LN+ que el nuevo programa estaba prácticamente cerrado, incluyendo el monto de fondos frescos que el FMI prestaría a la Argentina. Sin embargo, esta semana el equipo económico comunicó que las negociaciones con el staff del Fondo continúan, y que aún no estaba definido el monto en cuestión
El nerviosismo del mercado empezó a calmarse este miércoles tras la ratificación del decreto de Milei, con subas de hasta casi el 10% para las acciones argentinas (ADR) en Wall Street, además de apreciaciones de casi el 2% para los bonos soberanos con legislación neoyorquina.
Este jueves, en tanto, los títulos de renta fija subían por hasta 0,3%, mientras que los ADRs operaban mixtos, con caídas de hasta 5,3% para Globant (GLOB) y subas de hasta 2,3% para Transportadora de Gas del Sur (TGS).
Desde el Ministerio de Economía dijeron que no tenían comentarios adicionales al de Milei, mientras que desde el FMI no respondieron a la consulta realizada por Bloomberg Línea.
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¿Qué se sabe hasta ahora sobre el nuevo programa con el FMI?
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, repasó este martes algunos detalles del nuevo programa de Argentina con el FMI durante la sesión de la comisión bicameral del Congreso, donde el oficialismo consiguió dictamen para la eventual aprobación del DNU para ratificar el acuerdo con el organismo internacional. Con 129 votos a favor, 108 en contra, seis abstenciones y 13 ausencias, el decreto presidencial fue aprobado en la Cámara de Diputados este miércoles por la tarde.
Con las negociaciones aún en curso, las autoridades económicas del Gobierno sostienen que, por el momento, no pueden brindar precisiones sobre el monto del nuevo programa, ni tampoco cuántos de esos fondos serían de libre disponibilidad o cuándo llegarían a las arcas del Banco Central.
El programa representa una Facilidad Extendida con un plazo de 10 años y cuatro años de gracia. Aunque el monto total aún no está definido —será determinado por el directorio del FMI sin un límite máximo preestablecido— la estrategia de salida del cepo cambiario dependerá directamente de este financiamiento, explicó Quirno.
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Según agregó el secretario de Finanzas, el programa apunta a poder pagar vencimientos de capital y fortalecer la hoja de balance del Banco Central mediante la cancelación de Letras Intransferibles, sin aumentar la deuda total del país.
La secuencia de desembolsos está también por definirse y quedará sujeta a revisiones periódicas del FMI. La tasa de interés anual sería levemente superior al 5,63% que Argentina paga actualmente al organismo, variando según los fondos adicionales que se sume a los aproximadamente US$41.000 millones ya adeudados.
Teniendo en cuenta un riesgo país que se ubicó este jueves en torno a los 762 puntos básicos, el interés anual que cobraría el Fondo se ubicaría más de seis puntos porcentuales por debajo de la tasa que el país conseguiría al emitir bonos en el mercado internacional.
El DNU ya establece que las Letras Intransferibles se valuarán con la fijación de precios de mercado o mediante mecanismos específicos para cada transacción (artículo 55), y determina un orden cronológico para su recompra, comenzando por las más cercanas hasta llegar a la más lejana.
No existe una devaluación planteada por el FMI, según Quirno. Los países acuden al Fondo por necesidad, a cambio de apoyo presupuestario, y les exigen condiciones que Argentina ya está implementando.
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¿Cómo fue el proceso de aprobación en 2022?
En 2022, con Alberto Fernández en la Casa Rosada y Martín Guzmán al frente del Palacio de Hacienda, el acuerdo a nivel staff (SLA) entre Argentina y el FMI se alcanzó el 3 de marzo, mientras que el Directorio Ejecutivo del FMI lo aprobó el 25 de marzo, es decir, 22 días después.
Ese plazo de poco más de tres semanas sería una referencia para el actual proceso, aunque el mismo podría variar por la realización de las jornadas de primavera del Fondo en abril.
El SLA de marzo de 2022 para un nuevo programa de facilidades extendidas (EFF) reveló que el mismo tendría un plazo de 30 meses y que el monto a devolver sería de 31.914 millones de DEG (aproximadamente US$45.000 millones), equivalente al 1.000% de la cuota del país.
“Tenemos la intención de tratar el financiamiento del FMI como apoyo presupuestario, específicamente (i) para cumplir con las obligaciones pendientes con el FMI derivadas del Acuerdo Stand-By de 2018 conforme vayan venciendo; y (ii) para financiar el déficit fiscal primario usando el monto que exceda los pagos descritos en (i), ayudándonos al mismo tiempo a reconstruir nuestra posición de reservas internacionales”, escribió Guzmán en marzo de 2022.
El programa refinanció así la deuda pendiente del programa Stand-By del 2018 y apoyar los esfuerzos de estabilización económica.
Previo a la ratificación del acuerdo téncico por el Directorio del FMI, el SLA había revelado metas fiscales graduales, con un déficit primario de 2,5% del PIB para 2022, reduciéndose a 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024, con el objetivo de alcanzar el equilibrio primario en 2025.
En el frente monetario, se comprometía a reducir gradualmente el financiamiento del banco central al gobierno hasta eliminarlo completamente en 2024, mientras mantenía tasas de interés reales positivas para fortalecer la demanda de activos en pesos.
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Respecto a la política cambiaria, el programa contemplaba mantener la competitividad del tipo de cambio real y acumular reservas internacionales netas por US$15.000 millones durante el programa. Se establecía un límite a la intervención en el mercado de futuros de divisas y un compromiso para diseñar una hoja de ruta para la flexibilización gradual de controles cambiarios. En materia inflacionaria, el objetivo era reducirla al rango de 38-48% para fines de 2022 y continuar su descenso en 5 puntos porcentuales anuales.
Ninguna de las metas fiscales, cambiarias y monetarias fueron cumplidas por el Gobierno de Alberto Fernández.
El programa incluía reformas estructurales para mejorar la sostenibilidad fiscal, destacando la reducción de subsidios energéticos, fortalecimiento de la administración tributaria y mejora en la gestión de inversión pública. También contemplaba medidas para fortalecer el balance del Banco Central, desarrollar el mercado de deuda en pesos, y políticas de crecimiento orientadas a expandir exportaciones y promover la inclusión laboral.