Buenos Aires — Luciano Laspina analizó la decisión del gobierno de Javier Milei de incentivar el uso de dólares no declarados para remonetizar la economía. Si bien se mostró comprensivo con el objetivo de la medida dadas las necesidades de corto plazo, también consideró que “como todo blanqueo, es injusto” y marcó que “pega en el fleje de los principios del GAFI”.
En una entrevista con Bloomberg Línea realizada en el marco de la 11ª edición del Latam Economic Forum, el economista y diputado nacional del PRO también evaluó los niveles actuales de tipo de cambio y la búsqueda del oficialismo de que el dólar caiga al piso de la banda dada la necesidad del Banco Central de comprar reservas y que se consolide el proceso de desinflación. Al respecto, indicó que eso “supone un desafío grande porque la moneda se va a seguir apreciando”, aunque también coincidió con el Gobierno que “la devaluación no es el camino”.
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La siguiente entrevista ha sido editada con motivos de extensión y claridad.
¿Qué análisis hacés de la intención del Gobierno de remonetizar la economía con los US$200.000 millones que calculan que los argentinos guardan bajo el colchón?
Hay una cuestión de fondo, de largo plazo, que es que el Gobierno busca que haya un bimonetarismo en la Argentina. Pero también hay necesidades de corto plazo, que tienen que ver con que el Gobierno necesita que entren dólares nuevamente. Entonces, de alguna forma impulsa como una suerte de segundo blanqueo.
¿De qué manera podría instrumentarse?
La ley de blanqueo permite extender su duración hasta mediados de año, hasta fines de julio, de modo tal que yo creo que esto va a ser parte de la estrategia. Y la segunda parte de la estrategia me parece que es flexibilizar los requisitos, controles, formularios que se exigen para cuando uno va a comprar un auto, una licuadora o hacer un depósito en el banco, como forma de facilitar un poco los trámites.
Al final del día creo que lo que busca el Gobierno es que haya dólares que permitan empujar el tipo de cambios al piso de la banda, porque en definitiva cuando vos ingresas dólares al sistema financiero, terminan como crédito a empresas y al momento de otorgar un crédito a empresas, los bancos por regulación tienen que vender al mercado y eso haría presionar a la baja el tipo de cambio. El Gobierno es obvio que quiere que el tipo de cambio pegue contra la banda, no solo para comprar reservas sino para consolidar la desinflación.
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Más allá de las necesidades económicas, hay dudas respecto de qué implicaría, teniendo en cuenta los contribuyentes que han estado pagando durante todo este tiempo.
Obviamente, como todo blanqueo, es injusto. Argentina se acostumbraba a hacer blanqueos todo el tiempo. Estas normas que está anunciando el Gobierno pegan en el fleje de los principios del GAFI, digamos, del Organismo de Lavado de Dinero Internacional, que un poco marca las normas centrales de funcionamiento de esas reglas. Coincido, hay una necesidad del Gobierno de que esos dólares se inyecten en la economía y bueno, eso es injusto para los que pagamos impuestos. Pero bueno, no puedo decir más que eso. Así es la vida y el Gobierno prioriza en este caso la remonetización en dólares por sobre otras decisiones.
Hoy el Gobierno pareciera cómodo con el nivel de reservas. ¿Qué lectura hacés de la decisión de no intervenir con compras dentro de la banda?
La verdad es que las reservas ya un poco empezaron a caer, porque si vos no compras reservas en el centro de la banda, cuando el Gobierno tiene que hacer algún pago al exterior, de organismos internacionales, al propio Fondo Monetario, o intereses, las reservas caen. Había un cálculo que hicimos el otro día que es que, si uno mira los compromisos de intereses en dólares y amortización en dólares con organismos de los próximos nueve meses, consumirían gran parte del préstamo que dio el Fondo. Por eso el Gobierno necesita que el tipo de cambio pegue contra el piso de la banda y empezar a comprar.
¿Qué efecto tendría eso en los actuales niveles de competitividad?
Supone un desafío grande porque la moneda se va a seguir apreciando y eso también supone cierta vulnerabilidad futura si en algún momento las condiciones locales o internacionales se revierten. Pero bueno, hoy el Gobierno prioriza eso, prioriza comprar reservas y que el dólar baje y por eso está impulsando estas medidas. Pero coincido que es una estrategia arriesgada.
¿Qué visión tenés sobre el tipo de cambio y la necesidad del Gobierno de mejorar la competitividad no vía nuevas devaluaciones sino haciendo más eficiente el costo argentino?
Coincido con el Gobierno que la devaluación no es el camino. También es cierto que cuando el tipo de cambio cae más rápido que la velocidad de las reformas y la productividad de los sectores exportadores, eso es negativo. El campo hoy con precios más bajos, sin que le haya cambiado la logística ni las retenciones, está muy complicado con un dólar más bajo. Entonces creo que el Gobierno tiene razón, pero también tienen razón los empresarios. No hay todavía una consolidación de las reformas que permita asegurar puertas hacia afuera de las fábricas, una competitividad acorde con este tipo de cambio. Entonces, el Gobierno tendrá que acelerar las reformas y si no en algún momento la rentabilidad de las empresas va a sufrir y las exportaciones también.
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