Buenos Aires — Un acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) podría demorarse más de lo previsto debido a diferencias en torno a la política cambiaria, indicaron en conversación con Bloomberg Línea un diplomático y un economista, ambos con experiencia en el organismo. La voluntad del Gobierno de Javier Milei de evitar una devaluación antes de las elecciones legislativas y la presión del Fondo por mayor flexibilidad cambiaria emergen como los principales obstáculos en las negociaciones por un nuevo programa, que podrían resolverse mediante un esquema gradual de bandas cambiarias con desembolsos progresivos, argumentaron.
La misión del FMI que visitó Buenos Aires la semana pasada para discutir un nuevo programa con Argentina mantuvo conversaciones “altamente constructivas y positivas”, según informaron a los medios desde el organismo, al tiempo que confirmaron que los equipos técnicos continuarán las conversaciones en las próximas semanas.
Bloomberg Línea solicitó comentarios al Ministerio de Economía sobre el estado de las negociaciones, pero no obtuvo respuesta al cierre de esta nota.
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“No creo que sea inminente un acuerdo”, afirmó Claudio Loser, ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI (1994-2002). “Se fue la misión”, y aunque “no puedo decir 100% que no hubo un acuerdo técnico, no creo, porque no se mencionó y normalmente hay una comunicación del Fondo de que se llegó a acuerdo”.
El gobierno argentino busca reestructurar una deuda de aproximadamente US$44.000 millones con el organismo multilateral y aspira a obtener fondos frescos para revertir el rojo de US$6.900 millones -contando depósitos en moneda extranjera del Tesoro- en las reservas netas del Banco Central, un paso considerado crucial para avanzar hacia el levantamiento del cepo cambiario en 2025.
“Cuando hay buenas noticias, todos se apresuran a darlas”, coincidió Héctor Torres, quien representó a Argentina ante el FMI en dos períodos (2004-2008 y 2016-2017). Torres anticipó que este miércoles se habría dado una reunión informal de directorio para evaluar las condiciones solicitadas por el gobierno de Javier Milei la semana pasada en Buenos Aires.
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Política cambiaria: el nudo gordiano
“El gobierno quiere evitar una devaluación antes de las elecciones”, consideró Torres. “Sabemos que el dólar está barato y que a mayor atraso cambiario, mayor expectativa de una corrección”.
Según el ex representante argentino ante el organismo, el FMI está presionando por mayor flexibilidad cambiaria, pero el gobierno resistiría modificar su estrategia actual por motivos políticos. “Este es un año electoral. Los gobiernos populistas usan el balance fiscal para repartir ‘platita’. Este Gobierno está comprometido con mantener las cuentas fiscales equilibradas. No va a repartir ‘platita’. Pero mantener al dólar barato genera una sensación de bienestar que lo puede ayudar a ganar las elecciones”, analizó.
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Perspectivas y plazos
Torres anticipó que si bien es probable que se alcance un nuevo programa, resulta difícil que el FMI acceda a desembolsar US$11.000 millones para que el Banco Central “pueda comprar pesos caros en el mercado de cambios”.
Cabe recordar que el Gobierno de Milei no descarta acudir a fondos de inversión privados para tomar deuda, en caso de que no llegar a un acuerdo con el FMI que cumpla con sus necesidades. Aunque el Fondo es conocido por prestar a los países a tasas más accesibles que el mercado, suele impone condiciones como metas de acumulación de reservas, además de regímenes cambiarios y monetarios.
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Como alternativa, Torres sugirió que podría acordarse un esquema de flexibilización gradual. “Tal vez se pueda acordar alguna forma de ir introduciendo progresivamente alguna flexibilidad cambiaria. ¿Tal vez un sistema de bandas cambiarias que se ensanchen progresivamente, y que el FMI acompañe el ‘ensanchamiento’ con desembolsos progresivos?”, especuló.
El calendario de vencimientos ejerce presión sobre las negociaciones. Argentina ya enfrentó un primer pago por US$644 millones en enero y debe afrontar vencimientos totales por US$2.793 millones en 2025, que se incrementan a US$4.062 millones en 2026 y alcanzan un pico de US$8.164 millones en 2028, según datos oficiales.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, expresó recientemente la intención de “trabajar rápidamente” en un nuevo programa tras reunirse con el presidente Milei en Washington. Sin embargo, las declaraciones de los expertos consultados sugieren que el camino hacia un acuerdo podría requerir más tiempo del previsto inicialmente.