Sector textil en Argentina vuelve a alertar sobre las consecuencias de la ola de importaciones

Empresarios del rubro advierten sobre cierres de compañías y pérdida de empleos. Desde el sector afirman que hoy se importa a precios mínimos, a veces por debajo del costo real de producción

Ola de importaciones pone en alerta a textiles industriales en Argentina.
08 de octubre, 2025 | 05:30 AM

Buenos Aires — Empresarios industriales del sector textil en Argentina aseguraron que, en medio de la apertura de importaciones en el país, en el último año y medio cerraron 380 firmas del rubro, al tiempo que se perdieron casi 12.000 puestos de trabajo.

Mientras las compras de los argentinos vía courier se encuentran en máximos históricos, crece la preocupación entre los representantes del segmento fabril nacional. Solo en los primeros siete meses expusieron un avance de 258,2%, al llegar a US$408 millones, según cifras de la consultora Analytica.

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Así se da en un contexto en el que el gobierno de Javier Milei decidió flexibilizar términos y condiciones para comprar al exterior con el argumento de fomentar la competencia. Desde finales de 2024 rige un mayor límite y una reducción en impuestos para las importaciones ‘puerta a puerta’.

Desde ese entonces, el tope para los envíos eventuales pasó de US$1.000 a US$3.000 por paquete, al tiempo que quedaron eximidos de aranceles hasta los US$400 para importaciones de uso personal, para cuyo caso solo paga IVA.

Queremos que todos argentinos puedan acceder a precios más competitivos, no solo los que tienen la oportunidad de viajar y traerse ropa, juguetes y/o pequeños electrodomésticos del exterior”, explicó en ese entonces el ministro de Economía, Luis Caputo, al justificar la medida.

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Preocupación en el sector textil

La directora ejecutiva de Fundación ProTejer, Priscila Makari, apuntó a los riesgos del enfoque macroeconómico: “El modelo económico se centró en desacelerar la inflación mediante dos anclas principales: un tipo de cambio apreciado y el ajuste de salarios y jubilaciones. Sin embargo, esta estrategia llevó a mantener un dólar artificialmente bajo, similar al registrado en momentos previos a fuertes devaluaciones”.

La titular de la entidad criticó así que el gobierno de Javier Milei “prioriza la estabilidad inflacionaria por sobre la producción, el empleo y el tejido social”.

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En tanto, Lucía Knorre, economista jefe de la fundación presentó datos del sector y sostuvo: “El impacto de la prolongada crisis no es solo transitorio, sino que empieza a dejar huellas estructurales”.

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“En el último año y medio, se perdieron más de 17.600 empresas, de las cuales unas 1.800 corresponden a la industria manufacturera y 380 al sector textil, de la indumentaria, calzado y cuero. Estamos frente a una destrucción de capacidades productivas que no se recompone fácilmente”, afirmó.

A su vez, remarcó: “Cuando miramos el empleo registrado, se perdieron más de 100.000 puestos asalariados privados. La industria manufacturera redujo 33.400 empleos, y el sector textil casi 12.000 puestos, lo que equivale a una baja de 10%”.

De acuerdo con su punto de vista, la inflación tuvo una desaceleración, pero por una economía paralizada: “Se logró una paz de los cementerios: baja de inflación con economía estancada. Los sectores que más empleo generan —industria, comercio, construcción— siguen cayendo, mientras sectores financieros y extractivos muestran cierta recuperación. Pero no alcanzan para un crecimiento equilibrado”.

Las consideraciones de las integrantes de la entidad coinciden con lo indicado por la Unión Industrial Argentina (UIA). En uno de sus últimos sondeos que dio a conocer las preocupaciones de los empresarios en el país, manifestó: “La caída de la demanda interna se ubicó como la principal preocupación empresarial (40,1%), principalmente la vinculada a otras industrias (22,5%), correspondiendo el 17,6% a la demanda de los hogares”. En segundo lugar, reveló que se ubicó el aumento de costos (21,4%), con el laboral como principal factor, seguido por las dificultades para competir con productos importados (19%).

Las importaciones ganan terreno

Makari se refirió a la apertura de productos del exterior y resaltó: “Entre enero y agosto de 2025, las importaciones textiles crecieron un 63% interanual, muy por encima del promedio general. Las confecciones aumentaron 160%, la indumentaria 103% y los tejidos de punto 134%".

“A esto se suman más de 14 mil nuevos CUITs habilitados para importar, la eliminación de controles y una fuerte baja de aranceles. Hoy importamos a precios mínimos históricos, muchas veces por debajo del costo real de producción”, cuestionó.

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En cuanto al clima de inversión, Knorre advirtió: “Tras el fin del cepo, la cuenta de Inversión Extranjera Directa tuvo un déficit de US$1.300 millones. Las empresas están repatriando fondos en lugar de invertir. El RIGI aún no muestra resultados”.

El deterioro del consumo también fue foco de Makari: “Desde 2017 hay un deterioro sostenido del poder adquisitivo, acentuado tras la devaluación de diciembre de 2023. Aunque hubo una leve recuperación posterior, los ingresos no lograron alcanzar niveles previos”.

El consumo de sectores más acomodados repuntó, pero el de clase media y popular se contrajo. Las ventas en supermercados cayeron 10%, mientras los patentamientos subieron 48% y hubo un boom del turismo al exterior”, destacó.

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