Buenos Aires — El Gobierno de los Estados Unidos, a través del secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció este miércoles que se está negociando una línea de swap de US$20.000 millones con el Banco Central de Argentina.
Un swap de monedas es un acuerdo financiero entre dos bancos centrales (o entre un banco central y otra entidad) para intercambiar divisas por un plazo determinado. Una parte entrega su moneda local y recibe la extranjera.
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El monto determinado en un swap se contabiliza en las reservas internacionales brutas, hasta que el Banco Central deudor decida activar el swap, cuyo uso habitualmente está restringido a una motivios específicos.
Los swaps de monedas entre bancos centrales son utilizados generalmente para garantizar la liquidez en moneda extranjera y dar estabilidad financiera, y pueden ser pactados en momentos de tensión, aunque no siempre. Su función más común es permitir a los bancos de cada país acceder a dólares, euros o yuanes cuando escasean, evitando crisis de pagos o depreciaciones abruptas.
En este sentido, refuerzan las reservas y pueden ser interpretados como una señal de confianza por el mercado, aunque no suelen usarse como herramienta directa para apreciar una moneda mediante intervenciones. El swap con China sí fue utilizado con ese fin por la Argentina durante la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía, pese a que no fue pactado originalmente con ese fin.
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También pueden cumplir un rol en el comercio exterior, al facilitar operaciones bilaterales sin pasar por el dólar. Este esquema, impulsado centralmente por China, permite que importadores y exportadores paguen en monedas locales, reduciendo la dependencia del sistema financiero estadounidense.
El monto “utilizable” depende de la activación del swap. Mientras tanto, ese stock de divisas puede aparecer en las reservas brutas, aunque no todas estén disponibles libre e inmediatamente.
Actualmente Argentina tiene un acuerdo de swap de monedas con China, que fue renovado en 2025. Según publicó el diario Clarín, una de las condiciones impuestas por Estados Unidos en este nuevo swap sería cancelar el que tiene el país sudamericano con el gigante asiático. Sin embargo, no ha trascendido ningún comentario o aclaración oficial sobre este punto.
Recorrido del swap de Argentina con China
En abril de este año, el Banco Central de Argentina acordó la renovación total del tramo activado del acuerdo bilateral con China de swap de RMB 35 mil millones (US$5.000 millones) por un plazo adicional de 12 meses, en un acuerdo que había sido alcanzado un año atrás.
La activación de este tramo, que se inició en 2023 y debía comenzar a reducirse gradualmente a partir de junio 2025, seguirá manteniéndose a disposición del BCRA, en su totalidad, hasta mediados de 2026, “permitiendo al BCRA reducir los riesgos en su transición hacia un régimen monetario y cambiario consistente y sostenible, en un contexto internacional desafiante para los flujos de capitales externos”, señaló un comunicado oficial en su momento.
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El primer swap acordado entre Argentina y China se firmó en 2009, con el objetivo de fortalecer reservas. El monto disponible fue ampliado en 2014 y también en 2018, con activaciones en ambos casos.
Durante el Gobierno de Alberto Fernández el swap se renovó por un equivalente a US$18.000 millones.
El pedido de Estados Unidos para que Argentina cancele el swap con China ha sido explícito, lo que generó el malestar del país asiático.
Estados Unidos y el uso de swaps
El swap de monedas con Estados Unidos es una de las herramientas en las que puede participar el Fondo de Estabilización Cambiario (FEC) del Tesoro norteamericano. Según un informe de la consultora PxQ, “a lo largo de su existencia desembolsó US$155.000 millones a valores nominales y US$373.000 millones a valores actuales, entre los años 1936 y la actualidad”.
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El FEC puede operar de tres maneras: compra de divisas, utilizando Derechos Especiales de Giro del FMI y mediante swaps instrumentados por la FED. Este último caso, que sería el que entra en acción en el acuerdo entre Argentina y Estados Unidos, no se utiliza desde 1992.
Según la consultora, Estados Unidos exige tres condiciones:
- Ser consistente con la posición de EEUU en el FMI.
- Incluir una aprobación por parte del presidente de EE.UU .
- Contar con una fuente asegurada de recursos para garantizar el repago por parte del deudor.
El antecedente con México en 1995
El antecedente más importante del FEC es el salvataje a México, que fue realizado en medio de la crisis del Tequila de 1995.
Esa línea de crédito de corto plazo y en dólares, entre la Reserva Federal y el Banco de México, fue diseñada para brindar liquidez inmediata frente a la fuga masiva de capitales y los vencimientos de “tesobonos” tras la devaluación del peso mexicano.
México llegó a usar parte del swap lanzado en el 1995, según la revista de Yale Journal of Financial Crises: “Del paquete de asistencia de Estados Unidos de 1995, México utilizó US$2.500 millones de las facilidades de swap a corto plazo, los cuales fueron reembolsados el 29 de enero de 1996. México utilizó US$10.500 millones de la facilidad de swap a mediano plazo, los cuales fueron reembolsados anticipadamente en enero de 1997, momento en que el acuerdo fue terminado”.
Desde el equipo de research del broker argentino Puente, escribieron que a “diferencia de otros antecedentes, como el caso de México en 1995, este paquete de apoyo estadounidense [a Argentina] parece no incluir condiciones inmediatas ni la exigencia de garantías, un aspecto que no es menor y que marca un cambio de enfoque respecto a programas anteriores".
“El mensaje refleja un inusual nivel de respaldo, con el Tesoro de EE.UU. dispuesto a apoyar explícitamente el programa de estabilización de Milei. Este apoyo inesperado refuerza la posición política del Presidente, alivia las presiones financieras en la previa electoral y abre la puerta, después de octubre, a profundizar cambios como el levantamiento de los controles cambiarios”, sumaron.
En el caso de Argentina, el país recibió recursos por parte del FEC en nueve ocasiones, en los años 1959 y 1962 (gobierno de Frondizi); 1967 y 1968 (Onganía), 1984, 1985, 1987 y 1988 (Alfonsín); y 1995 (Menem). En total, el país recibió a valores actuales US$14.700 millones.









