Buenos Aires — Argentina eliminó la “restricción cruzada” para no residentes, habilitándolos a acceder al mercado cambiario oficial sin luego restringir sus operaciones de dólares MEP o CCL, mediante la Comunicación A 8257 del Banco Central (BCRA).
La “restricción cruzada” funcionaba como parte del cepo cambiario: quien operaba en el mercado oficial (MULC) quedaba bloqueado para acceder a dólares financieros (MEP o CCL) por entre 90 y 180 días.
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El BCRA eliminó la traba desde este viernes, exclusivamente para no residentes, ya que las personas jurídicas domiciliadas en Argentina siguen sujetas a esta misma restricción. La jugada busca que el capital extranjero ingrese y se retire sin obstáculos, dejando indiferente el segmento cambiario que elijan para sus operaciones.
De ese modo, podrán elegir el canal del dólar MEP o CCL en caso de que resultara más barato en relación al oficial.
La medida llega el mismo día que el Tesoro busca ampliar la colocación del Bonte 2030 por hasta US$500 millones. Y llega a días de que el Gobierno eliminara el “parking” para de seis meses para inversores extranjeros: hasta el anuncio del 9 de junio, los no residentes que vendían bonos en pesos debían esperar seis meses para comprar dólares en el MULC con el objetivo de repatriarlos.
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Fin de la restricción cruzada para no residentes
La Comunicación A 8257 modifica el punto 3.16.3.5 de las normas sobre exterior y cambios, específicamente para operaciones de repatriaciones de no residentes. La restricción cruzada funcionaba como una barrera: si un inversor operaba en el mercado oficial, no podía acceder a los dólares financieros por 90 a 180 días, dependiendo del instrumento.
“La restricción cruzada es que si operabas MLC no podías operar MEP/CCL y viceversa por 90/180 días”, explica Salvador Vitelli, jefe de Research de Romano Group. “El impacto de eliminarla es lógicamente menor cepo para no residentes, que puede conllevar algo más de volatilidad en el tipo de cambio, pero permite que esos capitales en caso de entrar se vuelquen al mercado”.
“Si vos eras importador antes y comprabas dólares al oficial, al MULC, no podías comprar algo con contado con liquido”, detalla el analista financiero Franco Tealdi, y suma: “Todavía está para personas jurídicas de Argentina, o sea, para empresas".
Libertad cambiaria para extranjeros
Gabriel Caamaño subraya la magnitud del cambio: “Esto implica que prácticamente no hay restricciones cambiarias para los no residentes. Significa que hoy pueden entrar y siempre que liquiden en el Mercado Libre de Cambios, pueden salir cuando quieran”.
A modo de ejemplo, los no residentes pueden entrar por el oficial y salir por CCL, después volver a entrar por oficial y salir nuevamente por CCL. “Incluso pueden entrar por el mercado de cambios oficial y salir por CCL. Y después volver a entrar por oficial y después volver a salir por CCL”, detalla Caamaño.
Esta libertad operativa podría modificar el panorama para fondos internacionales y gestoras globales, que en los últimos cinco años evitaron a la Argentina por la complejidad regulatoria y los riesgos de quedar “atrapados” en el sistema financiero local.
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Timing estratégico con el Bonte 2030
La eliminación de restricciones coincide con la búsqueda del Tesoro de ampliar el Bonte 2030 por US$500 millones adicionales. El timing no es casual: busca incentivar el acceso de inversores extranjeros tanto al mercado primario como secundario de bonos locales.
La primera colocación del Bonte 2030 captó US$1.000 millones, y la demanda excedió ampliamente la oferta, sugiriendo apetito internacional por riesgo argentino después de años de ausencia de mercados globales.
La estructura del instrumento fue una novedad en lo que va del Gobierno de Javier Milei: se suscribe en dólares pero paga en pesos, con el propósito central de acumular reservas internacionales sin presionar el tipo de cambio con compras de divisas por parte del BCRA. Para los no residentes, la eliminación de restricciones cruzadas hace más atractiva la inversión al garantizar flexibilidad de salida.
Cepo solo para residentes
Como enfatiza Caamaño, “para individuos quedaron muy pocos controles cambiarios. Ya no es cepo, claramente. Son controles cambiarios más laxos”. La medida diferencia entre residentes y no residentes, manteniendo restricciones para los primeros mientras libera completamente a los segundos.
Para las empresas argentinas persisten las limitaciones. “Los únicos que siguen habiendo cepo, porque siguen habiendo controles cambiarios duros, porque por ejemplo hay restricción cruzada y no pueden acceder para atesoramiento al mercado oficial, es para personas jurídicas residentes”, precisa el analista.
Esta segmentación permite al BCRA gestionar una salida gradual de los stocks de deudas de importadores y por dividendos no distribuidos en el exterior, mientras atrae capital extranjero, una estrategia que apunta minimizar riesgos de egresos abruptos que puedan presinar al peso argentino.
Tealdi considera que el objetivo de política es “fomentar el ingreso de divisas de afuera y que cuando quieran irse se puedan ir tranquilos. O sea, en el sentido de que les sea indiferente ir al financiero o al mercado único libre de cambios para comprar los dólares”.