Bloomberg — Las reformas de Javier Milei han traído estabilidad al caótico mercado cambiario argentino y elogios de los inversores. Sin embargo, también está alimentando la mayor ola de incumplimientos corporativos desde la pandemia.
Las tasas de interés se han disparado, especialmente para empresas que dependen del peso argentino, muchas de las cuales enfrentan problemas de liquidez y altos niveles de deuda después de que el presidente Milei eliminara la mayoría de los controles cambiarios para particulares.
Si Argentina quiere dar un giro macroeconómico, es necesario que se produzca un cierto nivel de ‘destrucción creativa’ a nivel micro.
Ezequiel Fernández, director de investigación de crédito y renta variable de Balanz Capital
Si Argentina quiere dar un giro macroeconómico, es necesario que se produzca un cierto nivel de ‘destrucción creativa’ a nivel micro
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Más de media docena de empresas han incumplido pagos o iniciado negociaciones sobre su deuda este año, entre ellas la energética Grupo Albanesi, ya que los cambios de Milei las sorprendieron en una situación financiera ya de por sí débil. Se espera que la presión continúe, dado que los balances de sectores como agricultura, energía e industria manufacturera muestran signos de tensión, según Ezequiel Fernández, director de investigación de crédito y renta variable de Balanz Capital.
“Si Argentina quiere dar un giro macroeconómico, es necesario que se produzca un cierto nivel de ‘destrucción creativa’ a nivel micro”, afirmó Fernández. “Al fin y al cabo, los cambios de régimen siempre crean ganadores y perdedores”.
Detrás del aumento del número de default se esconde una estrategia financiera que ya no funciona. Antes de Milei, las empresas se beneficiaban de los controles cambiarios emitiendo bonos en dólares que se liquidaban en moneda local, conocidos como dollar-linked. Así lograban tasas de interés negativas, ya que los inversores buscaban cobertura ante la inflación y la devaluación.
Desde que el libertario asumió el cargo, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo se ha reducido y el interés por estos instrumentos de deuda ha disminuido, lo que obliga a las empresas a afrontar costos de endeudamiento mucho más altos. Esta nueva realidad está llevando a muchas a renegociar pagos o buscar capital fresco entre accionistas para evitar el impago.

Las tasas de interés promedio de los bonos vinculados al dólar subieron al 11% en el primer trimestre de 2025, más del doble del 5% registrado un año antes, según un informe de Moody’s Ratings. En consecuencia, las ventas de esos bonos cayeron a solo US$2 millones en el mismo lapso, frente a los US$165 millones del mismo período de 2024.
Mientras tanto, las empresas recaudaron US$1.100 millones en bonos denominados en dólares, más del doble de lo emitido un año antes, mientras que las tasas de interés promedio se mantuvieron estables en 6%, según el informe.
“En 2025, estamos experimentando el mayor número de default desde la pandemia”, señaló José Antonio Molino, director asociado de Moody’s Local Argentina. “El mercado dollar-linked prácticamente desapareció”.
Desde noviembre se han producido ocho default, incluidos incumplimientos o reestructuraciones, según dijo. El recuento considera a las tres firmas del Grupo Albanesi como una sola entidad.
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La campaña de austeridad de Milei también está afectando los márgenes, incluso en la industria manufacturera. Las empresas enfrentan mayores costos operativos, la caída del poder adquisitivo y un aumento de la competencia externa, ya que el alza del peso lo dejó sobrevaluado. El Ministerio de Economía de Argentina no respondió a una solicitud de comentarios.
Según Molino, las empresas calificadas A+.ar o inferior en la escala local de Moody’s —en su mayoría compañías medianas y pequeñas— son las más expuestas al riesgo de refinanciación. Dentro de la escala, A.ar indica una calidad crediticia superior a la media en relación con otros emisores argentinos, y A+.ar marca el extremo superior de esa categoría.
“Los riesgos de refinanciación siguen siendo altos para los próximos 12 a 18 meses debido a la baja liquidez en el mercado local para empresas medianas y pequeñas”, señaló Molino. “Estamos observando un alto grado de huida hacia la calidad en el mercado local”.

“Bifurcación”
Los emisores con acceso a los mercados globales probablemente podrán gestionar la situación, según Luis Olguín, gestor de carteras de William Blair Investment Management en Londres.
“Es una bifurcación en los emisores de crédito”, afirma. “Las empresas que sí acceden a los mercados internacionales suelen tener una trayectoria más larga y transparencia ante los inversores internacionales”. Explica que su firma actualmente no tiene exposición a empresas argentinas porque los rendimientos son demasiado bajos.
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Compañías como YPF, Pampa Energía y Telecom Argentina han logrado atraer inversores en los últimos meses. Otras no han tenido la misma suerte. En mayo, dos filiales de Albanesi incumplieron en el pago de US$19,5 millones en intereses, lo que provocó una reorganización. La empresa señaló en un comunicado que evalúa sus opciones y espera presentar propuestas en breve para alcanzar una solución “razonable”.
También en mayo, Celulosa Argentina SA anunció que no pagaría bonos en dólares emitidos bajo ley local. En junio, Petrolera Aconcagua Energía informó la reestructuración de su deuda financiera.
Aconcagua detalló que incumplió un pago relacionado con un acuerdo con Vista Energy y Trafigura Group. Para evitar la ejecución, ambas empresas ofrecieron adquirir la compañía, asumiendo que su deuda se reestructure y que el proceso de due diligence arroje resultados satisfactorios. YPF, Pampa Energía, Telecom Argentina y Celulosa Argentina no respondieron a solicitudes de comentarios.
“Muchas de las empresas que incumplieron ya estaban viviendo con tiempo prestado gracias a los controles cambiarios”, dijo Fernández, de Balanz.